viernes, 29 de enero de 2016

CHARITO ROJAS, CÓMPLICE

He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos. Antoine de Saint-Exupéry (1900 -1944), escritor y aviador francés, en su famosa obra “El principito”
Con el dolor inmenso de un padre que perdió hace apenas mes y medio a su hijo de 3 años, abatido no por el cáncer de pulmón que padecía sino por la carencia de la medicina que prolongaría su vida, Ricardo Medina expresó desde el podio de oradores de la AN que si la muerte de su hijo impulsaba una acción que rescatara la salud en Venezuela, no sería en vano.

Pero ni siquiera tener al frente la tragedia de un niño prematuramente muerto, hizo que la bancada oficialista votara a favor de la declaratoria de una emergencia sanitaria, que la mayoría demócrata aprobó. Porque se necesita corazón para ver el padecimiento ajeno, se requiere de sentimientos nobles para sin dudar tomar acciones drásticas que frenen la crisis humanitaria que vive el pueblo venezolano. Acciones que retornen las medicinas a las estanterías de las farmacias, que otorguen divisas a los importadores de equipos y repuestos médicos, presupuestos suficientes para recuperar la infraestructura y el equipamiento de hospitales, condiciones aceptables para que miles de médicos venezolanos retornen a curar los enfermos de su país.
Pese a la paliza electoral, Maduro y su gente no han entendido las prioridades de los venezolanos. Piden un decreto de emergencia económica cuando tienen 17 años destruyendo la estructura productiva y comercial de Venezuela. Como si tanto el finado como el heredero no hubieran gozado de leyes habilitantes que les permitían declarar esa emergencia a tiempo, antes que los venezolanos tuviésemos que hacer colas y peregrinar por un cartón de huevos, un escuálido pollo o un desodorante.
La emergencia para los ciudadanos se declaró cuando el finado expropio la primera finca productiva. Cuando arrebató empresas y propiedades, la pobreza y el hambre estaban anotadas a futuro. El ciclo de involución se cumplió con el atropello a universidades, medios de comunicación, a los gremios profesionales. Cuando una revolución creyó estar por encima de los derechos humanos y sociales del pueblo.
El 6 de diciembre Venezuela rechazó al gobierno y a las miserias que ha instalado con pretextos engañosos, que sólo aprovechados, estúpidos o ignorantes (que desgraciadamente han sido bastantes) han creído y defendido. En éste grupo hoy hay muchos arrepentidos. Otros, que han creído de buena fe, tienen una epifanía obligada por las carencias: cuando tu mamá se muere por no ingerir sus antihipertensivos o cuando un malandro mata a tu hermano, no hay forma de seguir defendiendo la revolución.
Aquí todo el mundo está clarito: por primera vez en la Asamblea Nacional se exponen los verdaderos problemas de los venezolanos, que quieren soluciones prontas al abastecimiento de alimentos, medicinas, repuestos. La salud también requiere de condiciones ambientales: la carencia de agua y la pésima calidad de ella, ocasiona severos daños a las personas, sobre todo cuando no hay medicinas para remediarlos.
La conducta gubernamental ante la salud pública es más que irresponsable. Cinco ministros en dos años de gobierno y ninguno le ha puesto el ojo a las plagas que azotan y matan a la gente: dengue, chikungunya y ahora zika. Desde hace un año las organizaciones internacionales vienen advirtiendo sobre esta última epidemia, presente ya en otros países como Brasil, donde el gobierno encargó a 8 ministerios para combatirla, 43 ciudades han suspendido el carnaval y las autoridades están pidiendo a las mujeres que no se embaracen en el próximo año por el daño que sobre el feto causa el zika.
Mientras tanto, el gobierno venezolano no asume su responsabilidad y sigue culpando a otros de los males que son su culpa. En lugar de estar corriendo para dotar de acetaminofén a una población en riesgo, mira para otro lado y sabotea la acción de los diputados que desde la Asamblea Nacional quiere poner la lupa en donde debe estar: las necesidades del soberano.
Y es que no es fácil vivir en Venezuela: si no te mata la enfermedad, te mata el hampa. Tres ciudades venezolanas están entre las diez más violentas del mundo, según informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, publicado esta semana. El primer lugar de las ciudades más violentas se lo lleva Caracas, con 119,87 homicidios por cada 100.000 habitantes. Maturín está en quinto lugar y Valencia en séptimo lugar, con una tasa de 72,31 homicidios por cada 100.000 habitantes. No puede ser menos en un país donde los pranes son panas de los ministros. La foto de Iris Varela sentada en la cama del pran de la cárcel de San Antonio en Nueva Esparta, le dio notoriedad a ese hombre llamado “El Conejo”, quien salió de allí para seguir siendo el jefe. Lo mataron en Porlamar la semana pasada y su entierro fue súper concurrido y saludado por una salva de disparos con armas militares desde la propia cárcel. En Venezuela el gobierno y la Fuerza Armada, que debería ser la única propietaria de tal armamento, lo permiten.
La Dra. Rocío San Miguel, presidente de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, afirma que el 22 de diciembre, el presidente Maduro creó 10 batallones para resguardar su seguridad, la de su familia y sus allegados. Malo, malo. Nadie del gobierno hace mercado ni colas. Ninguno va a un hospital público. No entienden de emergencias humanitarias. La sensatez indica que hay que dialogar para terminar esta fiesta en paz. Soy escéptica al diálogo con fanáticos cuyo único interés es enquistarse de por vida en el poder. Pero quien no luche por encontrar una salida es cómplice de esta tragedia.
Ojalá y haya sensatos que entiendan la imperiosa necesidad de abrir espitas para que la olla de vapor no estalle. Ojalá y haya quien logre que su corazón vea lo que sus ojos y poco cerebro niegan. Ojalá…
Aquí entre nos
En una pared de Porlamar, una imagen estremecedora: el pran asesinado llamado “El Conejo”, con el finado comandante eterno. Así los ven.
Hasta el próximo miércoles.

Charito Rojas
Charitorojas2010@hotmail.com
@charitorojas

Carabobo - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario