Durante
más de 70 años los mexicanos soñamos con el ideal que nos debiera transportar a
la tierra prometida. Ese hermoso paraíso que poéticamente nos describieran los
"profesionales de la política." Un edén de libertad y prosperidad en
el cual, finalmente, el poder, por primera vez en nuestra historia, fuera
depositado en manos de la sociedad para acotar los gobiernos abusivos. Soñamos
y cantamos esperando en nuestro horizonte apareciera, como un Abraham
blandiendo las tablas de la salvación, el mensajero divino de la democracia.
Esos
mismos profesionales de la política que se dibujaban ante la gente, como unos
ángeles compasivos y piadosos dispuestos a sacrificar su vida en beneficio del
pueblo. Galantes caballeros blandiendo la bandera de su lucha contra tantos
cuasimodos que no habían permitido el país emergiera de los oscuros bosques de la
mediocridad, la injusticia y la pobreza. Los Cid Campeadores cabalgando por
selvas, sierras, bosques y desiertos de la geografía nacional.
Nos ha tomado tiempo entender que el paraíso
que nos dibujaran y se comprometieran a edificar para la sociedad, en realidad
tal paraíso se levantaba sobre los cimientos del sudor y sangre de todos los
mexicanos, solamente para ellos en algo que se pudiera describir como un
verdadero asalto que no solo ofende a ese sociedad que prometieran rescatar, es
una ofensa a la dignidad humana. Y lo más grave, esos profesionales de la
política ya no eran solamente los afiliados al partido de la ruina, el PRI, son
ahora los integrantes de todos los partidos políticos que, frente al
intoxicante poder, parecen ser invadidos por un maligno espíritu que los
transforma en salteadores de caminos.
¿Será posible reducir un 50% en el
presupuesto de la clase política?
Change.org/50Menos
http://www.wradio.com.mx/images/2976679_n_vir1.jpg?u=200406
Francisco Búrquez, senador panista, lanzó la
propuesta en el sitio Change.org a la cual se te invita a participar
https://d22r54gnmuhwmk.cloudfront.net/photos/3/ou/ah/WjOUAHprxffHXYZ-800x450-noPad.jpg
En 1986 James Buchanan fue galardonado con el
premio Nobel de economía por sus revolucionarias teorías del Public Choice, a
través de las cuales daba explicaciones muy válidas de las conductas y
estrategias de los políticos para acrecentar su poder, mantenerlo, y sus
infinitas repercusiones económicas. James Buchanan y Gordon Tullock habían
puesto al descubierto el cinismo de los políticos que se dicen sacrificados por
los intereses de la gente y que denominan “gestionar” el desconocimiento más
grosero de los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad tal como
rezaban todos los documentos de una sociedad abierta.
Public Choice es una teoría que a veces se le
ha llamado “la economía de la política,” y predice el comportamiento político
asumiendo que los actores de la misma son oportunistas en busca de promover su
propio interés. Esta visión del hombre, que ha sido muy efectiva explicando su
comportamiento económico, se ha aplicado en la política en contraste con
aquellas teorías que ven dicha actividad como la persecución del interés
general. La conclusión de la mayoría de los abanderados del Public Choice, es
que el gobierno es mucho más grande que lo que la gente desea simplemente por
la conveniencia de los políticos, burócratas y grupos de interés especiales
cómo sindicatos, empresarios estatistas etc, que forman carteles para beneficio
personal y siempre a costa del sufrido pueblo. Se adueñan de los activos
nacionales que deberían de ser el cuadro de desarrollo económico general, y los
usan como si fueran de su propiedad para su beneficio.
Los políticos son descritos como
maximizadores de votos y lo único que les interesa es retener sus “huesos.”
Para conseguir votos usan estrategias que van desde la compra de los mismos,
hasta la intimidación y el chantaje. Prometen a los votantes obras y beneficios
sin importar costos sabiendo que no van a cumplir. El ejemplo clásico de este
tipo de engaño, es el ciclo político de los negocios mediante el cual los
gobiernos, antes de las elecciones, incrementan el déficit público o el dinero
en circulación para proyectar una imagen de bonanza artificial con grandes
costos económicos a futuro, pero que normalmente se sentirán hasta después de
la elección. Cuando en algún país ha existido una dictadura, con más ferocidad
pelean el no perder ese poder.
Buchanan y Tullok aseguran que los
presupuestos de los gobiernos del mundo, son mínimo el doble y a veces hasta
cinco veces de lo que deberían de ser en una administración eficiente. Pero los
políticos y burócratas establecen como uno de sus objetivos primordiales el de
“tamaño,” o construcción de su emporio. Es bien sabido que en las burocracias
“tamaño” representa poder, ingresos, mordidas, status y la visión de su futuro
se incrementa con el tamaño de su agencia, departamento, Secretaría. Los
burócratas, cómo los primeros elementos de esta estructura, son proveedores de
sus monopólicos servicios para los políticos. Los políticos, como segundo
elemento, son los supervisores de los burócratas y representan grupos con gran
demanda por esos servicios.
Ante este panorama debemos ahora fijarnos en
tal vez el centro de Public Choice mexicano el cual, en mi opinión, es la más
grande afrenta a una sociedad cada día más afligida ante la carencia de
oportunidades; los partidos políticos que cada día se multiplican como fatal
plaga. Ante esta nueva ola democrática, los partidos políticos se han
convertido en jugosos negocios en donde se asilan, ocultan y protegen los más
bajos intereses.
No es posible que los recursos expropiados a
esa sociedad hambrienta se entreguen a pandillas de facinerosos atrincherados,
ante la oportunidad democrática, en esa infinidad de cuevas de Alí Babá. Y como
muestra basta un ladrón. Los más recientes agravios contra los mexicanos los
encontramos en Coahuila ante las fauces de Moreira, en Nuevo León en donde
Medina ha limpiado las arcas estatales. Pero algo que a mí me ofende
sobremanera, el descarado asalto en mi estado de Sonora a manos de un Guillermo
Padrés y su gavilla de burdos ladrones, que abandonan el estado dejando sus
fétidas huellas que delatan el festín de sus bandoleros.
Pero curiosamente, ante la apatía de la
sociedad civil, surge un interesante movimiento dentro de los laberintos
políticos. El Senador sonorense, Francisco Búrquez Valenzuela, ha iniciado un
ataque en contra del establishment invitando a la sociedad a participar en un
movimiento tendiente a reducir el presupuesto de la clase política en un 50%. Y
como afirma Alberto Benegas Lynch (h)"En contra de políticos que
permanentemente recurren a la fuerza para expandir las funciones
gubernamentales que dicen es para el bien de la gente, no solo más allá de los
atributos esenciales en el contexto de un sistema republicano sino en abierta
contraposición a esas facultades puesto que no se limitan a proteger derechos
sino que los invaden."
El Senador Búrquez Valenzuela, es uno de esos
raros especímenes de la política mexicana. No es político de carrera, como buen
sonorense es directo y sin dobleces. Fue presidente municipal de Hermosillo y,
contrastando al barbaján de Nayarit, no robó ni poquito. Los mexicanos debemos
apoyarlo en esa admirable cruzada para frenar el festín de los bandidos.
Ricardo
Valenzuela
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero
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