jueves, 12 de enero de 2017

NELSON ACOSTA ESPINOZA, FEDERALIZAR LA REBELDÍA, LA POLÍTICA ES ASI

Bien, amigos lectores, arribamos al año 2017. Lo clásico es cultivar altas dosis de optimismo y desear buenas venturas en el lapso que se inicia. Buenos deseos tanto en el plano individual y el colectivo. Mi intención se inscribe en este marco y espero que el 2017 sea generoso con todos los ciudadanos del país.

Ahora bien,  ¿cómo podríamos hacer realidad estas intenciones? ¿Sería posible traducir estas aspiraciones al ámbito de lo político? Desde luego que estas interrogantes apuntan hacia lo sustancial de la vida pública y privada de los ciudadanos venezolanos. En cierto sentido, las respuestas a estas cuestiones implicaría la formulación de un proyecto o plan para modificar el estado de cosas existentes. A tono con esta última sentencia intentaré dibujar, en líneas gruesas, esbozos de respuestas a estas interrogantes.

Me parece que la primera tarea sería posar la mirada sobre las instituciones donde la oposición democrática tiene presencia significativa. Sin lugar a dudas la Asamblea Nacional es el organismo de mayor relevancia. Aquí vale la pena detenerse e intentar un ejercicio de naturaleza critica. Observamos que en el periodo pasado la acción legislativa fue neutralizada. De hecho esta AN se halla incursa en un supuesto “desacato”. A partir de esta caracterización pesa sobre esta institución una espada de Damocles: es factible que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia pueda declarar la juramentación de las nuevas autoridades de AN como un acto irrito y, en consecuencia, la AN carecería de autoridades. Así, la AN dejaría de existir para los otros Poderes Públicos. De producirse este escenario, estaríamos presenciando la disolución de esta rama del poder público en el país.

Avanzando en este ejercicio predictivo, sería posible que la dinámica política de pie para la creación del llamado “Congreso del Pueblo”. Organismo revolucionario sustituto de la AN y hacia la cual se redirigía los recursos inicialmente destinados al parlamento. Desde luego, estas acciones contarían con el respaldo del TSJ.

Lo señalado es una posibilidad y, su concreción, dependerá de la correlación de fuerzas existente entre demócratas y oficialistas. Los primeros, potencialmente tienen una ventaja de naturaleza estratégica: la gente, la ciudadanía rechaza mayoritariamente al gobierno. En sentido figurado es campo abierto para la siembra política. El gobierno, por su parte, es minoritario y solo cuenta con los aparatos institucionales de poder y con un respaldo que no supera el 15% de la población.

Entonces, ¿qué hacer? ¿En las circunstancias de este año 2017 cuál sería la estrategia oposicionista apropiada? ¿Cómo politizar el desencanto de la gente? Una respuesta sencilla seria ejercitar la rebelión. Ojo, rebelarse en el sentido que Albert Camus proporcionó al término: “El rebelde (es decir, el que se vuelve o revuelve contra algo) da media vuelta. Marchaba bajo el látigo del amo y he aquí que hace frente. Opone lo que es preferible a lo que no lo es”. No es la “revolución" sino la rebelión constante el espíritu que mueve al hombre crítico, humanista y emancipador, previniendo de la tiranía en nombre de la libertad.

Es este el espíritu que deberían cultivar los hombres de la oposición en los distintos puestos ejecutivos (gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, etc.) en los cuales se desempeñan. Este ánimo de rebeldía ha de ser la hoja de ruta, por ejemplo, para nuestros legisladores. Hacer realidad  su condición de diputado de sus respectivos estados. Practicar en cada una de sus jurisdicciones una suerte de “parlamentarismo de calle”. Centrar su conducta política en ayudar a articular la protesta social en el estado cuya población representa.

En fin, deben alejase del electoralismo y ser portador de un proyecto de país. Este diseño comienza por la federalización de su acción parlamentaria. Comprender que su compromiso es con los ciudadanos que lo eligieron y no con la agrupación política a la que pertenece.

En fin, federalizar la rebeldía.


Sin duda, la política de estos tiempos ha de ser así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela

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