Me han extrañado unas afirmaciones recientes del
profesor Vladimiro Mujica, en un artículo de El Nacional sobre la aniquilación
de la universidad pública venezolana y la disolución de Venezuela. A pesar de
pretender ser objetivo, posiblemente su extrema posición antigubernamental y
algunos odios ligados a su pasado académico no terminan permitiéndoselo.
Homogeniza posiciones y conductas de personas con ideologías, historias y
desempeños políticos muy distintos, sin pasearse siquiera por las grandes
diferencias en la formación, preparación y desempeños académicos de quienes
menciona, ni en los resultados de sus gestiones administrativas públicas. Ni
siquiera toma en cuenta los distintos estilos asumidos, todo lo cual lo lleva a
cometer graves errores, que pudieran incluso acercarse a la calumnia vil y a
una distorsión de la realidad histórica de hechos relativamente recientes.
Su tesis de que los “héroes (¿?) del chavismo
originario (¿?)” proceden de la UCV y de la ULA, por lo que se “podría esperar
que la universidad autónoma tuviera dolientes dentro de las filas del
socialismo del siglo XXI, pero la triste verdad es que los próceres del
chavismo (..) nunca protegieron una herencia que no era de la oposición, sino
que era su propia alma mater”. Se atreve incluso a mencionar la toma del
Consejo Universitario (CU) de 2001, que quiso acabar con el rectorado de
Giuseppe Giannetto, como un ejemplo de esa orfandad ante
una supuesta homogénea posición del gobierno al
respecto. Aunque dice recordar el hecho en forma prístina, su memoria le falla
pues olvidó que Héctor Navarro, Ministro de Educación Superior, y yo mismo,
Director de la OPSU, estuvimos al lado de la UCV y del rector Giannetto
enfrentando claramente la toma del CU, aupada por la Vicepresidente de la
República de entonces. Puedo dar fe, además, que gente como José Miguel
Cortázar, quien había renunciado a la Dirección General del Ministerio, así
como otros funcionarios siempre enfrentaron planes y amenazas contra la UCV
cada vez que aparecieron.
Enfrentamos también la insurgencia un tanto bufa de un
profesor ucevista, que, junto a unos estudiantes, empleados y obreros, se
autoproclamó Rector de la Universidad, ejemplo que quizás tomó Guaidó para auto
juramentarse como Presidente encargado de Venezuela. Olvidó también el amigo
Mujica en su arenga un tanto politiquera, que en esa gestión del ministro
Navarro el presidente Chávez devuelve el Jardín Botánico y la zona rental de la
Plaza Venezuela a la UCV, los cuales le habían sido secuestrados por gobiernos
muy democráticos de la mal llamada cuarta república. Esta devolución la hace
Chávez, en la propia UCV, al rector Giannetto, quien posiblemente podría
aclararle a Vladimiro sus lagunas mentales. En lo personal repito, como lo hago
desde hace más de 20 años, que nunca estuve dentro de los militantes del
chavecismo ni fui un “héroe” del mismo y mucho menos del originario. Ah… Jamás
abracé la idea de lo que se llamó socialismo del siglo XXI.
Sobre la gestión de Navarro y la mía en la educación
universitaria, sólo reproduciré lo expresado por la especialista e
investigadora Carmen García Guadilla, quien coordinó en 2006 un equipo
multidisciplinario (Proyecto CINDA1): para evaluar la educación universitaria
en Venezuela: “En cuanto a las políticas públicas, si bien durante los primeros
cinco años (hasta finales del 2004) hubo avances importantes en políticas
públicas dirigidas a la calidad, la equidad y la pertinencia para todo el
sistema, en la segunda etapa (2005-2010) los nuevos equipos que entraron al
escenario de las decisiones (..) descontinuaron los proyectos más importantes
que se habían planteado en la etapa anterior2 ”. Es decir, la especialista
discrimina dos claros momentos en las políticas y desempeños en la educación
universitaria del gobierno de Chávez: uno entre 1999-2004, cuando estuvimos al
frente del Ministerio de Educación Universitaria, y otro de 2005 en adelante,
cuando ya no lo estuvimos más. Son hechos que no se deben soslayar en los
análisis que se haga.
Lo menos que les interesa a las universidades
venezolanas y a quienes las sabemos fundamentales para el desarrollo futuro del
país y, por lo tanto, estamos verdaderamente de su lado en la necesidad de su
rescate y recuperación, es seguirlas haciendo parte del enfrentamiento político
estéril entre el extremismo opositor violento y el fracaso indolente
gubernamental fanatizado. La polarización, que ha hecho víctima al país las
últimas dos décadas, ha perjudicado notablemente a las máximas instituciones
educativas, pues las ha
colocado en el centro de los conflictos políticos
cuando, por el bien nacional, han debido ser dejadas al margen de esa nefasta
confrontación, pues son instituciones al servicio del conocimiento y de la
nación y no instrumentos para la toma o la defensa del poder político, algo
incomprendido por los gobiernos, por las autoridades universitarias y por la
oposición extremista.
Voy a tomar prestado un concepto que le oí hace mucho
al ex rector de La Universidad del Zulia, Ángel Lombardi, quien en una reunión
en Caracas dijo que “la universidad debe estar en la política, es decir en la
discusión sobre el quehacer político, social y económico del país, pero no en
lo político, es decir en la lucha por la toma del poder político”. Sin haberlo
oído expresado con tanta claridad, eso fue lo que hicimos en la UCV entre 1988
y 1992, cuando tuve el honor y la responsabilidad de dirigirla como Rector, en
un momento muy candente de la política venezolana con Caracazo en 1989, con
años de movilizaciones populares y enfrentamientos callejeros permanentes, con
golpe de Estado en 1992 y con acciones violentas de encapuchados.
Asumir la defensa de la universidad venezolana
requiere ser muy honesto y objetivo en referencia a los hechos ocurridos estos
20 y tantos años, dejando de lado las bajas pasiones y los prejuicios.
1)
http://www.carmengarciaguadilla.com/articulos/2006_EducSup_en_Iberoamerica.pdf
2) Carmen García Guadilla (2011).
Tensiones de la educación superior venezolana en un contexto de explícita
polarización política. Temas para la Discusión, N° 9, CENDES/ UCV, abril, pp 8,
Caracas.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario