Fue la oferta, al
pueblo Ingles, del primer ministro Winston Churchill, en los inicios de la
segunda guerra mundial. Para derrotar el Nacional Socialismo alemán, se debía
estar dispuesto a transitar el camino de
“sangre, el esfuerzo, el sudor y las lágrimas”
Igualmente el camino
para salir de la actual crisis en Venezuela, pasa por asumir que hemos de
soportar” sangre sudor y lagrimas” para poder salir de ella. Los daños
producidos al aparato productivo, por el “camino al socialismo” (las
expropiaciones y el control del aparato productivo por parte del Estado) son de
tal magnitud que superarla tendrá un costo inmenso, independiente de todos los
programas sociales, que son necesarios implementar, para mitigar en algo, sus
terribles efectos.
Hacer pensar que con
solo sacar a Maduro y poner a alguien de la MUD, todos los problemas se
resolverán en lo inmediato, es un engaño, que luego el país cobraría, cuando
las cosas se pongan inevitablemente aun peores, antes de que los primeros resultados
empiecen a verse.
La enfermedad
generada por la demagogia revolucionaria es de tal magnitud, que requerirá de
quimioterapia y operación de corazón abierto, y --eso duele--. O se le dice
eso, a la nación hoy, o tendremos al chavismo luego, diciendo, --- vean, con la
derecha en el gobierno las cosas están aún peores--- y en la elecciones de
gobernadores, posiblemente arrasen y terminen regresando al poder, como los
sandinistas en Nicaragua o pase lo que en Argentina ,tres presidentes en tres
meses.
El chavismo entiende
que les conviene la salida de Maduro en el corto plazo, sobre todo a sus
gobernadores. Si se llega a la elección de gobernadores, con Maduro en el
gobierno, difícilmente sacan un gobernador. Si sale hoy, podrán acusar al MUD
por lo grave que saben, se pondrá las cosas. La solución a la crisis pasa por
ir a una unificación cambiaria y sincerar los precios, y eso dolerá; además de
privatizar todas esas empresas en manos del gobierno improductivas, cuyos
problemas no se resolverán sacando un chavista y poniendo un adeco; acudiendo a
FMI para acceder a dinero fresco, al más bajo interés del mundo, a cambio de
políticas económicas sanas; y finalmente mover el país, hacia formas de
gobierno de poderes limitados, que empodere a los ciudadanos, convirtiéndolos
en protagonistas de su propio destino
Los estallidos
sociales son situaciones caóticas, con derramamiento de sangre y de resultados
impredecibles --y allí está la primavera árabe para probarlo--. Caben dos
caminos, uno lento pero pacífico y seguro, para superar la crisis,
contribuyendo con el gobierno, en la medida de lo posible, para que se apliquen
algunas medidas imprescindibles, para que la situación no siga agravándose y
asuman la responsabilidad de las mismas, y buscar la salida del gobierno en el
mediano plazo. O el camino de la solución inmediata, pero sumamente agitada,
respetando siempre las formalidades constitucionales, y advirtiendo que en el
corto plazo solo se puede ofrecer “Sangre sudor y lagrimas”
Raul
zapata A
raulzapataa@hotmail.com
@RaulzapataA
Anzoategui
- Venezuela
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