TERMINÓ EL OBAMA PAULISTA
Ante los ojos del mundo se posesionó Donald Trump, el más polémico
empresario, como presidente del país más poderoso, en medio de escaramuzas de
protesta, pero también de grandes esperanzas, porque Estados Unidos y otros
países fueron afectados por el desbarajuste político, social y económico que se
derivó de la permisividad de Obama con el terrorismo comunista y sus disfraces
de paz.
Los primeros años del siglo XXI quedaron marcados por la ofensiva para
la resurrección del comunismo, muerto de muerte indigna junto al Muro de Berlín
en 1989 y junto a la URSS en 1990, luego de mostrar el fracaso de sus teorías
económicas; la corrupción de sus dirigentes y la pauperización y opresión de
sus ciudadanos.
En 1991 Fidel Castro, multimillonario y arcaico representante de ese
régimen, que había intentado exportar la violencia de su revolución al África y
a Latinoamérica, fundó el Foro de Sao Paulo con varios partidos de izquierda y
grupos terroristas, para usar la infiltración política en lugar de las armas,
con el objetivo de apoderarse de los países del continente.
La estrategia dio resultados: en 1999 cayó Venezuela con Hugo Chávez y
luego 11 países más, en los cuales los
mandatarios socialistas cambiaron la constitución, se atornillaron al poder, se
enriquecieron y empobrecieron a sus pueblos, con tal demagogia y populismo, que
muchos oprimidos hasta les dan las gracias por el hambre, la injusticia, la
incertidumbre y la miseria que les hacen sufrir.
La resurrección comunista no fue aislada. El mismo Papa, abanderado
históricamente de los oprimidos, se alió con los déspotas y los opresores, y se
apartó de los pobres, aunque de boca para afuera siguió abogando por ellos.
Para Francisco, Castro merecía un abrazo y las FARC su bendición, como
angelitos e idealistas revolucionarios. Obama por su parte, también hizo viaje
expreso a La Habana para congraciarse con los verdugos de Cuba, los Castro, y
suprimió la única esperanza de libertad, la política de Pies secos, pies
mojados (wet feet, dry feet policy) cerrando la posibilidad de los cubanos para
escapar del régimen.
Siguiendo la línea, Obama cohonestó la inaudita corrupción del gobierno
Santos y su pisoteo a la Constitución Nacional, su desprecio por el pueblo que
dijo No a su capricho de entregarle el país a las FARC, pero se le impuso
dictatorialmente, bajo la mirada complaciente del presidente norteamericano.
Donald Trump no es aguas tibias,
Le dijo a Obama las verdades en la cara y anunció mano dura contra el
terrorismo, específicamente contra el islámico, al que advirtió que lo erradicará
de la faz de la tierra.
Finalizó, por lo menos en Estados Unidos la era de blandenguería.
Esperemos que Trump cumpla sus promesas
y que entienda que todos los terroristas son iguales.
Mario Javier Pacheco García
mariojavierpacheco@gmail.com
@mariojpachecog
Colombia
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