jueves, 5 de noviembre de 2015

HUGO CALZADA, SUPONGAMOS, SOLO SUPONGAMOS POR UN MOMENTO..., DESDE ARGENTINA

Todo tiene su precio, y el precio del actual gobierno es que será (ya es) fuente de inspiración de toda clase de burlas

Para terminar con un Estado basado en vínculos de sangre y no en el derecho de los ciudadanos  nos están haciendo falta coincidencias básicas entre muchas cabezas pensantes y activas, para poder llevar adelante una transformación seria y real.

Para ello, supongamos que en las próximas elecciones elegimos a un ciudadano con verdadera vocación pública que convoque por propio prestigio el apoyo del pueblo.

Supongamos también que ese argentino de profundo sentimiento cívico puede llevar a la práctica exitosamente el principio que dice que el Gobierno es la suma de tres Poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) que operan con independencia pero que de la acción conjunta surge la conducción del Estado.

Supongamos que el pueblo ayuda al Ejecutivo a ser prudente, sin exigirle más de lo que puede darle.

Supongamos que todos nos propusiéramos olvidar agravios y viejas heridas, esforzándonos para no confundir rencor con justicia.

Supongamos, solo por un instante, que nuestros docentes educan a nuestros jóvenes a respetar las ideas de los otros, mientras generan las propias, y que los padres de esos jóvenes les enseñan a venerar a sus abuelos que dejaron en el camino lo que ellos comienzan a buscar...

Supongamos, solo por un momento, que los gobernadores de las distintas provincias deciden encarar una drástica reducción en todos sus gastos burocráticos y propusieran medidas con audacia tales como, por ejemplo, suprimir las cámaras de senadores provinciales (en aquellas provincias en las que el Poder Legislativo fuera bicameral), redujeran las dietas y gastos legislativos y terminaran con el clientelismo político.

Supongamos, solo por un momento, que los intendentes municipales obrando con la misma audacia que los gobernadores, redujeran sensiblemente el gasto público y la corrupción actual.

Supongamos que el Poder Ejecutivo actual admitiera su error en el hecho de haber dejado sin efecto los indultos decretados por el entonces presidente Menem y las leyes de obediencia debida y punto final del Dr. Alfonsín…,  Aunque de arranque le parezca una utopía, no hay que ser un gran economista para advertir que la Argentina produciría un shock de confianza, capaz de atraer las inversiones que tanto necesitamos para volver a recrear un ciclo de elevado crecimiento...

Con liderazgo y opinión pública a favor, aún se puede transformar una crisis en otra gran oportunidad. De todos depende que lo podamos realizar...

Usted, ¿no piensa así?

En azul y blanco,

Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942

Argentina

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