En la fase final del régimen el gobierno
quiere disimular su fracaso y su profunda debilidad bajo el ropaje de la
confrontación. Cuando Maduro afirma que “ganaremos como sea”, está expresando
su posición arbitraria e irrespetando la decisión mayoritaria del PUEBLO que
quiere cambio, y está recurriendo a todas las maniobras posibles con el
propósito de desmovilizar a la mayoría de la población que lo rechaza.
Por más
que trate de distraer la atención del verdadero debate nacional, éste se está
llevando sobre el atroz estancamiento económico, la alta inflación y la inseguridad
personal. Mientras anda deambulando en el “paraíso socialista-comunistoide”,
los hospitales del país ruletean a las parturientas antes de dar a luz y en ese
ruleteo corren el riesgo de perder su bebé o su propia vida. Todas las áreas de
maternidad y hospitalización de los diferentes centros de servicio están en
crisis por falta de medicamentos, falta de personal y equipamiento de todo
tipo, falta de insumos y fallas eléctricas y estructurales.
Ante esta situación
específica, el tema de la salud se queda
“chiquito” ante la abrumadora cifra de dólares que ha manejado el
gobierno nada más
y nada menos
que la cantidad
de 1 BILLÓN 280 MIL 208 MILLONES
DE DÓLARES…, mientras la escasez, el desabastecimiento, la inseguridad y la
inflación, se consolidan como las principales preocupaciones de los
venezolanos.
El gobierno originó un deterioro general del país. Necesario es
cambiar el modelo estatista por otro que ponga orden político para salir de la
ruina económica. En tal sentido consideramos necesario plantear otra visión.
Mientras no se corrijan las desviaciones estructurales y legales que produce el
“modelo cubano” no se resuelven los problemas. Ese modelo de sustitución de los
medios de producción en manos privadas (que son los que saben producir) para
pasarlos al sector público ha fracasado.
Así como fracasó el modelo, fracasó la
campaña de la “guerra económica”. Lo que busca Maduro es culpar a los
empresarios de las distorsiones ocasionadas por su política fracasada y
fortalecer la ideología socialista contenida en el plan de la patria, que
incluye violentar la Constitución.
No se trata de socialismo-comunistoide, es maduración democrática lo que se requiere, es decir, reafirmación de los valores democráticos. En vez de comuna, familia. En lugar de propiedades colectivas, propiedad privada. En vez de cooperativas fracasadas, microempresas. En vez de lucha de clases, la gente pide respeto y oportunidades: revalorización del trabajo. Por eso Venezuela quiere cambio.
Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob
Carabobo - Venezuela
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