Dedicado a: A Alexandra Poleo por introducirnos en el tema
y explicar la experiencia de la Economía Circular en Francia.
A Gustavo Carrasquel,
Director de la Fundación Azul Ambientalistas por su ya temprana investigación sobre este tema y sus aportes en
la divulgación del reciclaje, reuso y reutilizacion de los desechos y a su
propuesta conceptual del Arte Reutilitario Funcional.
A Carlos Zapata y al
Equipo de la actividad de Crecimiento Personal de Autodesarrollo de la Facultad
de Ingeniería de la Universidad del
Zulia, por sus investigaciones de campo
sobre el Mercado de los Corotos de Maracaibo.
El pequeño libro de
la Economía Circular en Latinoamérica
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Cuatro generaciones
de venezolanos fueron testigos de la abundancia de nuestro país producto de la
renta petrolera. Durante ese tiempo
fuimos los ricos de la América Latina. Un ejemplo para el resto del Continente: las mejores vialidades,
universidades gratuitas, grandes obras civiles y construcción masiva de
viviendas de interés social. Y de pronto lo inesperado, de llegar a tener
ingresos de hasta 120$ por barril de petróleo ahora nos acercamos al umbral de
un sostenido precio en el mercado de
25$.
Sería mezquino
responsabilizar de todo lo que está ocurriendo al gobierno actual o a los
pasados, simplemente estábamos cómodos con nuestro papel de país exportador de
petróleo y aunque hablábamos de sembrar el petróleo, de la independencia
tecnológica, de dejar de ser un país rentista, eso no pasó más allá de las
buenas ideas o de ideas bien intencionadas.
¿Pero por qué cambiar
o hacer algo distinto? si estábamos en la cumbre del mejor negocio del
mundo, que como dice la máxima
petrolera: ¡un negocio que aun mal administrado sigue siendo bueno!
Ahora nos encontramos
en un punto de inflexión o muy cerca de él, donde el desabastecimiento de
alimentos desequilibra lo político y no hay salida en el corto plazo. Llegamos entonces a una circunstancia sin
retorno, donde el cambio en nuestra manera de pensar ante los hábitos de
consumo aprendido, será lo único que nos pueda mantener y ayudar a salir
airosos ante esta realidad.
Como muchas
propuestas que en transcurrir de nuestros buenos años llegaron sin cabida a ser
escuchadas o asimiladas, seguros estamos, que el modelo de la Economía
Circular, fue una de ellas.
Esta nueva economía, tiene
como principio o columna vertebral, que todo tiene un valor de uso, incluso los
desperdicios que desechamos a la basura.
Es decir, se parte de asumir una revalorización de lo que a lo mejor, en
el pasado nos llegaba en abundancia.
Porque esa abundancia que conocimos hoy no la tenemos.
La economía circular
es ante todo un concepto optimista, que ve oportunidad donde antes veíamos
desperdicio. Hemos nacido y crecido en una sociedad donde desechar se ha convertido en un hábito. La crisis
económica, la carestía de los recursos y el cambio climático han abonado el
terreno a este modelo que se impone por sentido común y le dice adiós a la
cultura de usar y desechar.
Se trata de
prolongar la vida útil de todos los
bienes que nos rodean, bien sean
transformándolos como fuente para la generación de energía, o se
recomercializan, se repara, se desmonta y se refabrica. Desde la demanda, los
mercados de segunda mano son habituales, impulsados por prácticas del llamado
consumo colaborativo.
Ahora debemos vencer
a la economía lineal que durante décadas es la responsable de pérdidas
irreparables de recursos. Se necesitan sistemas eficientes para la distribución
de la energía, pasando por el agua, la alimentación o el transporte.
Un interesante
ejemplo de la economía circular es la creciente industria de los “Second hand
shop” o comercios con ropa o bienes de “segunda mano” que se han proliferado en
el mundo en las últimas décadas y son
parte de la cultura urbana.
Todos sus insumos les
llegan por la vía de la donación y ellos los revalorizan y los comercializan.
No solamente venden ropa usada, también zapatos, enseres de casa, libros, CD’s, juguetes,
partes de computación y artefactos eléctricos variados, etc. Aun cuando muchas personas todavía les huyen
a esta variedad de negocios porque no se pondrían algo usado, los mismos tienen
cada vez más usuarios porque además
de sus bajos precios que logran
derrumbar los prejuicios, existe también un importante segmento de la población
que con plena conciencia de lo que significa el despilfarro y sobreconsumo son
usuarios permanentes de estas tiendas.
Este urgente e
imperativo modelo requiere un cambio de
mentalidad en la sociedad: otra forma de vivir, otra escala de valores, otras
costumbres en la vida diaria: volver al uso de las bicicletas para trayectos
cortos, o del transporte público, o compartir el vehículo; ahorrar energía y
estimular formas de consumo más responsables; reducir, re-utilizar o reciclar
los residuos generados para buscar dar un uso más eficiente de esos bienes,
evitando crear así desechos innecesarios y, por lo tanto, provocar un impacto
positivo en el ambiente. En otras palabras: que los productos, desde su
concepción, puedan tener otras vidas.
Y que todo ello, en
su conjunto, genere nuevos empleos y un crecimiento económico local y real y
que sea sostenible con el ambiente.
Lenin Cardozo
lenincardozoparra@gmail.com
@cardozo_lenin
Ambientalista
Zulia - Venezuela
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