El pasado martes 27 de octubre se aprobó en primera discusión el proyecto de
Ley de Presupuesto para el ejercicio económico-financiero de la Nación 2016, en
el que se estima un precio promedio del barril de petróleo a 40 dólares. Lo que
se pudo apreciar en el debate fueron disparates políticos de los representantes
del gobierno, tratando de explicar lo inexplicable.
El proyecto en cuestión carece de variables
económicas-financieras, que son esenciales a cualquier proyecto de presupuesto.
No hablaron con claridad al país en torno a la tasa de inflación y tasa de
cambio, para comenzar.
La falta de visión para apreciar la realidad,
la falta de aliento para asumir responsabilidades y de grandeza para liderizar
al país hacia un cambio de fondo en su estructura económica, se puso de
manifiesto en los escuálidos argumentos esgrimidos por el gobierno en el
debate.
El presupuesto 2016 alcanza la cantidad de 1
billón 574 mil millones de bolívares,
mientras que el proyecto de Ley Especial de Endeudamiento Anual para el
ejercicio económico-financiero del próximo año ascendió a 195 mil 213 millones
de bolívares. Estas cifras destacan que el monto del presupuesto 2016
representan más del doble del asignado en 2015.
Nadie entiende como el gobierno, después de
haber manejado los ingresos petroleros más altos de toda la historia, el
presidente anda mendingando dólares y endeudando al país hasta límites
desconocidos.
El país no entiende como el Banco Central de
Venezuela financia el déficit de PDVSA; además, financia empresas estatizadas
que solo producen pérdidas. Imprime billetes y más billetes (dinero inorgánico)
para transferir reservas públicas a los “fondos” públicos para gastos
extra-presupuestarios. Sin control. El resultado de estas políticas es el
desastre que vivimos en el contexto de un esquema institucional de control
político.
Y para colmo de males, el diputado Sanguino
al inicio del debate expresa con cinismo que la oposición nunca ha votado por
los presupuestos presentados, agregando que estos están en sintonía con el
“plan de la patria”, además hacen énfasis en lo social.
Lo que no dice el diputado, es que el
gobierno no rinde cuentas. Qué el presupuesto es “deficitario e irresponsable”.
No hay control de la administración pública nacional. Hay presupuesto pero no
hay responsabilidad para asumir la realidad.
Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob
Carabobo – Venezuela
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