No espantemos a las sardinas, sino
atraigámoslas porque ellas serán los que nos entregarán los tiburones de la
tiranía para arponearlos.
Estamos bajo la tiranía de la delincuencia
organizada por Cuba. Somos el único país de América en el cual la delincuencia
organizada tiene el poder político. No hay otro. Somos además el único país del
mundo cuya delincuencia organizada, que detenta el poder político, tiene por
“padrino” o jefe a un gobernante extranjero. No hay en el mundo otro caso
semejante. Somos territorio de la delincuencia organizada por Cuba, cuyos
títeres aquí están sometidos al “padrino”, residente en La Habana, al cual le
deben lealtad.
1.- Es una tiranía por ser un régimen de
poder absoluto, ejercido por una diarquía que está por encima de la ley y
manipula la justicia.
2.- Se define universalmente como
delincuencia organizada “a la actividad delictiva de un grupo estructurado de
tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe
concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves con la finalidad
de obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico, político u otro
beneficio de orden material”. Desde 1999 está en el poder una banda que ha
cometido los delitos más graves que puedan cometerse, de los cuales sus
miembros no han respondido penal y civilmente porque precisamente, en virtud
del poder que detentan, no son perseguidos ni sufren castigo o pena, ya que,
siendo autoridad, sería ir contra ellos mismos.
3.- Tales delitos de la delincuencia
organizada son:
3.1 El delito de lesa patria, el grado máximo
de la traición, cometido al ceder la soberanía nacional graciosamente a Cuba y
someterse, en calidad de títeres, a su gobierno.
3.2 El
narcotráfico que supone el comercio de sustancias tóxicas, que engloba la
fabricación, distribución, venta, control de mercados, consumo y reciclaje de
drogas. Grupos ilegales, mafias o también denominados carteles, gestionan la
cadena de suministro, en combinación con grupos terroristas colombianos que
ocupan territorio venezolano, lo que constituye a su vez delito contra la
seguridad del Estado.
3.3
El terrorismo de Estado, que consiste en la utilización de
métodos ilegítimos por parte de un gobierno
orientados a inducir miedo o terror en la población civil para alcanzar sus
objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos. Entre
las formas de terrorismo de Estado hay las siguientes: a) Creación de
organizaciones terroristas convencionales como las bandas armadas o
colectivos. b) La instrucción o
inducción a la tropa regular para que actúe de tal manera que cause terror en
la población civil, tal como sucedió en 2014. c) Realización abierta de
operaciones militares con el mismo objetivo, que se suelen denominar
"encaminadas a romper la moral del enemigo", normalmente mediante el
uso “armas estratégicas” cuyas características produzcan un grave estado de
inseguridad y temor en la población civil. d) El terrorismo judicial que se
practica valiéndose de jueces y fiscales.
3.4 El saqueo de Venezuela mediante la corrupción
a gran escala, que ha destruido a PDVSA.
Estamos, pues, ante una tiranía sin
antecedentes en la historia nacional, por ser de la delincuencia organizada y
tener por “capo” a un gobernante extranjero. Se trata de algo jamás visto entre
nosotros. Entonces qué hacer? Adaptar a esta realidad lo que hicieron los
norteamericanos contra la mafia, los italianos contra la corrupción política
(Operación Manos Limpias), los peruanos contra el terrorismo de Sendero
Luminoso y los colombianos contra los narcotraficantes Escobar y Rodríguez
Orejuela. Es el método de pescar a los tiburones valiéndose de las sardinas.
Hacerlo en dos etapas. La primera: ayudar a las sardinas a escapar del lado de
los tiburones, facilitándoles la huida a Estados Unidos para que allá denuncien
a los tiburones y presenten las pruebas de sus delitos. Con estas pruebas se
van formando los expedientes que harán que los tiburones sean extraditables
cuando pierdan el poder, lo que garantizará su prisión por tiempo suficiente
para estabilizar la nueva democracia (caso Noriega de Panamá).
En la segunda etapa, iniciada la nueva
democracia, invitar a las sardinas al arrepentimiento con el perdón
condicionado a que aporten las pruebas que incriminen a los grandes jefes de la
delincuencia organizada. Y ofrecer recompensas
por la información que permita incautar la riqueza malhabida de los
jefes de la delincuencia organizada y apresarlos donde quiera que se hayan
escondido.
Ayudemos a las sardinas a escapar (la última
por ahora el fiscal Nieves) y luego, ya en el poder, invitemos a todas las
sardinas a entregarnos los tiburones para arponearlos.
Jesus A. Petitt Da Costa
petitdacosta@gmail.com
@petitdacosta
Caracas – Venezuela
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