La designación del nuevo CNE por parte de la Asamblea
Nacional, ha comenzado a mover el piso político del país.
Para quienes siempre sostuvimos la necesidad de la vía
del voto como herramienta de cambio debemos admitir que, aunque no sea perfecto
en su conformación, este CNE es bastante más equilibrado que los anteriores en
los últimos años.
La inclusión de gente proba, y de reconocida solvencia
moral –ajenos al oficialismo- en esa institución, contribuye a mejorar la
percepción que de la misma se ha tenido en los últimos tiempos, gracias a que
quienes la dirigieron eran fichas partidistas vinculadas muy estrechamente con
el gobierno.
Sin embargo, desde el anuncio de su designación,
voceros de la oposición encabezada por el abstencionismo militante e ineficaz
de Guaidó y compañía, no han hecho otra cosa que atacarlos, pero fueron
sorprendidos por la dura realidad que en este caso tiene varias aristas.
En primer lugar, su postura sistemáticamente
abstencionista, terminó por hartar a la población que decidió abandonarlos, tal
como se refleja en todas las encuestas. Guaidó, dirigido por el llamado G4
(AD-RamosAllup/PJ-Julio Borges/VP-Leopoldo López/UNT-Manuel Rosales), cayó del
80% de aceptación al 4%, y eso obviamente los ha desquiciado.
Ello obedece a su tibia manera de hacer las cosas; las
ambigüedades con las que aborda el liderazgo que le fue confiado, y por la
mentira imposible de sostener por irresoluta.
Fracasó estruendosamente con su mantra irrealizable, y
lo mantuvo por largo tiempo, diciendo que ¨íbamos bien, muy bien´, y que ¨todas
las cartas estaban sobre la mesa, y por debajo también¨.
Una engañifa, y una estafa permanente sin aterrizaje
concreto que obligó a que la gente que antes depositó su confianza en esa
dirección política, terminara abandonándolos por su incapacidad de confrontar
con éxito al gobierno y su intención totalitaria.
Otra de las razones que hoy les obliga a repensar la
forma de abordar la lucha opositora, tiene que ver con el hecho de que varios
de los aliados internacionales, incluyendo a EEUU, vieron con renovado
entusiasmo las posibilidades de darle un giro a la lucha política en Venezuela,
por la vía de la participación con el nuevo CNE.
Eso los llevó automáticamente a cambiar el discurso
inicial del ¨ese CNE es la misma cosa, y no lo vamos a convalidar¨, a esta
nueva postura proclive a la negociación con el gobierno. Ergo, fueron
convencidos por los aliados internacionales para cambiar la postura.
Otra muy importante, es el hecho de que las bases de
esos partidos y sus dirigentes medios, reclaman la necesidad de participar en
los procesos electorales, y no ceder más espacios al gobierno por inacción. Y
desde luego, esa presión, más la posibilidad de sentirse desplazados, los
obligó a proponer –ahora si- negociaciones con el gobierno.
Largos años perdidos por la insensatez, y terquedad de
esa dirigencia, y en el medio una población abandonada y desprotegida para
poder atender los más graves problemas que destruyen la vida ciudadana.
Ojalá que esta nueva actitud traiga consigo el
reconocimiento humilde de sus garrafales errores, y la enmienda necesaria, con
la intención de convocar a todos los sectores a la participación y conformación
de un poderoso movimiento unitario sin exclusiones odiosas.
Hay que salir a reconquistar el acompañamiento popular
con la verdad, y la participación de todos; participar decididamente en las
elecciones de Alcaldes; Concejales; Gobernadores, y Diputados a los Concejos
Legislativos Regionales.
Respetar los liderazgos naturales de las regiones en
las que pueda haber consenso, y seleccionar los mejores candidatos posibles
para ganar tantas gobernaciones y Alcaldías como sea posible, y acumular
fuerzas, para con ello avanzar hasta que finalmente se celebren elecciones
presidenciales cuando corresponda, y derrotar al peor gobierno de nuestra
historia. UNIDAD SINCERA!
Roman
Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
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