Bien, amigos
lectores, arribamos al año 2017. Lo clásico es cultivar altas dosis de
optimismo y desear buenas venturas en el lapso que se inicia. Buenos deseos
tanto en el plano individual y el colectivo. Mi intención se inscribe en este
marco y espero que el 2017 sea generoso con todos los ciudadanos del país.
Ahora bien, ¿cómo podríamos hacer realidad estas
intenciones? ¿Sería posible traducir estas aspiraciones al ámbito de lo político?
Desde luego que estas interrogantes apuntan hacia lo sustancial de la vida
pública y privada de los ciudadanos venezolanos. En cierto sentido, las respuestas
a estas cuestiones implicaría la formulación de un proyecto o plan para
modificar el estado de cosas existentes. A tono con esta última sentencia
intentaré dibujar, en líneas gruesas, esbozos de respuestas a estas interrogantes.
Me parece que la
primera tarea sería posar la mirada sobre las instituciones donde la oposición
democrática tiene presencia significativa. Sin lugar a dudas la Asamblea
Nacional es el organismo de mayor relevancia. Aquí vale la pena detenerse e
intentar un ejercicio de naturaleza critica. Observamos que en el periodo
pasado la acción legislativa fue neutralizada. De hecho esta AN se halla
incursa en un supuesto “desacato”. A
partir de esta caracterización pesa sobre esta institución una espada de Damocles:
es factible que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia pueda
declarar la juramentación de las nuevas autoridades de AN como un acto irrito
y, en consecuencia, la AN carecería de autoridades.
Así, la AN dejaría de existir para los otros Poderes Públicos. De producirse
este escenario, estaríamos presenciando la disolución de esta rama del poder
público en el país.
Avanzando
en este ejercicio predictivo, sería posible que la dinámica política de pie
para la creación del llamado “Congreso del Pueblo”. Organismo revolucionario sustituto
de la AN y hacia la cual se redirigía los recursos inicialmente destinados al
parlamento. Desde luego, estas acciones contarían con el respaldo del TSJ.
Lo
señalado es una posibilidad y, su concreción, dependerá de la correlación de
fuerzas existente entre demócratas y oficialistas. Los primeros, potencialmente
tienen una ventaja de naturaleza estratégica: la gente, la ciudadanía rechaza
mayoritariamente al gobierno. En sentido figurado es campo abierto para la
siembra política. El gobierno, por su parte, es minoritario y solo cuenta con
los aparatos institucionales de poder y con un respaldo que no supera el 15% de
la población.
Entonces,
¿qué hacer? ¿En las circunstancias de este año 2017 cuál sería la estrategia oposicionista
apropiada? ¿Cómo politizar el desencanto de la gente? Una respuesta sencilla
seria ejercitar la rebelión. Ojo, rebelarse en el sentido que Albert Camus proporcionó
al término: “El rebelde (es decir, el que se
vuelve o revuelve contra algo) da media vuelta. Marchaba bajo el látigo del amo
y he aquí que hace frente. Opone lo que es preferible a lo que no lo es”. No es la “revolución" sino la
rebelión constante el espíritu que mueve al hombre crítico, humanista y
emancipador, previniendo de la tiranía en nombre de la libertad.
Es este el espíritu que deberían
cultivar los hombres de la oposición en los distintos puestos ejecutivos
(gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, etc.) en los cuales se
desempeñan. Este ánimo de rebeldía ha de ser la hoja de ruta, por ejemplo, para
nuestros legisladores. Hacer realidad su
condición de diputado de sus respectivos estados. Practicar en cada una de sus
jurisdicciones una suerte de “parlamentarismo de calle”. Centrar su conducta
política en ayudar a articular la protesta social en el estado cuya población
representa.
En fin, deben alejase del
electoralismo y ser portador de un proyecto de país. Este diseño comienza por
la federalización de su acción parlamentaria. Comprender que su compromiso es
con los ciudadanos que lo eligieron y no con la agrupación política a la que
pertenece.
En fin, federalizar la rebeldía.
Sin duda, la política de estos
tiempos ha de ser así.
Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela
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