sábado, 12 de diciembre de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, EL COSTO DE LAS BAYONETAS


 “Presidente, no respaldaremos un fraude masivo y no saldremos a reprimir y matar gente después de un anuncio que no se ajuste a lo que sentenció el pueblo de Venezuela”. Me parece estar oyendo esta afirmación imaginaria pero muy ajustada a la realidad, del Ministro de la Defensa al presentarse en Miraflores luego de las 6pm después del anuncio de Tiby de retrasar la hora del cierre de las mesas y centros de votación.

O era aceptar el triunfo opositor, o salir a la calle a contener la ira de un pueblo dispuesto a defender su voto. De acuerdo a Emili Blasco (ver E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando militar fuerza aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w), Diosdado ya tenía sus números hechos y su banda de malandros dispuesta para defenderlos. Eso era lo esperable, era lo que yo esperaba. Sin embargo los militares se pronunciaron, pero ¿cuáles militares?

Sería muy interesante conocer el fondo de esto porque no creo que haya sido Padrino, aquel que en el desfile de Los Próceres montado sobre un tanque dijo que defendería la revolución hasta la muerte. Entonces, ¿por qué se vio el Ministro de la Defensa obligado a decirle eso a Maduro? Porque, o era eso, o una desobediencia masiva de los cuadros medios de las FANB, los que tienen el poder de fuego, y cuyas familias no son las adineradas o favorecidas de la “nomenklatura” castro-chavista-madurista, con el subsiguiente golpe de Estado como consecuencia.

Las familias de esa oficialidad media son las que hacen las colas como todo el mundo para conseguir un pollo y se avergüenzan de una superioridad corrompida y corrupta. Es esa misma oficialidad la que en su mayoría tiene que enfrentarse a unos soldados que no comen bien,  porque nadie come bien en la Venezuela de Nicolás Maduro, siendo a su vez quienes deben responder por eso, sin ser los boyantes Edecanes ni los ayudantes del Alto Mando militar de la revolución.

El haber detenido el fraude que estaba montando el régimen y el CNE de Tiby Lucena conlleva para estos militares – y no hablo de Padrino precisamente- una responsabilidad altísima y que todos los venezolanos debemos agradecer, pero que a su vez nos coloca a todos en un equilibrio muy precario porque aun siguen vigentes las fuerzas que produjeron ese intento delictual de cambiar los resultados de la voluntad popular. Aun el pueblo molesto que se manifestó el 6D, dándole la responsabilidad a la MUD de cambiar los destinos del país, no ha terminado de “ganar”.

Se ha dado un paso muy importante pero aun imperan los poderes constituidos tramposos que fueron capaces de plantearse una matanza con tal de permanecer en el poder, como ya lo habían hecho en el pasado. De eso son responsables todos los que cohonestarían ese fraude que detuvieron esa parte de las Fuerzas Armadas que sufre como nosotros de esta debacle del régimen de Nicolás Maduro.

El 6D se manifestó una fuerza que sabíamos que existía dentro de las Fuerzas Armadas a favor de la democracia, pero que no la habíamos valorado en su toda su magnitud al suponer que se había subrogado al régimen. Que fue capaz de detener una tragedia que estuviéramos ahora lamentando, pero que debe permanecer alerta y vigilante a los próximos eventos que se desatarán para no observar y desconocer la institucionalidad que a partir de enero se debe recuperar en la Asamblea Nacional.

Este es el costo que asumieron esas bayonetas por aparecer a favor de la democracia. De no haberlo hecho, todos –tanto ellos como nosotros- hubiéramos sufrido las consecuencias de profundizarse un modelo que todos los venezolanos demostraron el 6D no querer mas para nuestro país, y que esa voluntad se hubiera escondido en las cifras del fraude del CNE. Que no se equivoque nadie, ni se dejen engañar por la MUD y sus acólitos defensores de las maquinitas y el sistema del CNE: SI HUBO FRAUDE el 6D, las cifras ya estaban modificadas por Tiby a favor del régimen, y listos los paramilitares para defenderlas, solo que las FANB impidieron su implementación.

Pero aun esta tragedia no ha terminado. Los laboratorios del régimen estarán cocinando una solución a esa mayoría calificada opositora en la próxima Asamblea Nacional. Eso se puede manifestar desde el desconocimiento de leyes aprobadas por la Asamblea de parte del Ejecutivo, rechazando su ejecútese (Maduro ya se pronunció rechazando la posibilidad de aprobar la Ley de Amnistía), hasta la negación del poder legislativo con la creación de un ente completamente aparte a la Asamblea Nacional, basándose en las Leyes del Poder Comunal y el Plan de la Patria comunista, que según ellos tiene carácter Constituyente. Esta estrategia de negación institucional ya se aplicó en la Alcaldía Metropolitana de Caracas y sería la máxima aberración del régimen en su camino de aferrarse al poder, el hacerlo con uno de los Poderes del Estado.

Todo esto sin incluir la formulación de una estrategia tendiente a culpabilizar a los diputados electos de la debacle económica que se nos viene encima en el 2016, al hecho que la población no votara por el gobierno en diciembre. El régimen no podrá impedir el año entrante el desarrollo de la crisis estructural creada por ellos mismos, y este 6D consiguieron a quien responsabilizar de eso: a la mayoría opositora, quienes no podrán, debido al alcance de sus atribuciones constitucionales, ejercer funciones ejecutivas para paliar la crisis de los venezolanos.

Es por eso que el tiempo está en contra de quienes fueron electos y que tienen la responsabilidad de responder a esa estrategia del régimen. En la medida que pase el tiempo, mas le exigirá la población a los diputados electos. Y el régimen se aprovechará de eso dolorosamente. Incluso sabotearán cualquier iniciativa a favor de aliviar el malestar económico de la población.

Esta circunstancia que se presentará el año entrante, aunado a la crisis que agobia a los venezolanos, ciertamente impondrá una urgencia critica a este poder conquistado el 6D, para comenzar a discutir con la urgencia del caso las soluciones constitucionales que pongan fin al estado de necesidad que existe en Venezuela.

Esta situación no admite esperas. Eso se manifestó claramente el 6D. Si los nuevos diputados de verdad entienden que fueron electos como instrumentos de la población para resolver la gravísima crisis, entonces lo que  primero que deberán abordar es su solución constitucional como uno de las primeros temas a discutir con carácter prioritario y de urgencia en la nueva Asamblea Nacional, a riesgo de perder no solo el chivo si no también el mecate.

La implantación de alguna de ellas, de por sí, como el desarrollo de una Asamblea Nacional Constituyente, tomaría gran parte del año entrante mientras la situación del país se deteriora a una velocidad vertiginosa, por lo que no se puede perder el tiempo en otras cosas que se deriven de la diatriba político partidista de los diputados electos. Esperamos que esas bayonetas, que este 6D escogieron el lado de la democracia, decidan seguir asumiendo el costo de vivir en ella, colocándose al lado de la aspiración de la mayoría pueblo venezolano de vivir en libertad.

Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
Caracas – Venezuela


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