jueves, 26 de noviembre de 2015

LUIS GARRIDO, BRILLANTE GENERACION

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Llegar al 6 de diciembre después de haber recorrido los 16 años de tan angustiosa pesadilla, más que intentar doblegar el espíritu combativo del venezolano lo interpretamos como esas emboscadas  tan comunes en la historia de nuestro país,  donde los dictadores ocupan roles predominantes guiados por el afán del poder y las riquezas, pero terminan siendo víctimas de sus propias ambiciones y reducidos al fatalismo de un final sombrío.  Atrás quedan lágrimas y heridas insanables; y también algo tan doloroso que jamás habíamos cuantificado en el significado horror como es la descomposición social en pérdidas humanas.  Esa es la principal razón para cumplir con el deber de votar que nos reclama nuestra conciencia;  para devolverle al país una Asamblea Nacional con  rostro de Parlamento y la majestad señorial que se merece nuestra patria.            
No somos pesimistas porque nos aceramos el espíritu en las jornadas del coraje y el sacrificio.  Venezuela es tierra de hazañas, su historia es hermosa y la pregonamos con orgullo, ya que cada letra estampada con valor nos hace sentirnos más venezolanos.  La referencia nos lleva a las generaciones porque para cada acción tirana hubo una respuesta.   De la generación del 28 pudiera no haber sobrevivientes; pero los hechos, las anécdotas y la rebeldía de sus protagonistas, constituyen el más fiel paradigma de la abnegación  y el amor por la libertad.          
Lograríamos  extendernos en los recuerdos de lo que culminó un 23 de enero  con la caída de Marcos Pérez Jiménez; pero sentimos que está tan fresco en la memoria de tantos venezolanos, que más bien valdría la pena preguntarnos si muchos de sus actores no cargamos con una buena parte  de responsabilidad,  en la desviación de todo ese esfuerzo traducido en  penurias vividas en esa cruel dictadura.             
La lucha por la libertad está fortalecida, hay sangre joven que vibra: se levantó la generación del 6 de diciembre.  Invalorables han sido los esfuerzos de esa juventud que cierra  filas en las universidades, los muchos centros de estudios y los núcleos de trabajo hoy alineados en  primera fila manifestando su presencia y  valentía.  Ese ejemplo es un llamado de responsabilidad, una campanada sobre la necesidad cierta de romper las cadenas de la actual dictadura.  Venezolanos es la nacionalidad: la patria se lleva en el corazón.  Estamos a pasos de reencontrarnos, de volver a ser hermanos. Votando iniciaremos el camino hacia el país libre.               
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr

Carabobo - Venezuela

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