sábado, 12 de marzo de 2016

PANCHO AGUILARTE, LA ANTIPOLITICA

El cansancio que produce una dirigencia estancada, agotada en el discurso, incapaz de reinventarse a sí misma y al discurso ha llevado a que las sociedades prefieran alguien bien distinto del modo de hacer política.

Es un fenómeno que vive América Latina y que aun paga las terribles consecuencias de dejar en manos inexpertas, con hambre de poder y dinero la conducción del poder ejecutivo. El ejemplo mas resaltante por lo grotesco del discurso, del mensaje y del desempeño es Venezuela pero hay que añadir a Bolivia, Nicaragua, Argentina y Brasil. También en menor grado a El Salvador, Guatemala y el Perú de Ollanta Humala. Todos ellos tienen en común que lograron convencer a la sociedad de la búsqueda de algo distinto a los partidos y liderazgos tradicionales.

Bajo un discurso vengador y realista pudieron conquistar el favor electoral de cientos de miles de excluidos y de un gran porcentaje de esnobistas clase media que siempre prefieren experimentar por aquello de "Inventamos o erramos" descontextualizada de lo que verdaderamente pretendía el maestro venezolano Simón Rodríguez que lejos de sugerir improvisaciones trataba más bien de convencer a las jóvenes republicas nacidas de la guerra de independencia a no copiar viejas experiencias sino a crear una que interpretara nuestras especificidades heredadas de la mezcla de razas producto del gran encuentro de Europa y la América indígena.

Pero veámonos aquí con una pandilla de bandoleros que resultaron más corruptos que los que sustituyeron, con una doble moral y un doble discurso. Claro que los políticos de profesión y formación también tuvieron que ver mucho con la llegada y enseñoramiento de la anti política, sobre todo en cuanto a las bolas que se debe tener para defender los logros y el futuro cierto de contar con experiencia y capacidad en la conducción de la cosa pública. Fui testigo de excepción de como los líderes de la entonces IV república sucumbieron de miedo ante las amenazas del caudillo de Sabaneta, de cómo le entregaron las instituciones y de cómo guardaron silencio ante la tragedia que se veía claramente venir y que hoy día nos invade, nos enferma y nos desespera.

Pero como gracias a Dios nada es eterno hemos podido darnos cuenta en estos 16 años del tremendo error que cometieron y creo que no nos equivocamos que, y tomando una frase de la que gustaba mucho el caudillo afirmar "Después que salgamos de esto, más nunca en la vida de esta nación volverán".

Ya se fueron de Argentina, en Bolivia tienen los años contados al igual que en Brasil y en Perú. De esta dolorosa experiencia nos debe quedar el convencimiento de que las repúblicas deben ser dirigidas por políticos, que hay que fortalecer a los partidos políticos y confiar en sus líderes.

Que es preferible la lentitud en la marcha hacia el progreso que creer en falsas promesas de vengadores errantes con la cabeza llena de basura, que hay que fortalecer las instituciones e involucrarnos mas en nuestros padecimientos y en las soluciones.

El trabajo que nos toca es durísimo. Acostumbrar de nuevo al venezolano al respeto, a la solidaridad, es bien duro. Volver a creer en los lideres y en los partidos políticos es vital para el reinicio y la conquista de todos los derechos que nos quitaron. En el horizonte olfateamos que la brisa sopla a favor de la libertad y que bien pronto tendremos a la Venezuela que nunca debimos dejarnos arrancar y por la que debemos luchar siempre

Juan R. Aguilarte T.
panchoaguilarte@hotmail.com
@P_aguilarte
Anzoategui - Venezuela

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