"Esta es la gran oportunidad para cambiar el sistema y salir de esta tragedia, no podemos seguir ignorando la naturaleza de nuestra crisis. El problema es el sistema"
Venezuela ha sido devastada y destruida por este régimen perverso socialista y comunista. La destrucción la ha convertido en una economía primitiva y de tercer mundo.
El régimen fracturó y destruyó las estructuras del Estado y acabó con nuestra moneda, no tenemos nada: Venezuela está anarquizada. La situación mundial o cualquier apoyo de la comunidad internacional no la podrá ayudar en nada sino cambia el sistema o modelo que han aplicado y pretenden seguir manteniendo los comunistas y militares comunistas. Si siguen entregados a los cubanos, el camino de la tragedia continuará. No hay que ser un genio para saberlo.
En 1922, Ludwig Von Mises (biólogo y filósofo austríaco), escribió su libro “Socialismo”, mostrando las razones por las cuales el socialismo es intrínsecamente inviable y está fatalmente destinado a fracasar donde y cuando se experimente, en cualquier país, momento o situación. Mises demostró y comprobó que el capitalismo es el único sistema capaz de producir bienes y servicios con eficacia plena y distribuirlos con justicia. ¿Por qué?
Porque el capitalismo y solo el capitalismo se basa en la admisión y reconocimiento de los precios libres, la propiedad privada, los empresarios individuales como coordinadores de los factores productivos y los mercados o redes de intercambios voluntarios, expresados en contratos celebrados sin coacción legal. Todo otro sistema es improductivo, empobrecedor, cruel e injusto.
Hasta ahora, la historia del mundo no ha hecho sino darle la razón.
Porque solo en el capitalismo la tecnología se aprovecha plenamente, la especialización rinde sus frutos, la creatividad y el ingenio se ven recompensados, todos los recursos son asignados a sus empleos óptimos y la riqueza se produce al máximo.
Y se distribuye también, ampliamente en el mismo proceso de mercado, a través de las distintas compensaciones a los diversos factores: sueldos y salarios al trabajo, intereses y dividendos al capital.
NADA DE ESTO FUNCIONA FUERA DEL CAPITALISMO
El socialismo es la imposición por los gobiernos de freno, restricciones y trabas a los precios, a la propiedad, a los empresarios y los mercados, y a los agentes productivos y sus contratos. Es el deterioro paulatino y progresiva destrucción de las instituciones propias del mercado, más que un sistema, que en la práctica no existe como tal, es un antisistema. No un sistema de producción.
Ludwig Von Mises, también dedicó una serie de ensayos a la forma relativamente moderada de socialismo conocida como “Intervencionismo” O “Tercera Vía”, mostrando las razones por las cuáles el intervencionismo es intrínsecamente inestable y tarde o temprano desemboca en el socialismo, si no se corrige el rumbo.
En el intervencionismo, la degradación puede tomar meses o años y aún décadas.
DIFAMACIÓN A LOS EMPRESARIOS PRODUCTIVOS
Pero una cosa es segura, cada vez los intervencionistas emplean medios más drásticos. Por ejemplo, la difamación a las empresas privadas y a los empresarios particulares, calumnias a los capitalistas y propietarios, descalificaciones y falacias propagandísticas en contra de los mercados y en pro del socialismo, imponiendo a la economía severas obligaciones, prohibiciones y restricciones, penalización con multas, inhabilitación y prisión.
Así se va empobreciendo a la sociedad. Y se llega al socialismo completo.
Otra cosa es segura: el socialismo completo y abierto, francamente declarado, nunca reemplaza a regímenes capitalistas exitosos, sino a experimentos socialistas fracasados.
Mises puso como ejemplos el socialismo nazista de Adolf Hitler y el socialismo soviético de Lenin y Stalin.
¿Acaso cuando el hitlerismo llegó, en 1932, funcionaba en Alemania una economía de libre mercado? No, en absoluto, había la República de Weimar, un sistema intervencionista muy rígido, decretado por los socialdemócratas y apoyado por los demás partidos políticos, que trajo hambre y penurias a los alemanes. Y antes de eso el prusianismo de los Hohenzollern y Bismarck, otro sistema intervencionista. La opinión pública creyó entonces que las tropas de asalto de Hitler pondrían orden en la economía.
¿Y EN RUSIA?
¿Y cuando el marxismo leninista soviético llegó, en octubre de 1917, funcionaba en Rusia una economía de libre mercado? No, en absoluto, lo que había era la democracia de Kérenski, un sistema intervencionista igualmente muy rígido, decretado en 1917 por los socialdemócratas y apoyado por todos los demás partidos, que trajo hambre y penurias a los rusos. Y antes de eso el zarismo, otro sistema intervencionista. La opinión pública creyó entonces también que los comunistas pondrían orden en la economía e implantarían el socialismo proletario.
¿Y en Venezuela? Igual. A partir del experimento democrático, lista gobiernos socialdemócratas y socialcristianos, estimulados por la izquierda neta, confundidos y acomplejados incurrieron en el grave error de destruir lo que teníamos de capitalismo, que no era mucho, de tal modo que para 1989 el descalabro era más grande, y seguía la confusión.
Así llegamos al socialismo bolivariano del siglo XXI y comunista. De crisis en crisis, y siempre tomando por la izquierda en cada crisis.
Llegó el momento de cruzar nuestro Rubicón que divide el viejo sistema del nuevo. Podemos ser la prueba en América Latina de que se puede hacer la transformación del comunismo hacia una sociedad libre. El socialismo y el comunismo son males muy bien definidos.
Significan destrucción y pobreza. Tenemos una gran oportunidad para cambiar el sistema y recuperar nuestra libertad y soberanía. La complejidad de nuestro sistema nos ha hecho difícil salir de él, y motivar a la gente a convencerse de la necesidad de rechazarlo. Casi 60 años de confusión, nos han llevado a perder nuestra libertad que es el valor y objetivo más importante.
Es la condición previa para todo lo demás. No hay tercera vía, porque tercera vía la hemos tenido y no sirve. A la izquierda hay que combatirla en sus dos facetas, la cultural y la económica. Para eso hacen falta Partidos políticos de cuatro dimensiones.
Partidos completos. Sin política no hay cambios, sin partidos no hay política y sin programas no hay partidos.
Esta es la gran oportunidad para cambiar el sistema o modelo, recuperar nuestra libertad para crear riqueza y despegar hacia el primer mundo. Los Tigres asiáticos como lo fueron Singapur, Taiwán, hong Kong, Corea del Sur, sin recursos lo hicieron.
Los países de Europa central y oriental lo hicieron. Los llamados leones africanos como Botswana y Ruanda lo están haciendo. ¿Cómo lo han hecho? Cambiando el sistema intervencionista y socialista por una economía libre. Tenemos todo para hacerlo y lograr la prosperidad.
Solo debemos pensar de otro modo, acabar con los complejos. La verdadera esperanza de los pobres es el capitalismo liberal o de libre mercado y no el socialismo.
Esta es la gran oportunidad para cambiar el sistema y salir de esta tragedia, no podemos seguir ignorando la naturaleza de nuestra crisis. El problema es el sistema.
Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@NestorSuarezRB
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