Jorge Rodríguez, áulico vocero del régimen
chavista-madurista a quien escuchamos a menudo pronunciar una y otra vez el
mismo discurso populista y demagógico, en sus recurrentes apariciones que suele
hacer por la televisión en cadena, pretende hacer creer a la gente las
“verdades” que por órdenes de Maduro, está obligado a expresar en su condición
antes como Ministro de Información y en el presente como Presidente de la
Asamblea Nacional.
No podemos comparar al psiquiatra con Joseph Goebbels,
padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación Popular y
Propaganda, creado por Adolfo Hitler a su llegada al poder en el año 1933, por
cuanto Goebbels era enano y cojo diabólico, como lo definía Goering, lo cual
constituye el primer vector que fue forjando su carácter y su extremado
complejo que el mismo se autodefinió como un “pobre diablo”. Habría que añadir
que como toda su generación, creció con la amargura de la humillación alemana,
reforzada por la sensación de ser siempre un ciudadano de “segunda”, en
relación a sus compañeros de colegio y universidad, por cuanto eran hijos de
familias acomodadas. En este último detalle tienen cierta similitud.
Así pues,.Goebbels era un enano místico, resentido,
cojo, con un gran complejo de inferioridad, con estudios de letras, que al
culminar sus estudios encuentra un mísero trabajo en el Dresdner Bank, lo cual
lo frustra más aún, llegando al extremo de odiar a todo el que se le ponía por
delante, incluyendo a sus propios compatriotas, mujeres, comunistas, judíos y
burgueses.
Con todos los prejuicios que contaba sólo le faltaba
encontrarse con otra persona que fuera peor que él, y lo encuentra en el
Congreso del Partido Nazi del 12 de julio de 1925. Su fascinación por el otro
resentido, lo lleva a escribir: “ ¿Quién es ese hombre?, mitad plebeyo, mitad
Dios. ¿El Cristo verdadero o sólo San Juan?. Ese hombre lo tiene todo para ser
Rey. El Tribuno de la plebe nato. El futuro dictador. Cuando Alemania invade
Polonia en 1939, Adolf Hitler era una figura mesiánica, un mito que dirigía el
país envuelto en una aureola de divinidad. Y si Hitler era el Mesías, Goebbels
era su profeta.
Goebbels había sido director de la tarea comunicativa
del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el Gobierno
y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estatal, prohibió
todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y
orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder
centralizado del, cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era
también el encargado de promocionar o hacer públicos la publicidad del
gobierno. Cualquier parecido con el que les conté, no es pura coincidencia,
sino una auténtica y cruda realidad de quien hoy en día se solaza de su
influencia, no en el colectivo venezolano sino en el alto gobierno que le ha
dado una patente de corzo, para que mienta e invente cualquier argucia con la
que puedan justificar el estropicio que a nivel económico, social y político
ha llevado al país a la más deplorable y dolorosas situación que lo mantiene en
una espiral sin fondo.
Sin embargo, no todo cuanto predica en sus discursos
es de su autoría, pues hace uso de los 11 principios de la propaganda nazi
creada por Goebbels, que son:
1)Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo e individualizar al adversario en un
único enemigo
2). Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios
en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma
individualizada.
3) Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario
los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no
puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4) Principio
de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña
que sea, en amenaza grave.
5) Principio de la vulgarización. “Toda propaganda
debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a
los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha
de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es
limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para
olvidar”.
6) Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un
número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra
vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo
concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una
mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7)
Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y
argumentos nuevos a un ritmo tal, que cuando el adversario responda el público
esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de
poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8) Principio de la
verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de
los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9) Principio del
silencio. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y
disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando
con la ayuda de medios de comunicación afines.
10) Principio de la transfusión.
Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato
preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios
tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes
primitivas.11) Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que
piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Es vergonzoso ver como el régimen vulnera nuestros
derechos, por los que tanto lucharon nuestros Próceres, con el Libertador a la
cabeza, mientras en este oprobioso régimen sus correligionarios se lo agradecen
con efusivos aplausos. La Reina Amidala: solía decir: “Así muere la democracia,
con un estruendoso aplauso”
Carlos E. Aguilera A
careduagui@gmail.com
@ToquedeDiana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas
(CNP-122)
Venezuela
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