“!Lo
van a Pagar! Todos saben quiénes son realmente los intocables de la mafia de la
comida y a ellos nada les hacen!.. Lo que les hicieron a
los propietarios de los pequeños depósitos
en Quinta Crespo fue una barbaridad, quedaron en la calle… Como en todo
comunismo dañan la imagen del sector Privado para
eliminarlo”.
Son estertores de la “revolución
bolivariana”. Ese fraude tormentoso iniciado por el “eterno”, cuyo mayor éxito
fue la insuperable corrupción, que no solo se transformó en tormentosa fábula,
sino que desmadró toda la cultura socio-económica que pudimos haber
capitalizado en la odisea democrática del siglo xx. ¡Quien lo hubiera pensado!
Cuando la gata puede se sube al tejado. Pero como dice el refrán: ¡No hay mal
que por bien no venga!
Nada bueno podía esperarse de un mal palo y
de sus astillas, y eso es lo que estamos viendo como resultado del desastre
político enarbolado como el “proyecto, proceso o revolución”, que alcanzó hasta
el rimbombante nombre de “patria nueva”, que, indiscutiblemente, impactó en las
esferas del poder político venezolano, como el sumun esperado para hacer la
antipolítica declarada en las últimas décadas del pasado siglo. Fue lo que
ocurrió el pasado lunes en Quinta Crespo. ¡Una nueva proeza revolucionaria!,
“…donde fueron incautadas casi trece toneladas de alimentos acaparados…,
ganando así el Gobierno una nueva batalla en la cruzada contra la supuesta
guerra alimentaria”. Cuentan los “contrincantes de la guerra”, varios ancianos
custodios de más de cuarenta mini-depósitos de distintos propietarios, que el
general Ministro de Alimentación, junto con el comandante de la Guardia
Nacional, incautaron dichos alimentos, con la justificación del “acaparamiento”. En nuestros tiempos,
perseguíamos el contrabando o la droga, pero nunca se nos ocurrió ir a un
mercado a incautar todos los alimentos que sus vendedores, mantenían en sus
depósitos para reposición de anaqueles. Es la mejor demostración del fracaso de
la “revolución, el proceso o el proyecto”
Mientras efectivos de la Guardia Nacional subían la mercancía en los camiones de Mercal, los transeúntes veían la escena de rostros desesperados de decenas de padres y madres de familia que se quedaban de la noche a la mañana sin fuente de ingresos, al ser despojados arbitrariamente de sus bienes como a los judíos en el Holocausto. El ambiente que se respiró en la zona de Quinta Crespo fue de indignación e indefensión ante un Gobierno bandido capaz de robarles la mercancía a pequeños comerciantes para surtir los mercados vacíos por su propia ineficiencia.
Pero no fue solo eso, sino que se espera
saber de quién es la responsabilidad de haber cargado con los aires
acondicionados, bombillos y teléfonos del inmueble. Todos los afectados
literalmente en la calle porque se les impidió la entrada al edificio mientras
veían desconsolados cómo sus inventarios eran saqueados por las mismas fuerzas
del orden que supuestamente estaban para protegerlos como ciudadanos, sin tener
a ninguna institución o instancia a quienes recurrir ante este saqueo.
En estos estertores, nunca se oyó aquello de
"Así, así, así es que se gobierna"; al contrario, algunos fiscales y
guardias nacionales tomaron una actitud similar a la del fiscal Nieves y
estaban conscientes de que participaban en algo indigno, pero se excusaban a
los afectados en privado porque de ello dependía su trabajo.
Solo una Fiscal movida por los llantos de los comerciantes saqueados, se quitó la chaqueta roja y la tiró al piso exclamando: "yo no puedo prestarme a esto"; y un guardia nacional, que demostró empatía con el drama que se estaba viviendo, cuando le preguntaron a quién se podría acudir para defender los derechos de los negociantes despojados de sus mercancía, respondió: "Es inútil, sería como acudir a pedirle ayuda al ladrón que los robó”. No hay dudas, hay ángeles entre los diablos.
Enrique
Prieto Silva,
eprieto@cantv.net
@Enriqueprietos
Caracas
- Venezuela
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