Que tremenda sensación de frustración debe
experimentar el economista chavista ante las teorías económicas oficialista que
no son otras, que las del comunismo,
igualitarismo retrógrado que ha fracasado en todas partes del mundo donde se ha
aplicado. Hasta la China se comporta en el escenario económico mundial como una
potencia capitalista y cuenta con 251 multimillonarios, cada uno con más de
1000 millones de dólares en sus cuentas privadas. Todo lo cual señala que el
comunismo, es el camino más largo hacía el capitalismo.
Hace 239 años Adam Smith demostró
científicamente que ser rico era buenísimo. De repente, gran número de
individuos produjeron riquezas que cambiaron el destino hasta entonces nefasto
de la humanidad. Desde ese momento se aplicó la fórmula que nunca ha fallado:
libertad política más libertad económica, igual bienestar general. Todo lo
contrario que hace el chavismo.
Con la Revolución Industrial surgió la clase
capitalista (empresarios) y la clase obrera que llevó la peor parte. La
explotación del pobre por el rico sin ningún tipo de contemplación social se
hizo notoria (aquí ocurre la explotación del pobre por el pobre que es aún
peor). El hacinamiento de los trabajadores en barriadas inmundas (como las
nuestras), provocó los movimientos de conciencia de clase. Aparecen Marx y
Engels, con su comunismo, que acabó con el capitalismo en los países
donde se implantó y que resultó en el desastre que hoy todos conocemos.
En el resto del mundo, surgió el capitalismo
social con su lucha de clases a través de los sindicatos, derecho a huelga,
seguridad social, leyes del trabajo y ciento de reivindicaciones más (que el
chavismo trata de eliminar) que aportaron gran bienestar y riqueza a la clase
obrera.
Sin embargo, esas son doctrinas y teorías
económicas que se pueden discutirse como ejercicio de retórica. Pero ¿cómo justificar lo injustificable?
Eliminar la propiedad privada, destruir el aparato productivo del Estado y los
servicios públicos, control de todo con el predecible desabastecimiento,
inflación y bachaqueo; un Banco Central cautivo, y todo lo que va contra las
normas fundamentales de la economía. Se deben sentir horrible. Que oiga quien
tiene oídos…
Ernesto
Garcia Macgregor
garciamacgregor@gmail.com
@garciamacgregor
Zulia
- Venezuela
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