Hay
momentos en el que callar es un absurdo. Antígona en ésta América azotada por
la violencia se reproduce cada vez que se arrebatan injustamente vidas. Ese fue
lo que percibí en Ana María Bidegain la esposa del magistrado
Urán cuando la oí en 2011 en Bogotá en un encuentro de historiadores; su
narración dramática sobre lo acontecido y sus miedos desatados no me pudo ser
indiferente como tampoco lo és, la caja negra que significa el militarismo y su
poder desbordado.
El
testimonio de Anahí Urán Bidegaín, su hija, publicado en Semana, sobre el
asesinato de su Padre el magistrado Horacio Urán hace treinta años en la
cruenta toma del Palacio de Justicia en Bogotá, muestra en su sencillez que el
sentimiento de la vida y el pathos que ella transporta, no podrá ser aplastado
por el uso de la fuerza.
La
memoria aún en ruinas, es el mejor antídoto a la manipulación de la historia,
es oposición activa al intento por sepultar en el olvido el pasado que hoy se
hace práctico y nos llega como voces susurrantes sobre todo a quién sabe
escucharlas con atención.
Holocausto del palacio de justicia en Colombia por el M-19 |
VER: https://youtu.be/nSISq9JLhAw
Luis
Manuel Cuevas Quintero
luimanc@yahoo.com
Mexico
Luis
Manuel Cuevas Quintero, ULA-UNAM
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