El
venezolano ha tenido siempre el complejo del hombre mesiánico, heredero de las
glorias de los libertadores, que triunfa en cosas irrelevantes, pero que
fracasa en aquellas que hacen progresar un país. Todavía alberga el complejo de
víctima, del pueblo frágil, envalentonado solo con el alcohol y que requiere de un salvador providencial. Y
peor aún, que no ha podido alcanzar su
desarrollo, por culpa de un malvado y oculto enemigo.
Esta
actitud deplorable, ha hecho que seamos incapaces de reconocer nuestras propias
responsabilidades y competencias. Sin embargo en Venezuela SI HAY un gran
material humano valioso, pero que requiere de ocupar los espacios que le han
sido secuestrados por la burocracia profesional. Se nos acabó el tiempo, se nos
puede acabar el país, que sufre la precarización de la vida diaria, ante la
devastadora inflación.
Bajo
la fantasía de ese adefesio llamado el Foro de Sao Paulo, la atadura y la
identificación de Maduro y de sus revolucionarios con el Castrismo, son un acto
poco varonil. Pero la coalición
opositora de la MUD, tampoco ha tenido el liderazgo ético acorde con la
tragedia venezolana. Hasta ahora, su imagen es la de propiciar solo acuerdos
electorales.
El
6 de diciembre no será una simple esperanza. Ese día Venezuela, a como dé lugar
deberá ajustar cuentas con quienes la han condenado a la miseria y a la
humillación. Al mismo tiempo le exigirá a la oposición una propuesta concreta
para una nueva época.
Esto
debe iniciar el cambio necesario y el de una nueva etapa para la moral del
liderazgo emergente. Alcanzar la meta de un estado que nos haga iguales ante la
ley y no víctimas de la corrupción pública. Poner “Orden, en todos los
órdenes”.
Ante
todo, no debemos olvidar que Venezuela no es solo crisis económica, es mucho peor,
narcotráfico, relaciones con el terrorismo ideológico y religioso.
Aspectos muy delicados y peligrosos. No
hay escapatoria, no hay más alternativas, el desafío es un gran acuerdo
nacional, público y abierto, dado a las afueras del claustro de la academia, de
los cogollos de los partidos políticos y de las oficinas de los grupos
económicos. El abismo llegó.
Cesar
Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc
Stantes"
“Todavía
en Pie”
Caracas
- Venezuela
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