viernes, 29 de enero de 2016

PABLO HERRERA, TOLERANCIA

Tolerancia. Palabra que procede del latín “Tolerantia”, y que tiene como significado una condición que refiere la acción y efecto de quien puede resistir, sobrellevar, admitir, aguantar o aceptar hechos, situaciones, procedimientos o reglas; también describe la conducta y consecución de conllevar una buena relación con algo o alguien, fundamentándose en la practica del respeto; en términos generales y en referencia a la convivencia humana. Es la tolerancia, la más clara expresión de este respeto por los demás, y como tal, es el valor esencial para la coexistencia pacífica entre las personas. Es el reconocimiento, la aceptación de la individualidad y las diferencias que se tienen en razón de los otros, involucra una aptitud íntegra hacia los semejantes, así como de sus opiniones, ideas o actitudes, creencias, comportamientos o prácticas, aun cuando estas fueren diferentes o contrarias a las propias.

Quien manifieste la tolerancia como practica de vida, sabe que si alguien ostenta condiciones y convicciones distintas y diferentes a la suya, proviene de otras regiones, posee otras prácticas culturales, es de otra clase social, tiene una preferencia en cuanto a equipos y practicas deportivas, se alinea en una ideología o militancia política o piensa completamente diferente, no implica que sea su rival o enemigo. La tolerancia es un valor moral e igualmente, es el reconocimiento de esas diferencias inherentes a la propia naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones, de las ideologías y de las doctrinas o las maneras de ser o actuar de cada quien en particular.

            Para iniciar una practica sobre tolerancia, primeramente debemos tener una idea o al menos una aproximación de lo que es el “ser humano” o la “persona humana”, y en la medida que se vaya conociendo y reconociendo a tales, con todas sus implicaciones o entidades, que se hagan las definiciones sobre su identidad, origen, características, condiciones, clases, organizaciones, en fin todo lo que representa su cultura y advertir sobre la cosmovisión y totalidad de sus verdades y realidades. En esa misma proporción lo iremos categorizando (como una manía nuestra y de todos, de ir colocando etiquetas e ir calificando a “la gente”, situándolas en un archivo, según sea “la clase” que le vayamos asignando), pero el detalle al que refiero, es que esa “calificación”, “valoración” y “clasificación”, deben hacerse en positivo, y tratar de comprender que cada quien, es tal cual, según las condiciones y circunstancias, donde les correspondió nacer, crecer y desarrollarse. Aun cuando hay muchos casos de excepción, que alguien o algunos, asumieron otras características que no les eran propias, por cuanto entraron en contacto y comulgaron con otras sociedades, doctrinas, culturas, o situaciones, que les implicaron el hecho adaptar o asumir con características propias, su desarrollo o experiencias personales. Luego de hacer todo ese reconocimiento, vendrá la valoración y por consecuencia la aceptación inequívoca. Como corolario, para tener una determinación y justificar porque cada quien o cuales, manifiestan con expresiones de vida y conducta, todo cuanto le es propio de su naturaleza o idiosincrasia.

*La Disconformidad: El grave problema de maltrato a los usuarios del “servicio” de transporte “publico” por parte de chóferes y colectores, y las condiciones en general de esas unidades.

*La Propuesta: Que los organismos encargados de velar por el respeto a los usuarios, cumplimiento de rutas, el horario, y las condiciones del servicio de transporte, se supervisen constantemente.

*La Aspiración: Que revisemos continuamente nuestras acciones y contribución a favor de la tolerancia, para generar un mejor clima de convencía social y sumarnos a las diversas campañas.

Paz, Amor y Salud. Bendiciones.

Pablo Herrera
pablo.herrera1@gmail.com
pablo.herrera1@hotmail.com
@pablo1herrera

Carabobo - Venezuela

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