Echarle mano a las
universidades autónomas siempre ha sido un objetivo de los gobiernos
totalitarios. Ya no es solamente el poder ejecutivo el que intenta lograr la
intervención de la actual universidad autónoma, democrática, plural, formadora
de valores cívicos y ciudadanos.
Ahora se trata del
poder legislativo y no nos sorprende el acuerdo aprobado en la Asamblea
Nacional contra las universidades del país. Es la guerra de los poderes del
Estado contra las universidades.
Nada nos sorprende,
no es casual esta decisión legislativa, es política de Estado hacia el sistema
de educación superior.
Es un objetivo
estratégico de un régimen que se inició en 1999. Ya ocurrió en el año 2001, en
ese momento le correspondió al TSJ, en las salas electoral y constitucional,
embestir con los cachos totalitarios la autonomía universitaria al dictar
decisiones respecto a las elecciones de las autoridades en varias casas de
estudio.
Se trata de imponer
la hegemonía cultural y política de un proyecto comunistoide. Comienza por el
cerco presupuestario como estrategia para asfixiar las universidades. Se
imponen presupuestos deficitarios con criterios políticos que afectan
gravemente la excelencia académica.
La universidad se
está quedando sin docentes, hay fuga de talentos, se van del país. El
empobrecimiento económico de las universidades da grima, hay facultades que no
tienen ni papel, las computadoras no funcionan, y muchas calamidades que serían
muy largas describirlas.
Es un cuadro
preocupante, no es accidental, es el propósito político de destruir lo que no
han podido doblegar a través de los medios democráticos. Por eso embisten a las
universidades autónomas.
Es un tema para el
debate nacional. Por cierto, en gira por Barinas, me encontré con Carlos Boves,
expresidente de la FCU de la ULA y exdirigente del MIR en Mérida, años que no
lo veía, y con más frecuencia converso con
Macario González, quien igualmente fue presidente de la FCU de la ULA y
secretario juvenil del MIR, mientras yo era secretario juvenil de COPEI en
Mérida y dirigente universitario, la tertulia giró sobre muchos aspectos
importantes de la vida política nacional; terminamos recordando nuestras coincidencias
y nuestras diferencias.
Estos encuentros
sirven para afianzar nuestro compromiso histórico, nosotros no podemos olvidar
el himno de la JRC: “Juventud victoriosa, victoriosa, valiente y aguerrida….” y
todos recordar en este tiempo de agresión a nuestra alma mater el canto a la
universidad plural: “Que vivan los estudiantes jardín de nuestra alegría, son
aves que no se asustan de animal ni policía, y no le asustan las balas ni el ladrar
de la jauría. Caramba y Zamba la cosa, que viva la autonomía”.
Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob
Carabobo - Venezuela
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