De políticos es
dictar políticas y en ese caso preferible es que sanen heridas y no que las
profundicen
Claro que un mercado
petrolero en declive afecta a los productores y beneficia a los compradores,
pero, salvo Venezuela, ninguno de los miembros de la Opep y de los exportadores
No-Opep alcanza una ruina tan profunda e inexplicable como la que ha devastado
y también desbastado a nuestra humillada nación. En 2015 casi todos esos países
crecieron sin mayor inflación, en tanto que la economía de Venezuela se ha
derrumbado en los últimos tres años, fenómeno que habiendo comenzado antes de
la caída del precio internacional del petróleo, se expande cual pandemia sobre
la llamada economía real y pronto furiosamente sobre el amenazado sector
financiero.
Las consultoras más
respetadas no anticipan colapsos económicos en ninguna parte del Continente, en
tanto que todas ellas coinciden en pronosticar un 2016 catastrófico para la
nación cuyo Gobierno se prodigaba en promesas de bellas utopías. Bloomberg
coloca a Venezuela en primer puesto entre las sociedades más miserables.En
materia de inflación nos instalamos sólidamente de nuevo en la cima del
planeta. Un país tenido por rico es pues ahora un modelo de pobreza y de
miseria.
Como es de suponer
semejante tragedia ha impactado con efectos deletéreos la popularidad, la
moral, la unidad interna y la estabilidad del gobierno de Maduro.
Falaz y operático ha
sido y lo sigue siendo, pero debido al peso de la realidad luce cada vez más
titubeante e inseguro en sus argumentos. Ya no denuncia golpes o invasiones
imperiales inminentes, mostrando el puño con "pruebas irrebatibles que muy
pronto presentaré".
Sigue, por supuesto,
con la lata de la "guerra económica" porque alguna explicación debe
dar a los suyos a ver si calma su creciente furia. No obstante sabe que tiene
muy pocas municiones en su faltriquera. No le queda nada por decir precisamente
cuando más obligado está a promover algo creíble antes que a su Gobierno se lo
lleve el diablo.
Podría usar su otra
mano. Si no logra amedrentar a una AN sumamente activa en todas las áreas del
hacer político y administrativo. Si no puede contener el malestar colectivo que
arrastra y envuelve a todos y a todo, podría valerse de armas de otra índole.
El 18 de febrero, por ejemplo, es la audiencia de Antonio Ledezma, un respetado
líder opositor conocido en el mundo y a quien no se le ha podido fabricar una
causa sostenible, razón por la cual el dócil poder judicial le pospone una y
cien veces la ocasión de desvestir la trama inventada contra los perseguidos
políticos ¿Por qué Maduro no sorprende a sus críticos devolviendo la reclamada
libertad a quienes de todas maneras beneficiará la inminente ley de Amnistía?
En lugar de afrontar el peligro de desconocer ese esperado acto legislativo,
que lo colocaría en situación crítica frente a la OEA, la ONU, UNASUR y el
sistema jurídico internacional, podría anticiparse vaciando las cárceles y
permitiendo el regreso de exiliados y perseguidos. Los líderes encarcelados
están rodeados del afecto colectivo y su libertad sería bien recibida en todos
los rincones.
Estoy consciente de
que Maduro quizá esté encadenado a un poste, como un oso impotente sin
capacidad para afrontar las consecuencias de sus deplorables políticas, pero
siempre es mejor que esté al tanto de las opciones de la realidad.
Una medida de tal
naturaleza tiene valor en sí misma aunque se ejecute en nombre de razones
calculadamente políticas. Al fin y al cabo de políticos es dictar políticas y
en ese caso preferible es que sanen heridasy no que las profundicen.
Americo Martin
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin
Miranda - Venezuela
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