Venezuela no ha
conocido otra forma de gobierno que el régimen presidencialista. Desde su aparición
como Republica hasta nuestros días no hemos visto sino la figura fuerte, omnímoda
y todo poderosa del Presidente de la Republica.
Y no podía ser de otra forma,
nuestra historia ha sido la historia de los caudillos y si bien es cierto que
en la lucha por la independencia contamos con una pléyade de valientes jóvenes,
todos ellos fueron inspirados y subordinados al liderazgo del libertador. Aquellos
que manifestaron su desacuerdo estratégico terminaron en la cárcel como
Francisco de Miranda o fusilados como Manuel Piar. Creemos que la poca formación
y el origen rural de nuestra sociedad necesitaban de un liderazgo fuerte que
centralizara todo el poder.
Más sin embargo el mismo Bolívar creía que para
Venezuela era recomendable un régimen descentralizado o federado. Ese
planteamiento sigue hoy más vigente que nunca. De hecho en el año 1989 la mayoría
de los sectores democráticos apostaron por la elección directa de gobernadores
y alcaldes y fueron transferidas varias competencias del nivel central a los
estados y municipios. Sin embargo el centralismo seguía vivito y de la mano de Chávez
volvió con más fuerza y más retrogrado que antes. Eso explica el porqué de la
tremenda crisis que estamos padeciendo. El último caudillo abogo y trabajo para
instaurar un gobierno inspirado en las ideas campestres de Zamora. Los avances
o espacios alcanzados para viabilizar un régimen federado fueron a dar al traste.
Ahora con la crisis en su clímax, es pertinente pensar en la discusión seria,
responsable y definitiva de un nuevo sistema de gobierno que traslade de manera
organizada hacia el poder legislativo el control de los actos del poder
ejecutivo y pueda revocar su mandato, caso que violente los principios constitucionales o que su
desempeño obstaculice la buena marcha de la sociedad tal como viene ocurriendo
en los actuales momentos.
La posibilidad de un régimen parlamentario debe abrir
el debate en el seno de la Asamblea Nacional, en las universidades, sindicatos
y gremios. La razones y justificaciones son muy simples, es preferible mil
veces que las decisiones recaigan en varias personas e instituciones que en un
solo individuo. La AN que por su naturaleza esta y estará conformada por
diversas corrientes políticas e ideológicas es
la mayor garantía para que todos los sectores de la sociedad puedan
participar en la solución de sus problemas. Con solo ver lo que sucede en África
y en el resto de América Latina que obedecen a sistemas presidencialistas,
tenemos las justificaciones históricas y políticas para encarar tan necesario y
realista debate. El llamado es para AD, COPEI, MAS, Voluntad Popular, Primero
Justicia, Un Nuevo Tiempo, Causar R y todas las organizaciones que hacen vida
en la AN para que den inicio al más importante debate político de este siglo.
Hago un paréntesis en
esta entrega para manifestar mi pesar por la muerte de nuestro amigo Spartaco
Ranghi, luchador gremial, empresario de la pequeña y mediana industria con toda
una trayectoria en el estado Anzoátegui. Lo conocimos por allá por los años 80
en las convenciones del MAS organización política con la que simpatizo por
varios años junto a su hermano, Jean Carlos, también dirigente empresarial y
gremial. Spartaco jamas dejo de luchar por mejorar las condiciones de la
pequeña y mediana industria. Fue un empresario dedicado a tiempo completo por
las reivindicaciones del gremio al que pertenecía, un buen hombre que nunca se apartó
de los intereses gremiales y ciudadanos. Desde aquí acompañamos a sus hijos Marco,
Alejandro y Ricardo en su dolor y rogamos a Dios por el eterno descanso de su
alma
Juan R. Aguilarte T.
panchoaguilarte@hotmail.com
@P_aguilarte
Anzoategui -
Venezuela
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