“Presidente,
no respaldaremos un fraude masivo y no saldremos a reprimir y matar gente
después de un anuncio que no se ajuste a lo que sentenció el pueblo de
Venezuela”. Me parece estar oyendo esta afirmación imaginaria pero muy ajustada
a la realidad, del Ministro de la Defensa al presentarse en Miraflores luego de
las 6pm después del anuncio de Tiby de retrasar la hora del cierre de las mesas
y centros de votación.
O era aceptar el triunfo opositor, o
salir a la calle a contener la ira de un pueblo dispuesto a defender su voto.
De acuerdo a Emili Blasco (ver E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando
militar fuerza aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w),
Diosdado ya tenía sus números hechos y su banda de malandros dispuesta para
defenderlos. Eso era lo esperable, era lo que yo esperaba. Sin embargo los
militares se pronunciaron, pero ¿cuáles militares?
Sería muy interesante conocer el fondo
de esto porque no creo que haya sido Padrino, aquel que en el desfile de Los
Próceres montado sobre un tanque dijo que defendería la revolución hasta la
muerte. Entonces, ¿por qué se vio el Ministro de la Defensa obligado a decirle
eso a Maduro? Porque, o era eso, o una desobediencia masiva de los cuadros
medios de las FANB, los que tienen el poder de fuego, y cuyas familias no son
las adineradas o favorecidas de la “nomenklatura” castro-chavista-madurista,
con el subsiguiente golpe de Estado como consecuencia.
Las familias de esa oficialidad media
son las que hacen las colas como todo el mundo para conseguir un pollo y se
avergüenzan de una superioridad corrompida y corrupta. Es esa misma oficialidad
la que en su mayoría tiene que enfrentarse a unos soldados que no comen bien, porque nadie come bien en la Venezuela de
Nicolás Maduro, siendo a su vez quienes deben responder por eso, sin ser los
boyantes Edecanes ni los ayudantes del Alto Mando militar de la revolución.
El haber detenido el fraude que estaba
montando el régimen y el CNE de Tiby Lucena conlleva para estos militares – y
no hablo de Padrino precisamente- una responsabilidad altísima y que todos los
venezolanos debemos agradecer, pero que a su vez nos coloca a todos en un
equilibrio muy precario porque aun siguen vigentes las fuerzas que produjeron
ese intento delictual de cambiar los resultados de la voluntad popular. Aun el
pueblo molesto que se manifestó el 6D, dándole la responsabilidad a la MUD de
cambiar los destinos del país, no ha terminado de “ganar”.
Se ha dado un paso muy importante pero
aun imperan los poderes constituidos tramposos que fueron capaces de plantearse
una matanza con tal de permanecer en el poder, como ya lo habían hecho en el
pasado. De eso son responsables todos los que cohonestarían ese fraude que
detuvieron esa parte de las Fuerzas Armadas que sufre como nosotros de esta
debacle del régimen de Nicolás Maduro.
El 6D se manifestó una fuerza que
sabíamos que existía dentro de las Fuerzas Armadas a favor de la democracia,
pero que no la habíamos valorado en su toda su magnitud al suponer que se había
subrogado al régimen. Que fue capaz de detener una tragedia que estuviéramos
ahora lamentando, pero que debe permanecer alerta y vigilante a los próximos
eventos que se desatarán para no observar y desconocer la institucionalidad que
a partir de enero se debe recuperar en la Asamblea Nacional.
Este es el costo que asumieron esas
bayonetas por aparecer a favor de la democracia. De no haberlo hecho, todos
–tanto ellos como nosotros- hubiéramos sufrido las consecuencias de
profundizarse un modelo que todos los venezolanos demostraron el 6D no querer
mas para nuestro país, y que esa voluntad se hubiera escondido en las cifras
del fraude del CNE. Que no se equivoque nadie, ni se dejen engañar por la MUD y
sus acólitos defensores de las maquinitas y el sistema del CNE: SI HUBO FRAUDE
el 6D, las cifras ya estaban modificadas por Tiby a favor del régimen, y listos
los paramilitares para defenderlas, solo que las FANB impidieron su
implementación.
Pero aun esta tragedia no ha terminado.
Los laboratorios del régimen estarán cocinando una solución a esa mayoría
calificada opositora en la próxima Asamblea Nacional. Eso se puede manifestar
desde el desconocimiento de leyes aprobadas por la Asamblea de parte del
Ejecutivo, rechazando su ejecútese (Maduro ya se pronunció rechazando la
posibilidad de aprobar la Ley de Amnistía), hasta la negación del poder
legislativo con la creación de un ente completamente aparte a la Asamblea
Nacional, basándose en las Leyes del Poder Comunal y el Plan de la Patria
comunista, que según ellos tiene carácter Constituyente. Esta estrategia de
negación institucional ya se aplicó en la Alcaldía Metropolitana de Caracas y
sería la máxima aberración del régimen en su camino de aferrarse al poder, el
hacerlo con uno de los Poderes del Estado.
Todo esto sin incluir la formulación de
una estrategia tendiente a culpabilizar a los diputados electos de la debacle
económica que se nos viene encima en el 2016, al hecho que la población no
votara por el gobierno en diciembre. El régimen no podrá impedir el año
entrante el desarrollo de la crisis estructural creada por ellos mismos, y este
6D consiguieron a quien responsabilizar de eso: a la mayoría opositora, quienes
no podrán, debido al alcance de sus atribuciones constitucionales, ejercer
funciones ejecutivas para paliar la crisis de los venezolanos.
Es por eso que el tiempo está en contra
de quienes fueron electos y que tienen la responsabilidad de responder a esa
estrategia del régimen. En la medida que pase el tiempo, mas le exigirá la
población a los diputados electos. Y el régimen se aprovechará de eso
dolorosamente. Incluso sabotearán cualquier iniciativa a favor de aliviar el
malestar económico de la población.
Esta circunstancia que se presentará el
año entrante, aunado a la crisis que agobia a los venezolanos, ciertamente
impondrá una urgencia critica a este poder conquistado el 6D, para comenzar a
discutir con la urgencia del caso las soluciones constitucionales que pongan
fin al estado de necesidad que existe en Venezuela.
Esta situación no admite esperas. Eso
se manifestó claramente el 6D. Si los nuevos diputados de verdad entienden que
fueron electos como instrumentos de la población para resolver la gravísima
crisis, entonces lo que primero que
deberán abordar es su solución constitucional como uno de las primeros temas a
discutir con carácter prioritario y de urgencia en la nueva Asamblea Nacional,
a riesgo de perder no solo el chivo si no también el mecate.
La implantación de alguna de ellas, de
por sí, como el desarrollo de una Asamblea Nacional Constituyente, tomaría gran
parte del año entrante mientras la situación del país se deteriora a una
velocidad vertiginosa, por lo que no se puede perder el tiempo en otras cosas
que se deriven de la diatriba político partidista de los diputados electos.
Esperamos que esas bayonetas, que este 6D escogieron el lado de la democracia,
decidan seguir asumiendo el costo de vivir en ella, colocándose al lado de la
aspiración de la mayoría pueblo venezolano de vivir en libertad.
Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
Caracas – Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario