Con sabor a una
intolerancia desconocida hasta hace poco en mí, me he sentido últimamente,
cuando paso por un puesto de periódicos y leo los titulares de la prensa
controlada totalmente por el régimen: “todo está bien”, “ningún cadáver en la
morgue”, cero cortes de corriente
eléctrica”, el presupuesto familiar alcanza para todo”, “abastecimiento full”,
“delincuencia no hay”. Y así por el estilo. Venezuela y Disney compiten pues en
la fantasía.
Claro, no lo dicen
así, pero es la conclusión a la que llega quien se atreve a leer esa cantidad
de mentiras. Sencillamente porque omiten la noticia verdadera y se “pasean por
las ramas” o porque en un alarde de cinismo total, algunos voceros se encargan
de dar declaraciones. Y si además les sumamos las de algunos ministros,
entonces el asunto es como para reír si no fuese por lo trágico.
No tengo idea si en
alguna otra parte del mundo el cinismo es así como el de aquí. Tan regular y
cotidiano desde las altas esferas, que ya forma parte del acervo cultural de la
nación.
Tampoco sé si el
libro de Record Guinnes lo ha incluido. También lo ganaríamos. Como el de la
inflación más alta del mundo y el de las adolescentes embarazadas, entre otros,
no tan deseados. Para no tener que hablar de la calidad de vida. ¿Será por esa
razón que una inmensa mayoría de venezolanos que padecemos esta pesadilla, que
alcanza ya aproximadamente un 86%, está ya hastiada de tanta mentira y está
dispuesta a “correr el riesgo” de que sean otros quienes asuman las riendas del
poder político?
Como dije al
principio: me confieso intolerante con esa gente que ha traicionado el
gentilicio y el mensaje muy claro de Bolívar. Simplemente por un “bozal de arepa”, sin comprender que
son sólo limosnas que el régimen les lanza, más cuando se acerca una campaña
política y andan en búsqueda de los votos. Ya en artículos anteriores he
escrito que la ignorancia no es inocencia sino pecado.
Antonio López
Villegas
altatribuna@yahoo.com.mx
@lopezvillegas7
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