Una repetida discusión sobre las diferencias entre el capitalismo y el comunismo es referente al egoísmo en los humanos. El capitalismo acepta como válida la tendencia de cada persona a buscar lo mejor para sí misma, mientras que los comunistas promueven al individuo cuyo principal interés está en lo colectivo.
El tema viene rodando desde los griegos, pero quizás a alguien más próximo, como al inglés Thomas Hobbes, lo entendamos mejor. Hobbes no fue una perita en dulce y lo maltrataron por ateo, por afirmar que el poder del Rey no venía de Dios y por decir que el hombre es como una máquina que no para hasta satisfacer sus deseos.
De Hobbes es la conocida frase “Homo homini lupus” (el hombre es el lobo del hombre) para significar su esencia de lucha natural para la supervivencia. Solo la razón hace que el hombre invente algo más poderoso y atemorizante que él mismo para controlarse. Surge así el Estado al que Hobbes, cínicamente, asoció y llamó como al monstruo bíblico Leviatán.
Estas ideas, novedosas en su tiempo, fueron también referencia para otros grandes como Locke y Rousseau que dieron paso a la modernidad y a los contratos sociales entre los hombres y las autoridades para asegurar la convivencia.
Hay mucha coincidencia en que los hombres nos inclinamos primero al bienestar individual como “un sano egoísmo”, mientras que el hombre que vive para los otros es más difícil de encontrar. Cuba en su empeño de formar esa especie de santo o santa ha tenido poco éxito y, cada vez que pueden, los cubanos de la isla lo demuestran y desaparecen en búsqueda del “horror” capitalista.
Otra cantaleta comunista es la de que en el capitalismo se forman grandes fortunas y riquezas en pocas manos. Eso es mentira, nadie puede enriquecerse sin enriquecer a mucha gente mediante la actividad de su empresa o negocio y, además, todos los grandes ricos han llegado a serlo por el mérito indudable de beneficiar a la sociedad con sus productos y servicios. Claro que también hay ricos delincuentes, pero ese es otro cuento de policías y ladrones.
Nuestro país está metido en un gran problema a consecuencia de un gobierno comunista que cree que los empresarios tienen cachos y echan candela al hablar. Unos comunistas que no toleran la disidencia del pensamiento y quieren dominar los medios de comunicación, las instituciones y a todo lo que se mueva y, lo peor, que se declaran como tiernos “cuidadores del pueblo y de los pobres” y al mismo tiempo son capaces de impedirles que se expresen y elijan su futuro, solo para salvar el pellejo.
El comunismo es una estupidez no solo porque desestimula la creación de bienestar y riqueza y no solo porque ese hombre nuevo y gafo capaz de trabajar sin progresar es una utopía. El comunismo es una monstruosidad porque elimina una de las mayores conquistas de la sociedad moderna como es la libertad.
Y en defensa de la libertad vamos a salir de estos atorrantes.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
Zulia - Venezuela
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