Hace
unas semanas Guillermo Barba de su blog Inteligencia Financiera Global informó
que la escasez de oro y plata en el mercado de metales preciosos, se había
esfumado con rapidez. Por su importancia transcribo casi literalmente dicho
artículo con algunos cambios menores que introduje. La backwardation, fenómeno que se presenta
cuando el precio al contado (spot) es superior al del contrato de futuros
activo (el que tiene abiertos el mayor número de ellos), había dado paso a la
normalidad del contango. Éste ocurre cuando el precio futuro es más alto que el
spot, lo normal. La backwardation es una
señal de escasez en el mercado de metal físico, al contrario del contango, que
refleja abundancia. Desde la crisis de
2008-2009 el oro y la plata han oscilado entre ambas. Esto que para la mayoría
de economistas y financieros no tienen un significado relevante, para los
estudiosos de la Nueva Escuela Austríaca de Economía sí es de la mayor
importancia. Como su fundador el Prof.
Antal Fékete ha expresado también en este espacio, cada vez que el oro se
comienza a ocultar de la circulación es un síntoma de que los inversores más
avezados empiezan a acumularlo en físico y abandonando sus formas en papel. No
hay existencias de oro suficientes para amparar cada onza comprometida en
contratos, por lo que la tendencia es a que se acabe el metal disponible. Como
ocurre en pánicos bancarios, cuando una parte considerable reclame sus monedas
o lingotes, habrá quiebra.
El
profesor explica que ese ha sido el caso en crisis de grandes dimensiones, como
la del colapso de Roma en el año 476 de nuestra era. Augura por lo tanto que un
gran cambio vendrá y que marcará también un hito en la historia. De estar en lo
correcto y en esta columna estamos de acuerdo con ello, un nuevo gran colapso
económico se avecina. La razón de que el
ocultamiento del oro sea un síntoma de una crisis de enormes proporciones, es
que el metal precioso constituye un indestructible e inmejorable refugio
financiero. A lo largo de la historia de la humanidad ha fungido como depósito
de valor, protector del patrimonio, medio de acumulación de ahorro y su rol más
destacado: como dinero. Dinero es el intermediario general en los intercambios.
El devenir del ser humano en el mercado discriminó a lo largo del tiempo entre
varias mercancías que ocuparon dicho rol. Sin embargo, el oro y en segundo
término la plata, fue encumbrado en distintos lugares al mismo tiempo, y en los
mismos sitios en diferentes momentos, como el dinero por excelencia gracias a
sus características. Milenios de
aprendizaje no se perdieron u olvidaron con el encumbramiento de la actual
divisa de reserva el dólar, ni con la invención de los futuros de oro, sino
todo lo contrario. La corrupción del
actual sistema monetario basado en la acumulación exponencial de deuda, es
insostenible. Esto se debe a que las deudas tarde o temprano se tienen que
pagar, y la capacidad de posponer ese momento emitiendo volúmenes crecientes
deuda para liquidar lo antes debido, se va reduciendo. Igual que el quebrado que
consigue tarjetas de crédito nuevas para abonar a las viejas.
Los
bancos centrales por lo tanto, gozan de un privilegio enorme y poder
extraordinario, gracias a la fuerza de la ley que obliga a los ciudadanos a
usar sus billetes como dinero. Si esa ley no existiese para forzarnos, la gente
repudiaría ese papel moneda pues no tiene sustento, respaldo o valor alguno más
allá del material del que esté fabricado.
Con el oro y la plata es distinto, pues siempre serán valiosos debido a
que el público mantendrá en todo momento una demanda insatisfecha por ellos. Lo
que varía es su precio, pero su valor como mercancías con la mayor
negociabilidad de entre todas las existentes gracias a sus propiedades, se
mantiene intacto. Asimismo, debido a que su cantidad es limitada y su
producción abona sólo una mínima parte a las nuevas existencias, no es posible
crear oro sin límites, como las divisas de papel. Es por ello que no se puede
emitir deudas en él y luego crear más oro ficticio de la nada para pagar el
capital e intereses acumulados. Con el rey de los metales las deudas no pueden
crecer ad infinitum. Quien recibe oro ya ha sido pagado con mercancía, quien
recibe billetes necesita aún cambiarlos para ser pagado. Son deuda. La disciplina que imponen estas restricciones
comentadas, es la que tanto incomoda a la dupla gobierno-banqueros, pues los
primeros, no pueden derrochar a placer un dinero que no se crea sin fin, y los
segundos, hacer negocio con ello.
Cobra
sentido que en un mundo donde se acumulan deudas, aquellos que consideran que
el desenlace fatal se acerca, se preparen acumulando oro, tal como lo hicieron
sus ancestros. El valor de activos inflados de precio por la expansión
cuantitativa llamada así en el prestigioso programa de opinión financiera inglés
Keiser Report, puede desaparecer hasta ser cero, mientras el del oro, no. Esas
burbujas cortesía de la depresión de tasas de interés e inyección de liquidez
de los bancos centrales, siempre explotan.
Por todo lo anterior, hay una tendencia clara de la backwardation a
volverse permanente. Hasta el momento, esa escasez de metal ha desaparecido con
alzas de precios como la observada durante la primera mitad de octubre, pero
alcanzaremos el punto tras el cual conseguir oro físico a cambio de dólares
será casi imposible. Los inversores en valor no lo venderán fácilmente, como
nadie hubiese vendido su bote salvavidas en el Titanic. No es posible predecir
el momento del colapso, pero de lo que sí hay certeza es que el sistema
monetario como lo conocemos llegará a su fin.
Sugiero
leer El BRIC oro: jaque mate al dólar fiduciario
http://www.aporrea.org/internacionales/a199452.html que fue tema de la
entrevista Entrevista a Jairo Larotta 11-12-2014 en RNV 630 AM por el
periodista Richard Ezequiel Peñalver “Mirada Internacional”:
Jairo
Larotta
jairolarottas@gmail.com
@jairolarotta
Miranda
- Venezuela
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