He estado pensando,
investigando, leyendo sobre el tema que se enuncia en el título y de ello puedo
concluir lo siguiente:
El peligro puede ser
real, objetivo, pero el miedo está en el futuro por lo tanto no existe en el
presente, es adelantar lo que nos puede pasar ante el peligro por lo que
podemos sufrir sus consecuencias dos veces
Del latín periculum, el
peligro es un riesgo o la contingencia inminente de que suceda algo malo. Puede
tratarse de una amenaza física o de una circunstancia abstracta, que depende de
la percepción de cada individuo.
Al reconocer el nivel de
un riesgo se puede actuar con valentía o con su contrario la cobardía o con la
exageración de la valentía que se le conoce como temeridad.
La temeridad casi
siempre está basada en una decisión irracional en la cual actúan sentimientos
ajenos a la razón.
Ante cualquier peligro
debe actuarse evaluando las realidades y comparándolas con las reales
posibilidades de enfrentarlas valerosamente y superarlas. Si las realidades no
son evaluadas y se actúa temerariamente la posibilidad de fracaso aumenta y
podemos ser vencidos por el peligro detectado, pero no evaluado.
Una actitud temeraria se
refiere a las acciones de quienes piensan sin motivo, razón o fundamento. Una
persona temeraria es la que se expone a peligros o a situaciones complicadas de
forma totalmente imprudente y que lo hace sin tener ningún fundamento o motivo.
Una especie de acción con imprudencia. La temeridad implica aumento del riesgo
o del peligro.
La palabra miedo
proviene del término latino metus, y es una sensación de angustia provocada por
la presencia de un peligro real o imaginario. Es un sentimiento de desconfianza
que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. El
concepto también se utiliza para nombrar al rechazo o aversión que siente un
individuo a que le pase algo malo u opuesto a lo que pretende para sí mismo y
para sus seres queridos. El miedo resulta desagradable para quien lo padece.
Esta emoción, sin embargo, también funciona como un método de supervivencia ya
que pone en alerta a las personas y los animales frente a una amenaza.
Es importante destacar
que, más allá de su función biológica y psicológica y de su calificación como emoción
desagradable para los individuos, el miedo también aparece en el arte como una
forma de entretenimiento. Por eso constituye un género literario (como los
cuentos o las novelas de miedo) y un género de la industria cinematográfica (el
cine calificado como de terror) por sí mismo.
Debemos concluir que al
peligro hay que enfrentarlo venciendo al miedo sin caer en la cobardía ni en la
temeridad, hay que abordarlo con el valor necesario y nuestras acciones deben
estar acordes con las posibilidades de vencerlo. Si no podemos superarlo de
inmediato debemos esperar mejores oportunidades en las cuales contemos con los
recursos para enfrentarlo con reales posibilidades de éxito.
A quien recomienda
acciones temerarias debemos preguntarle si él está dispuesto a realizarlas para
eliminar un peligro que se detecta. Usted no puede recomendar acciones que no
se sienta en capacidad de acometer por sí mismo.
No tengáis miedo, dijo
Jesus de Nazaret a sus discípulos. No hay que tener miedo. Nunca. A nada. Salvo
a nuestro propio miedo.
Carlos Padilla
@carpa1301
No hay comentarios:
Publicar un comentario