sábado, 28 de enero de 2017

LUIS GARRIDO, SE QUITÓ LA CARETA

HABLA LA CONCIENCIA

Los últimos acontecimientos políticos que sacudieron con mayor impacto la  intranquilidad de nuestro país abren un abanico de expectativas sobre la confrontación  radicalizada entre el gobierno y la oposición. 

 Comencemos por referirnos a los  ministros recientemente designados en el gabinete de Maduro, quienes contados  en su ejercicio presidencial pocos faltan para sobrepasar la línea de los cien;  y algo muy significativo es que entre los nuevos y los ratificados que suman 32, 11 son militares.  Quitar unos y poner otros, además de una señal de fracaso,  ya es una práctica en la incompetencia de Nicolás;   pero con quien estremeció el piso fue con la designación del Vicepresidente, ya que teniendo este nombramiento un trasfondo de arreglos oscuros, también se dice que es mencionado en los Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico.   

Roncha produjo el discurso de Julio Borges al asumir la presidencia de la Asamblea Nacional, en el llamado a los militares venezolanos entre escoger uno de los dos caminos: "obediencia al Artículo 328 que le impone el cumplimiento de sus funciones al servicio de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna" o seguir siendo escoltas de Nicolás Maduro. El viejo refrán dice: " al que le pica es porque ají come".   Julio Borges simplemente les hizo un recordatorio de respeto a la Constitución de la República Bolivariana.  

Sentirse bien atornillado pudiera explicar la confianza con que cuenta Vladimir Padrino para haberse quitado la careta y alinearse en lo que sin la menor duda es una dictadura por la calle del medio.  Faltaría saber cuántos lo acompañan en tan decidida traición a la patria.  Es de suponer la vergüenza que debieron sentir tanto los jóvenes cadetes como sus familiares y todos los militares no comprometidos con este gobierno de malversadores del erario público, al leer tan humillante comunicado de este general, en su rol de una de las principales fichas de la actual dictadura.         

Los caminos están despejados. La confrontación pacífica es en la calle, sin medir consecuencias y desventajas.   El lenguaje de un régimen dictatorial es la cárcel, la tortura, el crimen político y el exilio.  Muchas son las muestras que podemos enseñar de estos 18 años de lecciones perversas del chavismo-madurismo.  Faltaba solo militarizarla con cachuchas y bayonetas llevando al frente a quien ya se quitó la careta.   


Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela                    

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