sábado, 12 de marzo de 2016

ALEJANDRO MENDIBLE, EL ESTADO BRASILEÑO CONTRA LULA

El Estado brasileño es el más conservador de la región sudamericana y ha defendido su patrimonio socio histórico con gran eficiencia hasta la actualidad. Hoy actuando por intermedio del poder judicial, su brazo legal, el Estado pone en jaque a Lula,  un dirigente político de gran popularidad, pero  potencial enemigo de su integridad.

El original Estado brasileño aparece a principios del siglo XIX cuando la crisis de las guerras napoleónicas en Europa repercuten  rompiendo el  pacto colonial ibérico en América. En ese momento, se producen salidas diferentes entre Hispanoamérica  y Lusoamérica, mientras en la primera una coyuntura revolucionaria  termina en independencia y después surge el periodo de formación de diferentes Estados nacionales; en la segunda, Brasil se forma en 1822 como un Estado para mantener la unidad de una  nación de regiones heterogéneas que heredaban un territorio colonial portugués común, situación que continúa  hasta el presente.
Para regentar  el ente supranacional se forma una elite de consenso de poder, única en todo el continente americano, que empezó siendo una nobleza imperial y después de 1889 se redefine como republicana. Esta elite opta por la conciliación como estrategia para mantener la unidad nacional evitando las rupturas  traumáticas, y durante el proceso histórico independiente nadie se atrevió a desafiar esta norma de convivencia. Pero, en el año 2003 gana las elecciones Lula y  llega  al centro del Estado por primera vez un “out sider”, un sindicalista de extracción popular sin estudios quien aprovecha la coyuntura creada por el debilitamiento del sistema capitalista mundial, el ascenso económico de China y las favorables condiciones políticas nacionales para emprender un vigoroso movimiento de cambio social, conocido como el Lulismo.
Evidentemente, la elite estatal se puso en guardia desde el primer momento pero prefirió coexistir hasta el año 2005 cuando estalla el primer escándalo de corrupción  llamado el ‘Mensalao’ que  Lula logra solventar ganando mayor fuerza popular. No obstante, el Lulismo estuvo en el gobierno pero no pudo conquistar el Estado.
En tal sentido, cuando Lula deja la presidencia, la situación internacional cambia, las contradicciones nacionales aumentan y estalla el segundo caso de corrupción en Petrobras. Entonces,  la elite de poder estatal arremete nuevamente a partir del 2013  contra Lula, quien como máximo líder del Partido de los Trabajadores y  símbolo del poder contestarío del actual Estado se va debilitando  lentamente y el poder judicial lo va cercando con el propósito de acertarle el golpe mortal que derrumbe todo el andamiaje de poder alcanzado por el Lulismo.
La situación  se encuentra en su momento climático, cuando se hacen públicos los errores de actuación cometidos por Lula, pero ninguno mayor que su  desconocimiento de los factores del poder estatal. El desenlace del actual drama pude ser muy discutible,  pero todos concuerdan en aceptar que será de gran importancia para la región en un momento de discusión sobre el modelo de desarrollo a seguir.
Alejandro Mendible
alejandromendibleucv1@gmail.com
mendiblealejandro@gmail.com
Caracas – Venezuela

Enviado a nuestros correos por
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Caracas - Venezuela 

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