Hace unas semanas
escribí sobre las distintas formas que la sociedad democrática tiene, para
ponerle un freno a la deplorable situación económica, política, social e
institucional que estamos viviendo en Venezuela, por la terquedad y tozudez de
un Presidente y un gobierno, que aun habiendo sido derrotados por una
aplastante mayoría de venezolanos el pasado 6 de diciembre a propósito de las
elecciones parlamentarias, lejos de darle lectura correcta a este mensaje del
pueblo y proceder a las rectificaciones necesarias para salvar la Nación,
persisten en seguir repitiendo los errores y reafirmando la equivocada ruta de
imponer en el País, un modelo político-económico autoritario, clientelar,
centralista, populista y anacrónico, como el que sostienen hace más de 17 años,
que durante todo este tiempo, su tarea ha sido destruir todo lo útil y
constructivo que a su paso encuentra; pero visto lo que está ocurriendo con el
régimen y con la actitud del máximo tribunal
y sus magistrados nombrados inconstitucionalmente por ellos, en la fase
agonizante de la pasada Asamblea Nacional, no queda de otra que levantar
nuestras voces ante nuestros 112 representantes en el parlamento, para que
estos activen con la mayoría de sus integrantes y la perentoriedad del caso, la
propuesta de una ENMIENDA CONSTITUCIONAL, que tenga como único objetivo el
acortamiento del mandato de los poderes públicos constituidos, para que la
soberanía popular, expresada en el voto universal directo y secreto de los
ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente, exprese en referéndum
como lo pauta nuestra Constitución Nacional en su artículo 341, su acuerdo o
desacuerdo con la moción planteada.
La carta fundamental
es clara cuando establece que la propuesta de enmienda puede partir de la
iniciativa del 15% de las ciudadanas y ciudadanos inscritos en el registro
electoral permanente, quienes deben suscribir la solicitud; de la mayoría de
los integrantes de la Asamblea Nacional, que en este caso sería la mitad mas
uno de los diputados y diputadas del parlamento nacional o del Presidente de la
República en Consejo de Ministros, cumplidos cualquiera de estos requisitos
constitucionales, que de acuerdo a nuestro planteamiento debe ser por
intermedio de la mayoría de la recién electa Asamblea Nacional, dada su
reciente legitimidad y apoyo popular, quien debe tomar la iniciativa, y en ese
caso el Poder Electoral a través de su máximo órgano de ejecución el Consejo
Nacional Electoral, está obligado a someter a Referendo la ENMIENDA en los
treinta días siguientes a su recepción o solicitud formal, hecha por alguno de
los tres actores señalados anteriormente, lo que significa que será el pueblo,
donde reside intransferiblemente la soberanía popular, quien tendría la última
palabra, para decidir si los actuales representantes de los poderes públicos,
sometidos a referendo, continúan al frente de esas responsabilidades o si por
el contrario por mandato popular cesan en las funciones para las cuales fueron
nombrados, en el caso de los poderes derivados
o elegido en el caso del Presidente de la República. Esta seria
reflexión sobre el presente y el futuro de Venezuela debe ser considerada por
los representantes del pueblo, porque de Maduro y quienes tienen secuestrados
los poderes públicos, no se puede esperar otra cosa, que usar cualquier
artimaña para aferrarse al poder, así eso implique la total destrucción del
País.
“quienes defienden el
derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos
inocentes” PSB.
Pedro
Segundo Blanco
@pedrosegundoABP
Sucre - Venezuela
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