“Si quieres elevarte a la categoría de hombre digno, procura ser, además de honrado y virtuoso, humilde y respetuoso”. Simón Bolívar
El comentario nos lo refiere una amiga de
nuestra familia, en conversación durante la cual ineludiblemente se tocó el
tema de las elecciones parlamentarias, que se celebrarán el próximo 6 de
diciembre. Molesta e indignada por el gratuito y procaz insulto recibido de
parte de quien no tiene el más mínimo recato y educación para guardar la natural
discreción, que amerita la comparecencia en un programa de televisión, que se
transmite en horario al que tienen acceso niños, adolescentes, damas y hombres,
la amiga inquiría una opinión de sus contertulios, la cual no se hizo esperar,
pues todos coincidieron en calificar al asambleísta del oficialismo como un
vulgar provocador, cínico, mentiroso, sarcástico, corrupto y falta de respeto para con una audiencia, que
en ese momento posiblemente estaba atenta a escuchar las preguntas del
entrevistador y sus respuestas.
Pareciera, y de ello no tenemos la menor
duda, de que a estos enseñoreados socialistas de nuevo cuño, el poder
absolutista los obnubila y los convierte en obscenos, obsecuentes cortesanos,
chupamedias, frenéticos cazadores de nuevas fortunas, empoderados de un autoritarismo sin límites, en los que forjan
sainetes de legalidad para el cumplimiento de los designios del inquilino de
Miraflores y del presidente de la Asamblea Nacional. Piensan que gobernarán
eternamente y se lo creen sin empacho alguno, pues no imaginan que los tiempos
se agotan, y no comprenden que lo que
está ocurriendo en los actuales momentos en otras latitudes latinoamericanas,
no es sino una campanada de que el izquierdoso socialismo está llegando a su
final.
Quizás desconocen también estos socialistas
dizque bolivarianos, que del absolutismo monárquico, en el que los reyes se
atribuían ascendencia divina, surgieron las revoluciones como la francesa, en
protesta y repudio a la monarquía, en la que sus exponentes máximos eran
Danton, Rousseau, Robespierre y Marat, quienes terminaron engullidos por el
monstruo de la revolución, como consecuencia de sus abusos ideológicos, no
obstante la buena fe proclamada. Fue necesario que surgiera Napoléon Bonaparte,
quien puso término final a la revolución que hizo posible que se pasara de la
Segunda República al Segundo Imperio, en el que acaparó más poder, despotismo y
autoritarismo que el propio Luis XVI, lo que originó su derrota posterior
generada por una gran coalición internacional, ante el temor de que se
convirtiera en una amenaza mundial.
Igual suerte corrió la revolución
Bolchevique, que dio paso a la dictadura totalitaria y estatizante de Lósit
Stalin, que se caracterizó por las represión política y el culto a su
personalidad. En fin, a ello le sigue una larga lista de dictadores
revolucionarios o nacionalistas como Adolf Hitler en Alemania, Benito Mussolini
en Italia, Kim Jon-il de Corea del Norte, Mao Tse.Tung en China, Muamar al
Gadafi en Libia, Sadam Hussein en Irak, Idi Amín Dadá en Uganda y en América Latina, los Somoza, padre e hijo,
y muchos otros, que imbuidos en su
prepotencia, codicia y corrupción, pretendieron gobernar indefinidamente.
Estos socialistas venezolanos se empalagan
ofendiendo a diestra y siniestra a quien se les atraviese en su camino, y no
guardan la necesaria compostura y el debido respeto a la dignidad de los cargos
que desempeñan: Presidente de la República, presidente de la Asamblea Nacional,
diputados, ministros y otros, y por el contrario, se envalentonan cual guapo de
barrio soltando cuanta grosería y procacidad se les ocurra, en evidente
irrespeto a hombres, mujeres, adolescentes, ancianos y niños. A continuación,
algunos de los malos ejemplos de la prédica chavista
Chávez: “Maribel prepárate que esta noche te
doy lo tuyo….
Chávez:
“a la oposición que ganó esas elecciones de mier…..”
Chávez:
"No habrá luto nacional porque hoy murió un corrupto, un
dictador". A la muerte de CAP.
Istúriz:
"Bolívar no necesitó de papel sanitario para hacer lo que
hizo".
Maduro: . "Debemos multiplicarnos así
como Cristo multiplicó los penes...".
Carreño:
“Esos ignorantes, obtusos, coñ….de mad….. de la oposición
Maduro, a Julio Borges: “En 15 años lo que
has sido es un parásito”
Freddy Bernal: “Franklin Nieves es un mafioso
y un mentiroso”
Cabello: “Lorenzo Mendoza ha sido siempre un
gran vividor de la Patria”
Casi todo proceso revolucionario termina
confundiendo el populismo redentor con el autoritarismo totalitario, que no es
sino una nefasta simbiosis de lo más heterogénea, que llega a la degradación
moral, de la institucionalidad y del derecho.
Mientras que la democracia es, por ende, una
filosofía de vida, o si se prefiere, un estilo de convivencia social basada en
el respeto, la consideración del adversario como persona, y no como enemigo,
pues su propósito esencial es no dañar los pilares fundamentales en los que la
tolerancia y el pluralismo ideológico, constituyen los valores esenciales de la
coexistencia entre seres pensantes. Quizás la desviación de estos propósitos
obligó al ideólogo del socialismo del siglo XXI, Heinz Dieterich, asesor del
extinto Chávez en el inicio de su gobierno, a divorciarse del proyecto al que
termino calificándolo como una “humilde choza”.
Maduro exige respeto a la figura del Presidente
de la República, pero debería comenzar dando el ejemplo y reconociendo con
humildad que el vocablo “majestad” entendido como tal, significa “grandeza,
superioridad y autoridad sobre otros”, pero no para abusar caprichosamente en
el ejercicio de los derechos, que aplica el principio de igualdad. Y mucho
menos para con su habitual bravuconada manifestar que si la oposición llegara a
ganar los comicios del 6-D, el chavismo
"no entregaría la revolución" y pasaría a gobernar con el
"pueblo" y en "unión cívico militar". Quizás pretende
emular al Che Guevara, quien en la ONU (1964), ante un grupo de periodistas
extranjeros, cuando uno de ellos le preguntó si en Cuba se seguía fusilando, su
respuesta sádica y lacónica fue: “Sí, estamos fusilando y seguiremos fusilando
a todos los que se opongan a la revolución”. No cabe la menor duda del talante
dictatorial de Maduro, negado a la legalidad y la Constitución, por lo que
ahora más que nunca creemos lo que el mismo afirmara en días pasados: “Se me
está fundiendo el poco de cerebro que me queda”.
Estamos en presencia de una mentira y una
maldad como lo calificó el Dr. Ricardo Haussman, acusado por Maduro de
conspirar junto al empresario Lorenzo Mendoza., por lo que es necesario prestar
atención a la advertencia del sabio Einstein: "Quienes toleran o fomentan
la maldad ponen al mundo en mayor peligro que quienes realmente la
practican".
Carlos
E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro
fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Aragua
- Venezuela
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