En muchos casos la gente pasa al recuerdo colectivo más por sus
anécdotas malas o pícaras que por lo bueno que hubiesen hecho.
El Emperador romano Claudio es buen ejemplo. Resulta que la naturaleza
quiso mantenerlo lleno de gases que debía aliviar con frecuencia y en cualquier
sitio. Mucha vergüenza pasaba hasta que su mismo médico le sugirió la solución.
Escribió una resolución en la que solicitaba a sus colaboradores cercanos
emitir dos flatulencias cuando él se despachaba una y animó a los ciudadanos a
hacer lo mismo como método de mejorar la salud.
El régimen pirata que desgobierna a Venezuela utiliza algo parecido. Si
al mandón le recomiendan montar pleito con Guyana para distraer a los
ciudadanos de sus muchos problemas, hace una cadena rompiéndose las vestiduras
y llamando al sentimiento patrio. Esa misma noche todos los programas huele
flatulencia de tv y radio repiten lo dicho y al día siguiente los periódicos
huele flatulencia publican la noticia que casi llama a la población a alistarse
para el combate.
Miles de ejemplos existen y cuando el hedor de la flatulencia se despeja
y la noticia se vuelve caliche es hora de una nueva expulsión gaseosa para
mantener el circo y no hablar de lo que realmente le interesa a la población,
ya cincelado en preguntas sencillas como donde consigo un caucho o una batería
o, porqué todo sube de precio y de lo que no sube no hay y tengo que hacer una cola de cuatro horas.
Dígame usted mandón donde están los pañales, las toallas sanitarias y….. El
gobierno Bolivariano pasa a transmitir en cadena nacional. Maduro: “He tomado
la decisión de llamar a nuestro embajador en Colombia para consultas y mañana
me voy a Vietnam”.
Aterrados por la paliza de votos que se les avecina, el régimen ha
aumentado el número de flatulencias.
Casi todos los días una cadena donde se repiten amenazas tratando de
atemorizar “Hay que ganar estas elecciones como sea”. “Tenemos a millón y medio
de patrulleros para asegurarnos la victoria”. “Tengo 1000 celdas preparadas
para los golpistas”.
Muchos se preguntarán porqué en vez de estarse tirando flatulencias no
se dedican a resolver, por ejemplo, los serios asuntos de salud. Pues la razón
es simple, lo importante es mantenerse en el poder y si ellos creen que se
logra a punta de flatulencias ese el camino. Arreglar un hospital da muy pocos
votos.
Pero pasa el tiempo y no mejoran las encuestas. Parece que la gente se cansó de ventosidades, de paños calientes y promesas. Los ciudadanos reclaman soluciones y por ello han decidido cambiar la Asamblea. El régimen deberá entender que ha perdido el apoyo del pueblo y, si alguna vez fuese consistente con lo que dice, Maduro debería renunciar.
Se acabó la revolución. Un País no puede ser gobernado por aficionados
con ideologías fracasadas. Se requiere talento y honradez para salir de este
maloliente ambiente. A votar con la alegría del triunfo. Viva Venezuela.
Eugenio
Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
No hay comentarios:
Publicar un comentario