lunes, 16 de noviembre de 2015

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN, CIUDADANO, AVIVA EL SESO Y DESPIERTA.

Arrancó una de las campaña más corta de la historia electoral venezolana, en tres semanas tendremos una nueva composición en la Asamblea Nacional, con personas que se han comprometido con los cambios que necesita el país, para progresar y vivir en paz. Lo cual significa que votar por la opción que le puede ganar al chavismo es determinante, es decir, la unidad. Al chavismo hay que demostrarle que no somos los sumisos que ellos pretendieron crear, con consignas y símbolos. El chavismo entró por votos y sale por votos. Siempre he dicho que la sociedad venezolana esta despolarizada en la cotidianidad y polarizada en elecciones, sobre todo en éstas por el asecho de un proyecto político de dominación centralista y autoritario. Por ello, quienes asumieron la bandera de la unidad democrática deben tener en cuenta las expectativas que la sociedad tiene para votar por ellos, (nada en la vida es gratis) en cuanto a la necesidad de propiciar la participación, transparencia, honestidad en el manejo de los fondos públicos y con respecto al sentimiento ciudadano y que no sea una simple consigna para ganar unas elecciones, como ha sido hasta ahora. Esto es necesario advertirlo.

Porque la sociedad venezolana ha sido maltratada por propios y extraños. Por el bipartidismo que se refugió en las grandes maquinarias electorales, donde se producía dinero, para asesores, marketing político,  publicidad, con mensajes huecos, sin contenido, que no le decían nada a nadie, pero por los que la gente tenía que votar. Y por el chavismo que atendió para esclavizarlos al PSUV. En efecto, ambos han contribuido con el alejamiento de la sociedad en todo lo que es política, gobierno y gestión pública, la gente considera su superación personal por él y su familia, no por las instituciones.
Esta dispersión social, que han creado quienes nos han gobernado, ha sido gracias a la escasez de bienes que hace que la gente procure garantizar tenerlos para mantener a su familia, como sea, por eso ahora el bachaqueo, ojo no estoy justificando estos comportamientos, los estoy comprendiendo en su dimensión humana. Estas personas consideraban que bueno si ellos estaban bien, no importa lo demás, pero resulta que ahora no hay beneficio para nadie, salvo la cúpula de boli burgueses y los funcionarios públicos privilegiados, que son muy pocos.
         Otro ingrediente que abona al alejamiento es la hechura del Orden Social, que hasta ahora, se nutrió de los caprichos de los gobernantes, no de las necesidades de la ciudadanía. El Orden Social lo establecía el caudillo de turno, hasta que llegó la democracia que degradó en populismo, pero igual eran las cúpulas (cogollos) de los Partidos Políticos. Los gobernantes no fomentaron las redes ciudadanas, que conforman cohesión social, porque en la atomización logran mayores beneficios personales, en el ejercicio de un liderazgo personalista heredado del caudillo.   
Entonces ciudadano le hablo a su alma dormida, para que avive el seso y despierte, cómo se pierde tu calidad de vida, cómo se viene el caos, tan callando. (Parafraseando a Jorge Manrique). Es tiempo de que el ciudadano se empodere realmente del rol que le corresponde en la sociedad y exija, reclame, apoye, participe, lubrique… Ya esa minoría de edad a la que se refería Kant, no existe, la sociedad cumplió su mayoría de edad, para decidir sobre su destino y asumir el reto de participar en colectivo, para el logro de objetivos comunes. La fuerza de Tocqueville y el espíritu hegeliano, están en la sociedad. Entonces, No te salves, como el poema de Benedetti, que se los dejo para otra entrega.
Carlota Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com

@carlotasalazar

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