Biológicamente, más que aceptable.
Emocionalmente, difícil de aceptar. No ha de extrañarnos lo que le puede acontecer
a un hombre de tan longeva edad, lo que si extrañaremos es al hombre en
particular a quien le aconteció.
Habrá ya muchas citas y anécdotas
extraordinarias de quien en tan larga y prolífica vida, ejemplarizó y demostró
hasta dónde puede llegar un venezolano si se lo propone. Un ejemplo de vida que
ennoblece y da al traste con la carestía de valores, ¡si de valores! de los
venezolanos de nuestro tiempo.
Todos aquellos que tuvimos el honor de
disfrutar algunas horas de tertulia con aquel caballero de modales atentos y
viriles, de una inteligencia sencilla y profunda a la vez, característica del
hombre de talento. Del hombre que conoce el pulso de la sociedad y del ser
humano, del que nunca aprovecho su talla moral e intelectual para beneficios
personales, ni supo de la arrogancia propia del mediocre que se esconde en
linajes, riquezas o cargos. Sino que le dedico su vida a visualizar esa
Venezuela posible, tantas veces truncada por la conducta irresponsable del
populismo criollo, del pasado y del presente.
No puedo ni debo hacer panegíricos, pues su
memoria me lo reprocharía, debo solo expresar mi afecto y agradecimiento desde este modesto espacio
de opinión, influido quizás por esas cortas conversaciones, en la que aprendí
tanto de la naturaleza humana y de la política como compromiso de ayudar a sus
semejantes. Con la mirada hacia el país responsable, digno y laborioso, pero a
la vez con la tenacidad de luchar contra la lacra de la ambición desmedida y el
de la falsedad de la ideologías radicales.
Allí, en ese espacio de coincidencia que la
providencia me obsequio en el 2012 en el denominado “frente anticomunista”
donde tuve el honor y la emoción sincera de conocerle y acompañarlo en un
periplo de 5 estados, para decirle a los venezolanos, yo por primera vez, el
por enésima vez, la importancia de los valores de la democracia y de la
libertad y de la lucha contra el atraso, la mentira y el comunismo, ese que ya
asomaba su rostro perverso, ese que hoy nos humilla y nos destruye como
sociedad.
Pensaba, como es posible que un hombre de 94
años, tenga el guáramo de hablarle claro al país, mientras una variedad de
fantoches de renombre y líderes políticos trashumantes, negocian con el
gobierno y otros obtienen prebendas.
Indignas algunas, inaceptables todas, para el carácter y la moral de este
reciente amigo que siempre los comentaba entre los espacios que tuvimos en las
giras.
¿Cómo se logra Don enrique, poder llegar a
convencer? ¿Cómo podemos decirle a la gente el camino perverso hacia dónde va
el país? ¿Cómo se trasciende para lograr esos objetivos? ¡César, conocimiento,
perseverancia, tolerancia, pero mucha tenacidad, sin traicionar ni mentir, sin
apartar los valores esenciales del
hombre o del que pretende honradamente mejorar la sociedad donde vive! Me quedo
aquello grabado más por la fuerza moral del interlocutor, que por el sentido
mismo de las palabras.
Un agudo humor, que solo la verdadera
humildad puede albergar. Ante la pregunta indiscreta de cómo se hacía para
llegar a esa edad, me refería: César, me alimento bien, eso si mis vitaminas
todos los días….luego con una picara pausa concluía: pero el gran secreto es el
de tener “padres longevos”….y la risa llegaba ante tan ingeniosa respuesta,
haciéndome sentir que aquel hombre de tanto prestigio, de tan dilatada y
exitosa trayectoria, era un venezolano de pura cepa, tan sencillo y cordial
como el que más….¡Que honor haberle conocido. No lo defraudaré amigo ¡seguiré
luchando hasta el final!
Cesar
Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc
Stantes"
“Todavía
en Pie”
Caracas
- Venezuela
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