Son muchas las voces que nos indican alternativas para encontrar las soluciones que el país pide a gritos de manera permanente. Son numerosas las personas e instituciones que emiten sus opiniones, algunas de ellas sustentadas con análisis y base numéricas que indican esas alternativas, la mayoría de ellas están bien documentadas y avaladas por expertos en los temas propuestos.
Lamentablemente lo que observamos es una creciente y mayor diferencia entre los proponentes, demostrándose una evidente conflictividad entre los actores políticos responsables de lograr aunque sea una base de acuerdos mínimos, que nos de esperanzas de soluciones a la gravedad de la crisis política, económica y social que arropa a la Nación Venezolana.
En lo político las distintas propuestas que hemos escuchado por los varios actores que la conforman, son muy diferentes unas de otras. Siendo evidente que quienes ejercen el poder insisten en sus propuestas que han venido sosteniendo en los últimos años, la cual es de mantener la agenda que les favorece y así preservar el control institucional del país o parte determinante de este. Los voceros de la Asamblea Nacional insisten en un inmediato proceso electoral con un nuevo CNE. También se observa en otros movimientos de opinión política propuestas intermedias disímiles a las dos corrientes mayoritarias. Lo preocupante es que no se ve ningún tipo de aproximación o acuerdo que facilite salidas a la beligerancia que nos envuelve, que tienen sus preocupantes efectos en la vida nacional.
En lo social existen diferencias aun mayores, donde los que ejercen el poder insisten en el suministro de las cajas claps y los recursos aportados a través de las misiones como la solución mas conveniente, la cual es contraria al de las instituciones que alertan ante el crecimiento de los índices negativos, reflejados en la elevada inflación la cual arrastra la continua perdida de la capacidad de consumo de las familias, con sus efectos en los elevados niveles de pobreza y calidad de vida. Se estima que la canasta alimentaría ya alcanza los cuarenta millones de bolívares, habiéndose su valor duplicado entre marzo y los días transcurridos del mes de abril. La cesta Petare que incluye ocho alimentos esenciales y es una referencia valida para los sectores de la población mas vulnerables su costo corre hacia los 5 millones de bolívares.
En lo económico, las diferencias se hacen evidentes entre los actores privados y la estrategia publica aplicada de estatizar los medios de producción. Su resultado se demuestra, en que somos el único país del mundo que en cuatro años ha perdido más de dos terceras partes de su producto interno bruto, encontrándonos con una capacidad productiva muy por debajo de la que teníamos hace 15 años, cuando comenzaron la toma de empresas y tierras privadas. Observándose que es el conglomerado productivo publico el que ha tenido la mayor caída, encontrándose la gran mayoría de las tierras y empresas publicas paralizadas o alcanzando algunas de ellas un máximo de un 20% de las cantidades que se producían en el 2005, considerándose a esta razón como la causa principal de la mayor parte de la caída de la producción nacional con sus consecuencias en el consumo y la elevada inflación, al tener que importarse buena parte de los productos que antes ellas producían, agravado por la fluctuación de un dólar que sube a la par del crecimiento de los bolívares en circulación..
Lo cual nos indica que estamos en una torre de Babel, ya que no se observa aunque sea algunos indicios de comunicación que nos den esperanzas de alguna forma al necesario entendimiento, en algunos de los más urgentes acuerdos convenientes al interés nacional. Lo contrario lo que vemos es una mayor vocería antagónica que solo crea desesperanza y confusión, alejando mas aun las posibilidades aunque sea remota que nos den alternativas a la complejidad política, económica social en la cual nos encontramos.
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
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