A
los colombianos nos gusta el país, nuestros paisajes y ciudades, las
posibilidades de estudiar y de salir adelante, los triunfos de la selección, y
nuestra defectuosa democracia, con sus partidos y movimientos, confundidos en
su propia alinderación ideológica, que se disputan electoralmente el poder.
Desentonan,
claro, muchas cosas, entre ellas la
corrupción en todas las esferas, y la inseguridad, acicateada por la violencia
de las extremas de derecha e izquierda, representadas por las bacrim, el paramilitarismo
y la guerrilla comunista.
A
pesar de todo, estamos enamorados de Colombia, y creemos que el problema de la
violencia puede ser repelida, con eficacia, por las Fuerzas armadas, como se
verificó entre 2002 y 2010. No por estadística, que puede ser mentirosa, sino
por la efectiva seguridad que se vivió en las vías y pueblos del país. La
violencia se mantuvo, si, pero solo entre los violentos.
En
países vecinos, sus democracias están siendo demolidas desde 1996, para ser
reemplazadas por un híbrido tercermundista de socialismo populista, que nada
tiene que ver con el socialismo democrático de Noruega, y que pregona el fin de
la pobreza y de la injusticia social, restringiendo libertades, la propiedad
individual, la iniciativa empresarial privada, y apropiándose del sistema
productivo nacional.
Sus
resultados en Nicaragua, Venezuela, Cuba, Argentina, Chile, El Salvador, etc.,
tienen que ver con su descalabro económico y la violación de los derechos
humanos; con el recrudecimiento de la violencia, el enriquecimiento escandaloso
de gobernantes macondianos, y la conformación, en Cuba y Venezuela, de un
estado totalitario, desde donde huyen por millares sus habitantes, porque
multiplican la miseria, y penalizan el pensamiento.
Los
colombianos tenemos divergencias, pero preferimos nuestra democracia defectuosa
y corregible, a ser convertidos en un país comunista. Sin embargo, esa realidad
está más próxima de lo que pudiéramos pensar, gracias, en gran parte, al
cretinismo de quienes confían en las FARC y en la paz de Santos.
El
comunismo se incrustó, desde hace rato, en nuestra sociedad, en nuestra
política y en nuestra violencia. Durante el Bogotazo izaron su bandera en
edificios incendiados, luego adoctrinaron a las guerrillas liberales de
Tirofijo, -para que pudieran asesinar con justificación política- y finalmente
se volvieron jueces, congresistas y presidentes, esperando la oportunidad para
el zarpazo.
No
es casualidad que la anterior Fiscal, Viviane Morales sea esposa del ex
guerrillero Carlos Alonso Lucio y que el Fiscal General, Eduardo Montealegre
fuera dirigente comunista; que fueran ex guerrilleros el ex gobernador de
Nariño y el alcalde de Bogotá; que Carlos Gaviria hubiera obtenido la votación
más alta del país; y que Santos, cercano a Castro y con antecedentes pro FARC,
fuera presentado a Uribe en 2003, tomara su confianza y obtuviera su respaldo
para ser presidente en 2010. En su mandato el comunismo logró los mayores
avances en su historia de Colombia, y serán rubricados en el acuerdo de paz de
la Habana.
A
Santos le quedó fácil comprar magistrados y jueces, y mucho más al congreso. En
sus manos sucumbió la independencia de los poderes, que es la esencia de la
democracia.
Pero
¿Quién está tras las cuerdas de este teatrino del guiñol, para arrebatarle a
Colombia la democracia y suplantarla por el comunismo? ¿Dónde se trazan los
planes para que el pueblo apoye a quienes serán sus destructores y verdugos?
El
Foro de Sao Paulo es una organización fundada en 1990, por las izquierdas y
grupos guerrilleros, para tomarse el poder de Latinoamérica. Sus postulados son
la implementación del socialismo, el rechazo al imperialismo capitalista, y al
neoliberalismo. Sus justificantes son los mismos nuestros y de todos:
Protección a la niñez y la mujer, rechazo a la injusticia social, a la
corrupción, y erradicación de la miseria, pero tratados en forma populista,
para disfrazar el verdadero objetivo: La toma del poder.
Hay
que reconocer que la corrupción e ineptitud de los gobiernos tradicionales
facilitó su accionar, porque hastiaron al pueblo y lo hicieron vulnerable a las
promesas falsas de la izquierda. Cuando se constituyó el Foro en 1990, solo
Fidel Castro dominaba en Cuba, y hoy su avance impresiona. Quien logra el
poder, apoya a otros miembros del Foro en otros países.
En
Argentina. Cristina Kirchner, es respaldada por los partidos comunistas, y ex
guerrilleros del grupo Montoneros
En
Bolivia, Evo Morales, del Movimiento al Socialismo, y los productores de coca,
llegó al poder en 2006.
En
Brasil, Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores, llegó al poder en 2011.
En
Chile, Michelle Bachelet llegó al poder en 2005, por los partidos Izquierda
ciudadana, Movimiento Amplio Social, y Partido comunista.
En
Cuba, desde 1959 los Castro, son exportadores de la revolución comunista
En
Ecuador, Rafael Correa, del Movimiento PAIS, llegó al poder en 2007.
En
Nicaragua, Daniel Ortega, ex guerrillero del Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) llegó al poder en 2007
En
Paraguay, Fernando Lugo, obispo católico, de la Alianza Patriótica para el
Cambio, llegó al poder en 2008. Fue destituido en juicio político en 2012.
En
República Dominicana, Leonel Fernández, del Partido de la Liberación
Dominicana, de la social democracia y centroizquierda, llegó al poder en 1996
En
Uruguay, José Mujica, ex guerrillero del Frente de Liberación Nacional,
Tupamaros, llegó al poder en 2009, por el Frente amplio. Tabaré es de su
partido.
En
Venezuela, Hugo Chávez, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) llegó
al poder en 1999. Su sucesor, Nicolás Maduro, es del mismo partido.
Para
los integrantes del Foro de Sao Paulo, el proceso de paz de Cuba permitirá que
otro de sus miembros, las FARC, se apoderen de Colombia. Tienen el respaldo de
una población engañada por el término paz, que no significa lo que debería,
sino la entrega del país a las FARC, cuya esencia es el crimen, el
narcotráfico, y la violencia. ¡Ah! y la prepotencia, porque su negativa a pedir
perdón y sus exigencias, están arrodillando a Colombia al extremo de la
iniquidad.
Mario
Javier Pacheco García
mariojavierpacheco@gmail.com
@mariojpachecog
Colombia
Creo que con los resultados que a mostrado el socialismo en América Latina es suficiente para no desearla nunca mas en el poder.....
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