Ya los venezolanos perdimos la capacidad de
asombro por todo lo que nos ha tocado vivir en los últimos tiempos. Solo en una
semana hemos visto de todo. El martes 10
de noviembre, el uruguayo Luis Almagro, secretario general de la OEA y ex
canciller de Pepe Mújica, nos sorprende con una misiva de 18 cuartillas a la
rectora del CNE, Tibisay Lucena, donde pide transparencia electoral, y digo
sorprende, porque su antecesor el chileno Insulza, no tuvo el valor de hacerlo,
y entre otras cosas, “ipsofacto” la carta fue respondida por el representante del
poder legislativo, siendo el poder electoral el encargado de dar respuesta,
cosa que por cierto no ha ocurrido.
Por cierto, que el subsecretario de Estado
adjunto para América Central y el Caribe de Estados Unidos, Francisco Palmieri,
“aplaudió” la carta del secretario general de la Organización de Estados
Americanos, Luis Almagro, con la que expresó su preocupación por el proceso
electoral en Venezuela.
“Creo que la carta y los comentarios de
Almagro son muy claros. Por esas razones son por las que desde Estados Unidos,
no solo en el caso de Venezuela, insistimos en que haya observación electoral
efectiva tanto internacional como nacional”, dijo Palmieri
Luego, el día miércoles, en horas de la
tarde, las redes sociales casi estallan con la información que un avión en el
aeropuerto de Puerto Príncipe, Haití, dos jóvenes pertenecientes a la familia
presidencial fueron capturados por la DEA, traficando drogas. Aún más, con
pasaportes diplomáticos ¿Altos funcionarios en manejo de drogas, con patente de
corso?
Para colmo, ese mismo día, el señor Arreaza,
que ocupa la Vicepresidencia, anuncia la caída de los huevos, es decir bajó su
precio, hasta tal punto que los hizo esfumarse de las bodegas y supermercados
del país.
A todas estas, quien está al frente del poder
ejecutivo por enésima vez fracasaba en su intento por aumentar el precio del
barril de petróleo y además, se ufanaba en defender los Derechos Humanos, tan
reiteradamente violados en nuestro país, en una reunión en Ginebra, en la ONU,
momentos después que el director ejecutivo de DDHH de ese organismo, se las
cantara todas. Por cierto, cumplía su viaje 34 al exterior.
El 90 por ciento de la planta profesoral del
país en un histórico referéndum rechazó el jueves 12 de noviembre, las
pretensiones de la Asamblea Nacional de cercenar el derecho a la autonomía universitaria.
Luego el viernes 13 de noviembre, cuando se
conmemoran 30 años de la tragedia que enlutó
a Colombia, y al mundo entero, con la erupción del volcán Nevado del
Ruíz el mundo se vio conmocionado por
los sucesos terroristas en París, Francia. Ojalá no aparezcan “Passport
diplomatiqué” y kalanikov relacionadas con nuestra “isla tropical”. Sería el
colmo, digo, por aquello de la protección a los sirios.
Pero regresando a esta “isla tropical” que es
Venezuela, como la llamase un dirigente gubernamental en tiempos pretéritos, no
podemos desviar el rumbo del 6 de diciembre. El cambio nos une y hay que
retornar al Estado de Derecho, libre y democrático, que garantice la paz y la
justicia de todos los venezolanos.
Recordemos el 2011, de aquel
organigrama que pintó Makled en La Picota, en Bogotá, cuando fue
interrogado por agentes de la DEA antes de su traslado a Venezuela,
señalaba a Barinas capital como
epicentro del Cartel de carteles. En
conversación con el periodista investigativo Casto Ocando, Makled contaba por
primera vez cómo operan las redes de producción y distribución de cocaína desde
el sur de Venezuela, en supuesta estrecha cooperación entre las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército venezolano, que envía unos 5
aviones diarios desde el estado Apure hasta Honduras, y de ahí a México, con
destino final a Estados Unidos.
Hace poco días, con la detención del sobrino
de ex presidenta del TSJ por drogas, nos vamos damos cuenta que son como muchos los "altos
cargos", con Narco familiares. Esto anda mal, algo huele mal en Dinamarca,
diríamos. Nos falta tener al “Chapo Guzmán entre nosotros.
Debemos superar la actual fase de la sociedad
venezolana, donde la clase que nos gobierna
vive a expensas del erario público mientras que la otra parte, que es la
gran mayoría de venezolanos, vive a expensas de las migajas y las sobras que
desecha la anterior. Es el común denominador
en los regímenes totalitarios y violadores de los DDHH. Por eso el 6-D
el cambio que nos une es comenzar la construcción de una nueva Venezuela.
Jesús
Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@uraniomomoy
Caracas
– Venezuela
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