En Katowice, Polonia, este diciembre 2018 la 24
Reunión Mundial sobre Cambio Climático (COP 24), ratificó el compromiso de 196
países incluyendo Venezuela, de cumplir las reglas del Acuerdo de Paris de 2015
para evitar el calentamiento global. Para Venezuela que estuvo representada por
10 funcionarios, esto supone que en adelante, si asumirá efectivamente su cuota
parte de responsabilidad global frente al cambio climático.
De allí que la lectura del artículo “Un planeta en
peligro necesita una actuación multilateral” por Signe Krogstrup y Maurice
Obstfeld del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional
(Diálogo a fondo 03/12/2018), sirve aquí también de contundente alerta: “2018
ha sido un año con olas de calor, incendios forestales y tormentas de mayor
intensidad. De los 18 años más calurosos sobre los que existen estadísticas, 17
han ocurrido desde 2000. 2018 está en camino a sumárseles. Entre tanto, las
emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. (..) Otros
aspectos críticos del clima y la biósfera terrestres sufren enormes tensiones.
Los bosques lluviosos están mermando. Los cascos polares pierden superficie a
medida que se calientan los océanos y, a medida que estos se acidifican,
desaparecen los arrecifes de coral. El vertido de fertilizantes inyecta
demasiados fosfatos y nitratos en las cuencas fluviales, contaminando las aguas
y los ecosistemas litorales. Los microplásticos están entrando en los alimentos
y el agua que bebemos. La biodiversidad de nuestro planeta está haciendo
implosión.”
Nada nuevo como citan alertó en 1977 William Nordhaus,
nuevo Premio Nobel por su trabajo en economía ambiental: “Al contemplar el
futuro rumbo del crecimiento económico en Occidente, los científicos se dividen
entre un grupo que clama "¡se viene el lobo!" y otro que niega la
existencia de esa especie. Una inquietud persistente es que las actividades
económicas humanas alcanzarán una escala tal que el clima mundial se verá
afectado significativamente. A diferencia de muchas alarmas sobre la llegada
del lobo, me parece que esta habría que tomarla con gran seriedad. Al cabo de
poco más de cuatro décadas, tenemos al lobo en la puerta.” Ciertamente el
cambio climático es “el lobo en la puerta”. Si no lo detenemos, a todos en el
planeta y Venezuela nos devorará.
Pedro E. Piñate B.,
ppinate@gmail.com
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