domingo, 13 de diciembre de 2015

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, LO DIFÍCIL VIENE AHORA, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL

La Teoría de Organización establece condiciones que fundamentan instancias de planificación de políticas que responden a exigencias planteadas por realidades cuestionadas.
El devenir político-histórico ha confirmado repetidas veces, que los partidos políticos son capaces de ganar elecciones por cuanto no les resulta del todo complicado cuando sus aparatos electorales trabajan organizadamente. O sea, a instancias de métodos de planificación de campañas electorales cuyos criterios de eficacia saben responder a la voz de la calle. Los problemas vienen luego. Sobre todo, cuando comienzan a emerger factores de disociación entre el programa electoral, el plan de gobierno y la acción del gobierno. Disociación ésta que se agrava a medida que las confusiones propias de discursos ilusionistas o fundamentados en consideraciones proselitistas, se acentúan. Más, cuando deja de advertirse que los criterios de eficacia electoralmente empleados, tienden a perder fuerza en virtud de las intemperancias propias del desespero al que se llega sin mucha espera.

Tan apretadas realidades, animan desaliento y desconfianza que finalmente terminan agravando problemas que se suponían encaminados a ser solventados. Sin embargo, surgen restricciones impuestas al voleo que desatan relaciones de fuerza que le restan eficacia a procesos políticos iniciados en nombre de la justicia y de la paz. En el curso de estos acontecimientos, se dan las condiciones necesarias para que buena parte de las promesas electoralmente adquiridas se vean incumplidas lo que provoca que el ambiente político se colme de la misma indolencia a la que la rutina somete dichas promesas. O también, de la misma indignación que aviva el rechazo que, a su vez, estimula la aplicación del voto-castigo.

Esta breve síntesis evidencia la dinámica que caracteriza toda situación que, políticamente, recorre los escabrosos parajes del tránsito que se da por espacios dominados por la demagogia, la ineptitud, la indolencia, la intolerancia y el resentimiento. Causales éstas, adoptadas como criterios de gobierno para enturbiar los aires que requiere respirar la democracia. Precisamente, sortear las complicaciones de momentos abruptos como éstos, obliga a razonar lo que más adelante las circunstancias pueden asomar de no actuarse con la previsión y el cuidado que dichas situaciones comprometen.  Particularmente, en el ejercicio de la política.

Lo que tiene por delante ese importante equipo de hombres y mujeres que, en representación de los partidos políticos: Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, se la jugaron de cara a los embates preparados por afectos de la revolución a la orden del gobierno central, no es nada fácil. Más, en medio de la controversia que la propia crisis de Estado ha venido estimulando como razón para justificar el desparpajo de decisiones gubernamentales que no reconocen las realidades económicas en que se debaten sus consecuencias. A este respecto, se hace necesario considerar dos apreciaciones. Una primera que debe evaluar los entuertos a enfrentar en lo interno, como unidad. Y otra segunda, que también debe tantear el entorno estructurado en el plano controlado por agentes gubernamentales bajo el enfoque de la administración de conflictos. Cada una, atendiendo contextos diferentes pero mancomunadas por las causas que provocaron tanto una crisis del tipo de acumulación, como una crisis del tipo de dominación vigente.

Lo resumido de esta disertación, sólo da espacio para analizar la primera de las visuales aludidas. En este orden de ideas, es fundamental que el equipo político integrado por los diputados representantes de la Unidad Democrática, actúen como uno sólo. Para ello, la decisiones deben elaborarse tamizando las alternativas y reacciones posibles cuales escenarios en formulación. Así, podrán confeccionarse las respuestas que de este digno equipo espera un país anhelante de soluciones a problemas que vinieron acumulándose como “basura en contenedores sin fondo”. La Teoría de Organización establece condiciones que, a los fines de identificar variables de análisis de suma pertinencia y aquiescencia o anuencia, sirven para fundamentar instancias de planificación de políticas que responden debida e inmediatamente a las exigencias que plantean las realidades en cuestión. Por supuesto, esta necesidad de actuación a lo interno, debe acompañarse con mecanismos de motivación al logro que inciten disposiciones que, en medio de la incertidumbre reinante, exhorten posturas de creatividad e integración. Porque sin duda, lo difícil viene ahora.

VENTANA DE PAPEL

¿CÓMO INTERNET CONDICIONA ACTITUDES POLÍTICAS?

Las ventajas de la Internet, son indiscutibles. Sobre todo, al momento de prestarse para soportar la información que motiva actitudes políticas y de todos los géneros posibles que sirven al hombre para justificar decisiones de vida. La investigación de la periodista Eliana Balestrini Rojas, arroja la data necesaria para inferir sobre cómo las tecnologías de la información y comunicación tienen la fuerza procesal necesaria para influir en el comportamiento del ser humano.

El trabajo referido, aunque supeditado al ámbito del Municipio Libertador del Estado Mérida, es demostrativo del uso y aprovechamiento de las susodichas tecnologías por sus habitantes. Más aún, destaca que dicho municipio “está por encima del estándar de penetración de Internet en Latinoamérica y los mayores usos que se le da al Internet son para trabajo, recreación, investigación y noticias”. Sin embargo, no todo es halagador.
El análisis sorprende toda vez que algunas de sus observaciones poco o nada destacan el mito que llevan a pensar que la ciudad de Mérida, por tratarse de ser “una Universidad con una ciudad por dentro”, es cuna de una intelectualidad que arropa a casi todos los grupos sociales que determinan su vida sociopolítica y socioeconómica. Nada de eso. Tal mito se cae al demostrarse que escasamente una mitad de esa población consultada por el interés de averiguar su talante político determinado por el influjo de las tecnologías de la información y comunicación, y que inicialmente se pensó que podían ser egresados universitarios, no es tal. De modo que la población merideña de la que se ha dicho ser de las más cultas del país, más de su mitad no cumple con la condición de ser formada universitariamente.

 Otra de las inferencias que del aludido análisis igualmente sorprenden, tiene que ver con la cultura política. El caso es que no por tratarse de un universo consultado de raigambre merideño, su formación política está a la altura de lo que representa vivir en el seno de una ciudad universitaria. Hay razones demostradas para dar cuenta de la precaria cultura política de buena parte de dicha población. En el fondo de todo ello se advierte una brecha entre lo que significa actuar influido por valores de una cultura política afianzada, y lo que representa la actitud de un habitante que, sus insipiencias, aunque informado del devenir político nacional y regional, no le permiten formalizar ideas propias que le beneficien como sujeto político e individualidad sociocultural.

A fin de cuentas, el trabajo de Balestrini, cuya exposición le valió el más alto reconocimiento académico del jurado de profesores del Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina, de la Universidad de Los Andes, rebasa las expectativas de quien puede atreverse a levantar una idea de lo que el problema de cómo las tecnologías de la información y comunicación, pueden marcar la actitud y pensamiento de una persona asediada por el interés o necesidad de mantenerse informada sobre la cotidianidad de la política. El trabajo de Eliana Balestrini sabe responder a ¿cómo la Internet condiciona actitudes políticas?

“Las dificultades son el cauce que abren el camino a la política. Pensar en la ausencia de conflictos en política, es imaginar el mundo en contrario. Cada problema aviva razones para seguir desafiando más problemas”

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

Merida - Venezuela

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