PROYECTO PAÍS
VENEZUELA RECONCILIADA
Demasiado perfecto para ser verdad.
La perfección no existe. Nada más propio de la naturaleza humana, que su
imperfección. Venimos con ella. Es sello
indeleble que nos recuerda día a día nuestra condición humana. Si fuéramos perfectos, seríamos androides. Como aquel otro refrán que reza “quien mucho
abarca poco aprieta”, buena muestra de
tal evidencia.
La reflexión de hoy, se
fundamenta en ese axioma lógico racional del demasiado bueno y el que mucho
abarca. Pretendo con ello, tratar de entender y explicar según he venido
analizando, las razones del porque el Documento de la Alianza Nacional
Constituyente conocido como Bases Constituyentes, no ha logrado el propósito
que, con tanto entusiasmo y esperanzas, sus promotores y seguidores esperábamos de
él.
Lo primero que llama la atención es la identidad que asumimos para
definirnos. Lo hacemos diciendo que somos una red nacional de organizaciones.
Es decir, somos un tejido conformado por otros, nuestra identidad viene de
terceros, y asumimos la presunción de creer que quienes estén “más o menos”
contestes con unos Puntos Clave que tienen que ver con logística,
participación, actuación, y difusión dialéctica, son quienes en definitiva
conformarían la identidad de la Alianza.
Quien mucho abarca poco aprieta.
Juntos pero no revueltos.
Si esta acción de la ANC tuviera como fin específico y único, como muchos aún lo pregonan o piensan que es, o debe ser así, de que solo es para que la Constituyente
elabore una nueva constitución, lo anterior podría entenderse como válido. Pero
no es así. Por qué sino establecemos con precisión, los contenidos institucionales (Bases e
Instrumentos Internacionales), políticos
(Título I Principios Fundamentales), y legales (Títulos II, III y IV) amalgamados en el documento Bases
Constituyentes, es imposible trasmitir colectivamente una convicción plural y
masiva del mismo. Esa es una de las razones, sino la principal, del porqué ha sido tan difícil
convencer, o al menos adicionar
voluntades firmes y contestes, sobre todos los fundamentos que encierra un
proyecto que va mucho más allá de la gestión y hechura legal constituyente
(Títulos II, III y IV), que ha sido siempre lo que se destaca por sobre los
temas políticos e institucionales, que a
mi juicio, son la indispensable
esencia para el cambio radical que
requiere el país, como manera competente
para transformar la estructura del estado centralizado por la del estado
descentralizado.
Las dos últimas Cartas Magnas que han regido por más de cincuenta años
el estamento constitucional de nuestra República, es decir la del 61 y la del
99, expresan tácitamente que somos un
País Federal Descentralizado. Ergo, no es el papel, que lo aguanta todo, quien
modifica el modelo de estado que tenemos o que podría modificarse hacia el
futuro. Sin voluntad política, no hay cambio que valga. La Constituyente
podría, contribuir en la hechura de esos cambios pero no es garantía exclusiva de lograrlo,
porque sin la voluntad política, insisto, no hay cambio que valga.
Si asumimos ser una red para aliar organizaciones, nos convertimos en
una suerte de facilitadores. Por regla general,
el facilitador es neutral. ¿Y no lo sé? Pero percibo en carne propia,
que no es cómodo encarnar la posición neutral del facilitador, en un país que
está cayéndose a pedazos hace más de doscientos (200) años.
Si requerimos convencer sobre la puesta en marcha de unas reglas
inéditas, es necesario, además de la
implícita honestidad, demostrar a los
interlocutores que su implementación, esta apartada de vías complicadas,
difíciles y/o confusas. Y esto no se ha logrado
precisamente, porque las Bases
Constituyentes adolecen de vías confusas de difícil y complicada
comprensión. Y porque no se han hecho
las separaciones necesarias entre el proyecto político e institucional con el
de la propuesta legal para la
constituyente originaria. Que a la postre son objetivos y herramienta, unos y otro.
Me consta que existen muchos venezolanos dentro y fuera del país de
comprobada rectitud ciudadana, que no
entienden la posición ambivalente de la ANC desde el punto de vista político e
institucional.
Jamás he sido secesionista, ni lo seré. Me duele el país como a
cualquier ciudadano responsable que cree en la sustentabilidad del desarrollo y
en las bondades que ha generado el hombre globalmente en las últimas décadas a
través de los avances en ciencia y tecnología. Hoy sabemos que todos los seres
humanos vivos dedicados a la ciencia y la investigación son en número, más de
la mitad que la de todos los seres humanos que en toda la historia de la
humanidad fueron investigadores y/o científicos.
Ojalá, para bien del país, la
Dirección Nacional de la ANC, asuma el liderazgo político del Proyecto País
Venezuela Reconciliada. Sin vacilaciones. Y nunca como convidados de piedra o
facilitadores.
Maracaibo, 27 de febrero de 2017
Lorenzo Garcia Tamayo
lorenzogarciatamayo@hotmail.com
lorenzogarciatamayo@gmail.com
@lorenzogarciata
Nueva Esparta - Venezuela
Zulia- Venezuela
Excelente artículo, mi querido Lorenzo...
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