Después
de mucha cháchara propagandística, durante estos 16 años de desastre de
administración chavista, ejercida a traves de la hegemonía comunicacional en
los cuales nos han querido vender slogans como
Venezuela Ahora es de todos, El Gasoducto del Sur, La Siembra Petrolera, La Soberanía
alimentaria, El Eje Orinoco-Apure y en los últimos días hemos escuchado a la
inefable Jacqueline decir que las colas son sabrosas y al gobernador del estado
Bolívar que la revolución persistirá aunque sea comiendo piedras fritas,
apreciamos que la pelota sigue siendo redonda y la caja en que viene es
cuadrada.
Las
colas son sabrosas cuando se hacen con gusto como para comprar la entrada a los
juegos del béisbol, pero comer piedras fritas debe ser muy difícil por lo duro de
las piedras, pero esperamos ver al susodicho degustando alguna.
La
cuestión es que ninguna de esas propuestas han tenido concreción, no se aprecia en la realidad venezolana la
veracidad de ellas y en estos tiempos de
elecciones apreciamos gran preocupación de quienes ejercen el poder, por el
desencanto que vive el ciudadano común por los problemas que confronta para
adquirir los insumos básicos que le permitan sobrellevar la carga familiar.
Uno
de los ritornelos del finado déspota del
Sabaneta fue que con la revolución bolivariana el pueblo seria reivindicado al
lograr el gobierno la soberanía alimentaria, gracias al desarrollo endógeno del
campesino mediante la utilización del conuco. Asi empezó después del 2000 el hurto de propiedades agrícolas con la
famosa Ley de Tierras para lograr la cacareada soberanía.
Hoy
en el ocaso del 2015 y después de expropiar haciendas, hatos y fincas como La
Marquesena, con el famoso método CHAZ, El Charcote, El Baúl, El Frio, La
Vergarena, El Capitán, las haciendas
plataneras del sur del lago como la Bolívar, los fértiles Valles de Aragua, con
una tradición de siglos produciendo caña de azúcar para el ron Santa Teresa y
la Azúcar Montalbán, asi como los tablones de caña de azúcar en el estado
Yaracuy, que hasta el año 99 producían el 20% de la azúcar que se consumía en
Venezuela, las fincas del Valle del Turbio que producían casi toda la cebolla
que consumían los venezolanos, entre tantas robos por parte de quienes dirigen
el estado, hoy vemos las inconmesurables colas de miles de ciudadanos pasando
las de Caín para ver si pueden comprar I/4 de kilo de café o un kilo de
pollo y arroz o harina de trigo, que les
permita mitigar el hambre.
El
caso es que la soberanía alimentaria la vemos con estupor en la noticia del
naufragio del buque frente al Rio Amazonas, con 5000 reses que venían de Brasil
para el mercado venezolano. Esta es una noticia reiterativa, dado que en los
desolados muelles del puerto de La Guayra, exactamente frente al almacén
Libertador, está un buque denominado Independencia II, de los dos buques
comprados por el innombrable para suplir a la extinta Venezolana de Navegación,
los cuales tenían más defectos que benéficos. El caso es que ese mismo buque ha
traído varias veces reses en pie de Brasil, pero por las características
insanas del buque, muchas de estas reses han muerto en el viaje y han sido
tiradas al mar, según informaciones que nos dio un patriota cooperante, que
trabajo en el cuarto de máquinas de dicho buque y que tuvo que renunciar al
mismo por las irregularidades en el pago a su contrato.
El
16 de octubre del presente, pudimos
conocer a traves de un informe de la Comisión
de Alimentación del Colegio de Ingenieros del estado Zulia, que la
hacienda El Capitán ubicada en Perijá, producía 5000 litros de leche al día,
que iban a la industria láctea y vendía anualmente 1500 novillos mestizos de
raza pardo suizos y brahaman, que alimentaban al pueblo venezolano. Esas
tierras fueron entregadas a los fundos zamoranos y están improductivas, al
igual que las de Yaracuy y los valles de Aragua.
Ese
informe señala que el 95% de los 5 millones de hectáreas robadas a los
productores están improductivas y refiere que en 1998, el estado venezolano
importaba en alimentos 1.250 millones de dólares al año y en 2014 se importó
9.500 millones dólares, importando carne bovina en un 70% del total consumido
por el pueblo venezolano, al igual que el azúcar, maíz blanco en un 60%, maíz
amarillo 75%, café 70% aceite 90%, caraotas 90% y arroz en un 60%, señalando
que el país, está al borde de una crisis humanitaria por la ruindad en que esta
el campo venezolano.
Lo
doloroso de la situación es que Venezuela producía casi todos esos rubros
alimenticios, a excepción de las caraotas y el maíz amarillo en los cuales
teníamos algunos déficits y éramos un país que exportaba café, arroz y azúcar.
Vemos ahora las consecuencias de esa política expoliadora denominada soberanía
alimentaria, que ha llevado al país a una situación similar a los tiempos de otro
déspota, Juan Vicente Gómez.
La
Soberanía alimentaria no se logra trayendo caraotas y leche de Nicaragua o
Santo Domingo, o ganado en pie de Argentina, Brasil o Uruguay, o arroz de
Guayana o Surinam. Se logra incentivando la producción interna que permita
crecer las cosechas y rebaños del país, ese sería el desarrollo endógeno
necesario que le permitiría a Venezuela detener esa caída abrupta del PIB, el
cual de acuerdo a datos de La CEPAL y del FMI, señalan que Venezuela es el
único país petrolero del mundo con una incidencia negativa en su economía, al
punto que este año 2015 tiene una inflación de un 850% y se contraerá
aproximadamente en un 10% de su PIB.
Los
problemas del país se deben a una conducción equivocada llevada a cabo por
gente sin experiencia en el manejo de la cosa pública, que ha utilizado los
resortes del poder para lucrarse impúdicamente, robando a mansalva. Esto tiene
que cambiar y eso debemos hacerlo este 6 de diciembre cuando tenemos la
oportunidad de escoger a unos venezolanos que integren la próxima asamblea
nacional que cumpla la misión del parlamento, la de controlar al ejecutivo, de
legislar en materia de leyes y de
parlamentar para buscar soluciones
consensuadas en beneficio de los venezolanos.
Este
6 de diciembre votaremos por los candidatos de la unidad democrática para salir
de esta horda de delincuentes que asaltaron al estado venezolano y embaucaron a
un pueblo que de buena fe creyó en un redentor que con una gorra militar
propuso nuevos cantos de sirena.
Rubén
G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
Vargas
- Venezuela
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