TAL VEZ NOS ENCONTRAMOS DORMIDOS CUANDO
NOS PARECE ESTAR DESPIERTOS
Reconozco que pensé en el tema, motivado por el escepticismo que me
produce la realidad venezolana. Reunido con analistas políticos franceses,
cartesianos en su manera de ver la vida, no encontraba palabras para explicar
lo injustificable.
Como aclarar el por qué estamos así, como hacerles entender que un país
petrolero ha llegado a donde hemos llegado, sin reaccionar de manera
contundente.
La realidad nos lleva a dudar de todo, de un gobierno en el que nunca
creímos, de una oposición alejada del afecto del pueblo, sin cuestionarse
porqué; con una sociedad, que se presenta resignada, apática y sometida.
Asqueado de un sector de la sociedad, frívolo, haciendo dinero fácil a través
de negocios turbios, con un gobierno en el que no cree, pero que le permite
enriquecerse de manera rápida, grotesca e ilegal.
Pero sobretodo indignado ante al entreguismo de las fuerzas armadas
venezolanas, coparticipes de la injerencia castrista en el gobierno, acusada de
participar en el narco tráfico y el contrabando fronterizo, acumulando
privilegios políticos y económicos, mientras el pueblo muere de mengua.
Pensé en el método de Descartes como recurso para comprobar donde se
encuentra lo real, algo que me sirviera de base para un análisis objetivo y
veraz. Con la esperanza de que la duda funcionara para superar el escepticismo
y permitir encontrar una proposición que resista las dudas posibles.
Como explicar que un país que se cae a pedazos, sin hospitales que
funcionen, donde el pueblo no consigue comida ni medicinas, donde el valeroso
alcalde de Chacao se ve obligado a denunciar, que los delincuentes que ellos
detienen, son liberados por representantes del régimen, el ministerio público,
el sistema judicial controlado por el gobierno o el sistema carcelario
nacional… y aquí no suceda nada.
Con un país en manos del hampa, gracias a un 85% de impunidad. Sumido en
la pobreza, con un sistema de producción arruinado, consecuencia de una
política de Estado basada en la persecución a la empresa privada… como
justificar que la gente se ponga a hacer cola de manera resignada, para sacar
un carnet con el cual acepta un sistema de racionamiento y control personal a
cambio de que le entreguen una limosna y así tranquilo, aceptar ser
chantajeado.
Una Venezuela donde el cinismo político es público y descarado, y
permite al vicepresidente de la República, Tareck El Aissami mandar el mensaje:
Carnet o nada y donde el vicepresidente del partido de gobierno Diosdado
Cabello, amenaza con declarar ilegal el partido del emblemático preso político
Leopoldo López… y que nadie reaccione.
Como puede vernos un ciudadano formado dentro de un sistema democrático,
con sindicatos fuertes, que sabe que en su país el despido injustificado de un
pequeño número de empleados puede causar un colapso social. Con cual argumento
podría hacerle entender, que un payaso-presidente despida a 22.000 empleados
desde un programa de televisión, con un pito y la gritería indecente de la
incultura entronizada en el poder.
Solo en el 2016 se perdieron un millón de empleos y en este primer
semestre del año, ya se habla de 400.000 empleos menos. Ante el catastrófico
panorama me preguntaba ¿Dónde encontrar la respuesta a la crisis?
La propuesta de Descartes me servía para canalizar todas mis dudas, su
respuesta es completamente radical, debemos dudar de aquello que vemos que es
falso, pero también de lo cual podamos plantear alguna duda y admitir como
verdadero sólo lo que se presente ante mi mente con absoluta claridad y
distinción, es decir que es evidente.
En un momento de la duda Descartes considera que tal vez nos encontramos
dormidos, cuando nos parece estar despiertos. En consecuencia, podíamos dudar
de los sentidos y de la razón, podíamos dudar de la existencia de los cuerpos,
de las otras personas, de sus mentes, de las verdades de la experiencia
ordinaria y del sentido común, inclusive dudar de las ciencias.
Su objetivo era encontrar verdades absolutamente ciertas, de las cuales
no podíamos dudar en absoluto, verdades que nos permitieran fundamentar la
edificación del conocimiento con absoluta garantía.
Este método le sirvió para el descubrimiento del “cogito”, concepto que
expresa la primera verdad, la verdad plena y absolutamente cierta: “pienso,
luego existo”, por lo que podemos aceptar que existimos, y que existimos como
seres pensantes.
La conclusión general de su método es que existe mi cuerpo, mi alma,
como cosas distintas, existen los cuerpos físicos, las otras personas y existe
Dios, porque ante la imperfección y dependencia de mi ser existe también la
idea de un ser perfecto.
De alguna manera Descartes nos permite la “recuperación del mundo”, que
habíamos perdido como consecuencia de dudar de todo, el “cogito ergo sum”
además de un criterio de verdad objetivo, nos permite la claridad y la
distinción.
La que va a servirnos para la aceptación del otro ser pensante, por
imperfecto que sea. Probablemente de ese reconocimiento del otro, es que puede
surgir la unión de las personas de buena voluntad, de todos aquellos que han
comprendido la necesidad de hacer algo y de hacerlo juntos.
Es necesario un cambio, es necesario mantenerse unidos para enfrentar
los factores de desmoralización del régimen, sus campañas sucias para
desprestigiar instituciones que no controlan y para destruir la esperanza de
los venezolanos.
Pero es necesario dejar de lado los intereses personales y políticos,
que percibimos claramente en determinados actores políticos, solo recuperando
el respeto y el reconocimiento de todas las personas, es que recuperaremos la
fe en los hombres.
Es necesario un solo frente, llámenlo Patriótico, Moral y Democrático,
mucho más amplio, donde el mundo político comparta con el intelectual, el
universitario y académico. Donde pueblo, políticos, estudiantes, trabajadores,
empresarios y la iglesia, nos hablen con un mensaje común, visionario, simple
pero experimentado, pero sobre todo, sin ambivalencias, valiente y decidido.
El gobierno sabe lo que está haciendo, su objetivo es atemorizar,
violentar, presionar y chantajear. Destruir y obstaculizar la salida
democrática, es tiempo de aceptar los errores, de emendar injusticias y de
emprender de nuevo el camino de la libertad, la patria espera por cada uno de
nosotros.
Todos tenemos la obligación de participar en la transformación del país.
En el camino los que quieran marginar serán marginados, los que obedecen a
intereses personales… olvidados; los politiqueros, titiriteros, palanqueados y
traidores… denunciados e ignorados. El compromiso nacional es de todos, nada ni
nadie deberá separarnos de la senda para salvar a Venezuela.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@VFutura
Venezuela-Futura,
Francia
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