ENTRE CIELO Y TIERRA
El verbo que mejor define la situación del país es, complicar. De él se
derivan todas las actuaciones que ha hecho el régimen y la oposición
indefinida, ya que para muchos no está claro de qué lado están hoy o mañana. Es
un vaivén muy complicado.
Los venezolanos en ese supuesto letargo, que muchos dicen ha caído la
población, no es otra cosa sino la perplejidad ante los rápidos cambios que
suceden día a día, debido a las improvisadas y pésimas ejecuciones en la toma
de decisiones para salir (o entrar) en las complicadas maneras de gobernar de
cada funcionario, estructurado con un chic
para crear el caos. Es el “leitmotiv”
de la revolución.
Leía un interesante planteamiento de un articulista que lleva por
título: “La claridad mental es la clave para el éxito”, de Francisco Alcaide
Hernández, quien afirma: “la claridad mental te lleva a conducir todas las
energías hacia lo importante sin despistarte ni dispersarte”. Que bonito se
lee, pero en la práctica, en el caso de Venezuela, es una utopía, porque la
clave del desastre no es la claridad mental para llegar al éxito. Se trata de
crear el caos para destruir y esclavizar. En ese laberinto estamos todos
sometidos y dirigidos por un incapaz.
Sin duda que tenemos, todos, el cerebro bloqueado por la invasión de
basura que cae desde el poder. En ese maremágnum de inmundicias, algunos
sobreviven, otros fallecen. De eso se trata el caos.
Ahora, por qué tenemos que seguir viviendo en un país gobernado de forma
complicada; la única razón para ello es que así se gobierna mejor, evaporando
lo bueno para permitir la ebullición de lo malo en toda las estructura del
Estado. Solo hay que echar un vistazo a los organismos y empresas del país.
El autor del artículo nos aproxima a un método que él considera
funcional. El aporte, ya que ni la MUD ni el régimen saben por dónde se debe
comenzar, se lo dejamos aquí para repensar sobre la complicada salida del caos
en Venezuela y la manera “sencilla” de
crecer con el estudio de la consultora Mckinsey
y sus tres elementos:
1. OBJETIVOS. Pocos
objetivos y poco complejos. Hace algunos años le pregunté a un directivo del
equipo de Florentino Pérez en el Real Madrid que había aprendido trabajando
codo con codo con él. Me dijo varias cosas, pero una de ellas fue la siguiente,
que reproduzco literalmente: «Tiene siempre 3-4 ideas fuerzas que guían su
estrategia, y luego es muy insistente en esas tres-cuatro ideas fuerza hasta
que están absolutamente asentadas e interiorizadas. Los procesos de asimilación
no sólo tienen que ser lentos sino que deben de ser muy insistentes; por eso no
se puede hablar de veinte cosas a la vez».
2. ESTRUCTURAS. Carlos Slim, uno de los personajes incluido en
Aprendiendo de los mejores (Alienta, 10ª edición) decía en cierta ocasión:
«Estructuras simples con mínimos niveles jerárquicos. En definitiva, operar con
las ventajas de la empresa pequeña, que son las que hacen grandes a las grandes
empresas». La burocracia es el drácula de la empresa; la burocracia aniquila
muchas iniciativas, quita mucha energía, genera muchos conflictos y otros
muchosderivados.
3. PROCESOS. La ejecución es la clave de todo, y los procesos son los
que facilitan u obstaculizan que así ocurra. Procesos simples, directos y en
menos tiempo. ¿Has visto la web de Hawkers? Sencilla. ¿Y sus productos?
Sencillo. ¿Y su proceso de compra? Muy sencillo. Lo mismo pasa con Amazon.
Puedes comprar en un clic sus productos directamente. Todo para facilitar la
decisión (impulso) de comprar.
Al leer estos tres elementos, pensé
en su aplicación sin necesidad de diálogos internos y foráneos, marchas,
cambios de monedas, menos bolsas de Clap-pobreza, etc. Si persiste la
resistencia de eliminar a individuos del gabinete económico, esta fórmula es
menos complicada, para no tener que
sujetarnos al descalabrado país cuando lo que realmente falta es
claridad mental.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
Nueva Esparta - Venezuela
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