El chavismo está descubriendo de
la peor manera, que toda la estructura política del PSUV se encuentra en peligro,
tengo que decir que el grueso de la militancia y la dirigencia de ese
movimiento político es igualmente
víctima de los pésimos manejos que se está haciendo de esa organización
política.
No fue sólo el país engañado con
un manejo “bipolar” de la realidad nacional, hacia lo interno de ese partido,
hay una ausencia de una gerencia de daños producto de la tremenda derrota
política que sufrieron el 6D que les está impidiendo reaccionar, contener y
reorganizar las fuerzas para proteger las parcelas de poder que no quedaron
afectadas.
El presidente Maduro se encuentra
bajo la influencia malsana del psiquiatra Jorge Rodríguez quien está actuando
en plena etapa de negación del desastre, este comportamiento que usualmente se
registra en personas traumadas o víctimas de una situación de desastre,
consiste en negarle importancia al impacto sufrido, tratando de minimizar sus
efectos, es una respuesta de defensa que trata de mantener la integridad del
sujeto para que no se derrumbe y pierda el control de su situación, el problema
se encuentra en que en este estado, se hace imposible manejar correctamente las
posibilidades de sobrevivencia de la víctima.
Me explico, para nadie un secreto
que el Dr. Rodríguez había asumido demasiada responsabilidades en su persona,
más de lo que estaba dentro de sus capacidades, en los últimos meses había
descuidado de manera notable sus responsabilidades como Alcalde del Municipio
Libertador, uno de los más complicados del país.
Sus actividades como jefe de
campaña del PSUV que lo tenían avocado a un ritmo de actividades que lo habían
llevado hasta sus límites de sus posibilidades humanas, varios de sus allegados
de confianza habían advertido sobre los violentos cambios de personalidad del
Dr. Rodríguez quien dormía muy poco, se mal alimentaba y en varias ocasiones
había perdido el control de manera notable y preocupante.
Pero en vez de bajar el ritmo de
sus actividades, las aumentó, en esa ansia de control por la que siempre se ha
destacado y aparte de sus otras actividades se convirtió en el vocero del
gobierno con más apariciones en los medios después del presidente Maduro.
Las responsabilidades que tiene
de la derrota son indudablemente gigantescas, por su cercanía al presidente le
había transmitido parte de esa angustia que lo rendía inoperante en situaciones
cruciales y se cometieron gravísimos errores de apreciación sobre la campaña
que comprometía el éxito de la misma.
La estrategia hacia los votantes
fue sin duda un elemento de peso en que el PSUV fuera visto como una mala
broma, en medio de la escases la gente era tratada como pordioseros, de nuevo
el papel de Don Regalón, con un estado jugando con la necesidad del pueblo como
si fueran focas en un espectáculo circense,
repartiendo dádivas y promesas huecas, los electores se daban cuenta de
inmediato que el saco de regalos estaba vacío y que barrían el piso con su
dignidad, fue cuando menos insultante y esta actitud fue rechazada y castigada.
El presidente y su jefe de
campaña alienaron a un importante sector del chavismo que se sintieron no solo
irrespetados sino agredidos, las amenazas no solo eran dirigidas a la oposición
sino a los mismos chavista y aliados, por medio de la violencia verbal se
trataron de forzar situaciones que comprometieron seriamente las relaciones del
gobierno con las FFAA, con los actores gubernamentales y con el CNE, el estilo
de Rodríguez se hizo parte del de Maduro, las responsabilidades y la culpa eran
siempre delegadas a los subordinados y se convirtieron en un elemento
perturbador en las campañas regionales y locales.
El comando de Campaña en vez de
solucionar problemas los complicaba, los recursos eran retenidos o desviados,
había retardos injustificados de recursos y logística, las órdenes y
contraórdenes aumentaron de frecuencia a medida que se acercaba el día de las
votaciones, el nerviosismo que se respiraba en la cúpula del poder era
transmitido al resto de la cadena de mando y algunas regiones quedaron incluso
aisladas como fue el caso de Amazonas y Zulia.
La sobreexposición del presidente
en los medios en vez de ayudar, perjudicó la campaña, el contenido de los
mensajes eran inconexos y la impresión que daba es que no tenía control sobre
la situación desplegada, la presencia de Rodríguez era molesta y perturbadora,
su afán de control y su sed de protagonismo copaban los escenarios
fundamentales y no siempre de manera positiva.
Pero lo peor estaba por venir, a
medida que los informes llegaban al CNE y debido a su experiencia en el
organismo del cual fue presidente, Rodríguez abandonó sus funciones de campaña
para ocuparse de la data que llegaba y su análisis, ya para ese momento el
agotamiento del funcionario era visible y muchas personas temían por su
derrumbe.
Los análisis de la información y
la inteligencia que se desprendía de estos informes estaban altamente
influenciadas por Rodríguez, quien para ese momento estaba desesperado por
resultados positivos, el presidente no fue debidamente informado del curso de
los eventos sino hasta que el directorio del CNE le dieron los devastadores
informes preliminares.
Maduro fue uno de los últimos en
enterarse de la verdadera magnitud del desastre
e influenciado por Rodríguez, trataron de implantar el plan de
emergencia que tenían preparado para abortar el proceso electoral, pero debido
a la presión internacional y a la firme negativa del Alto Mando militar
decidieron no llevarlo a cabo.
A la vista de la derrota
decidieron no asumir responsabilidades para darse tiempo de elaborar una
estrategia que los salvara de los efectos posteriores, Maduro fue instruido de
poner la culpa en los hombros de la militancia, en una traición al legado de
Chávez y en un realineamiento de las fuerzas de la derecha internacional, lo
que llevó a la elaboración de la tesis de que el pueblo no había comprendido el
tema de la guerra económica contra Venezuela.
Esta estrategia de levantar muros
a las críticas y al análisis de la derrota sorprendió al resto de la dirigencia
de la tolda chavista y a las organizaciones afectas, muchos de estos dirigentes
están siendo obligados a alinearse a este silencio bajo el pretensión de
defender a toda costa la imagen de Maduro, pero ya se está preparando una purga
en el partido, pero no en busca de los verdaderos responsables de la debacle
electoral, sino buscando cabezas de
turco entre los funcionarios que no son afectos a Rodríguez y Maduro, los
verdaderos culpables.
A estas alturas del proceso no
hay manera de tener una reunión de evaluación sobre lo que pasó, no hay
críticas ni análisis de la situación, excepto lo que se hace en los medios de
comunicación y el partido entra en una espiral de descomposición muy peligrosa.
Estamos a las puertas de una
cacería de brujas dentro del PSUV, y si no hay una respuesta coordinada y
contundente de parte de los sectores que les duela el futuro del partido para
aclarar las responsabilidades de la derrota, lo más probable es que el chavismo
termine convertido en una especie de falange fascista y se pierda
definitivamente el patrimonio político del Comandante Chávez.
Lo peor de esta situación es que
al alto gobierno va a estar ocupado en esta defensa interna, descuidando sus
funciones de estado en el momento más crítico de la crisis económica que arropa
al país, lo más probable es que el desempeño del gobierno de Maduro siga
deteriorándose rápidamente y la situación política desemboque en una crisis
incontenible. -
Saul
Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
Miranda -
Venezuela
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