Amor. Es una expresión universal
que es inherente a la afinidad entre los seres, y cada cual desde sus
perspectivas, sus diversas ideologías y según los diferentes puntos de vista,
tratan de darle una definición razonada. De manera que en cada campo del que
hacer humano, se va planteando una determinación en lo cultural y su desarrollo
social, artístico, científico, filosófico, religioso u cualquier otro.
Presentar la palabra amor, implica identificar una variedad de sentimientos,
que van desde la unión familiar o filial, pasando por la fraternidad del
compartir en amistad y como parte del vínculo social con nuestros semejantes,
logrando abarcar los deseos pasionales o románticos y que propician el
acercamiento intimo, hasta rebasar la trascendencia del propio sentimiento y
del estado de la mente y el alma en Dios. Pero ciertamente, el amor es un tema
de permanente discusión, de constante revisión y donde muchos de los que han
querido aproximarse y conocerlo, al menos en teoría, ya tienen su experiencia
propia, es un tema sin duda actual en todos los tiempos y tan obligado, como la
vida misma. En su nombre, se han desarrollado tesis, se han escrito bibliotecas
enteras en diversos géneros literarios, se han levantado monumentos, alzado
esculturas, realizado obras, de la misma manera, el tema ha ocupado todos los
estilos musicales, y aun continúan tratándose diversos aspectos que le
circundan.
El amor, para mi, tiene una
connotación de acción y causa, que necesariamente implica una reacción y
efecto, entre los seres que se aman, ese sentir mas que solo sentirlo, mas que
solo decirlo, siempre se debe expresar y manifestar en las obras y en las
acciones, de alguna manera, los sujetos que se declaran y revelan ese amor,
siempre están en permanente sintonía, realizando actos y haciendo cosas que
hagan sentir cuanto sienten por el otro. Exteriorizar entonces el amor, debe
representar un empeño permanente, continuo y determinante, que ocupa la
práctica de una conducta que tiene que estar en consecuencia con lo que se
profesa. Incluso mas allá del interés propio, su celebración no solo debe ser
para una época en particular, un evento determinado o un solo día, como este del
14 de febrero, aunque celebramos este día con detalles y expresiones afectivas
a nuestros seres especiales, porque se debe amar siempre y se puede amar
constantemente, lo demás, es cumplir con normas convencionales, que nada tienen
que ver, con realidades concretas y solo se le estaría dando una mayor
importancia, al mero “festejo” comercial. El Gran Maestro Jesús, enseño siempre
a los Apóstoles los preceptos del amor y les declaro que “La Ley” se fundamenta
en los mandamientos: “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante de los
mandamientos. Y después viene otro semejante a este: Amaras a tu prójimo como a
ti mismo.” (Mateo 22,38-39), en muchas de sus enseñanzas por medio de parábolas
o cuentos, donde con expresiones alegóricas, siempre les mostraba caminos desde
el amor y con mucho amor, que aun, hoy en día siguen manteniendo su vigencia y
continúan estando presentes en debates, sobre sus planteamientos verdaderamente
insurgentes, que causan revuelo por sus planteamientos.
Dimensionando al amor
desde si, para ser entregado en ocupaciones y servicios a los demás. Entre
otros tantos escritos considerados como la exposición que le hacen un canto
poético al amor, el Apóstol San Pablo expone en el mismo “Manual del
Fabricante” o “Libro Sagrado” de La Santa Biblia: “Si yo hablara todas las
lenguas de los hombres y de los ángeles, y me faltara el amor, no seria más que
una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de
profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda
la fe, una fe capaz de trasladar montañas, pero me faltara el amor, nada soy.
Si repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara hasta mi
cuerpo, pero no por amor, sino para recibir alabanzas, de nada me sirve. El
amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar, ni se hace el
importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja
llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona todo. Nunca se alegra
de la injusticia y siempre le agrada la verdad. El amor disculpa todo, todo lo
cree, todo lo espera y todo lo soporta. El amor nunca pasará…” (1ra. Carta a
los Corintios 13,1-8).
Yo si creo en el amor, como una
gran fuerza transformadora, capaz de mover y motivar cualquier tipo de cambios,
generar conciencia y proponer alternativas desde el encuentro, la conciliación
y la verdadera posibilidad de propiciar mejores condiciones, para la
convivencia, la armonía y el desarrollo. Cuando en cualquier dinámica, juego o
convivencia, me preguntan, cual es la palabra que mas me gusta o me identifica,
no puedo pensar en otra que no sea esta, y hace algunos años atrás, declarando
mi identidad con la misma, me atreví a poner por escrito y les comparto: “Mi
Credo del Amor (Letanías de Amor): Te creo amor porque en todos los ojos que
veo, encuentro que has dejado huellas. Te creo amor en la gente de buena
voluntad y que actúa haciendo siempre el bien. Te creo amor en el arcoíris que
pinta el cielo entre nubes, en la lluvia y bajo el sol. Te creo amor en la
alegría de los seres creados y las cosas hechas por tu causa. Te creo amor como
la influencia necesaria, para un mundo más justo y humano. Te creo amor en la
solidaridad y las muestras de apoyo a las más nobles causas. Te creo amor
porque me has hablado con ternura y calidez en lo que me rodea. Te creo amor en
la poesía y en sus autores que te figuran y mantienen vigente. Te creo amor en
el trabajo voluntario y el derroche de las personas por otros. Te creo amor en
los besos y abrazos de las personas y sus buenos deseos. Te creo amor en las
caricias como el aroma de un jardín con muchas flores. Te creo amor en las
canciones porque te recrean, te cantamos y bailamos. Te creo amor en los
cuentos de hadas, que fueron por ti y te encontraron. Te creo amor porque en mi
respirar me percato que existo para nosotros. Te creo amor en cada amanecer,
porque siento la vida que me has dado. Te creo amor como el niño que juega y hace
castillos de barro y arena. Te creo amor como se que existo, vivo y moriré,
para seguir viviendo. Te creo amor como la expresión de la vida que nos revelas
sin ostentación. Te creo amor en el cantar de pájaros y el sonido de la
naturaleza. Te creo amor como los dos corazones que engendraron el mío. Te creo
amor como el fruto necesario que concibió a mis hijos. Te creo amor en la
sonrisa de un anciano y su buen consejo. Te creo amor en las dulces palabras de
una madre a su hijo. Te creo amor simplemente porque de ti vengo y a ti
volveré. Te creo amor como el impulso que nos mueve y fortalece. Te creo amor
porque me has sentido al igual que yo a ti. Te creo amor porque nadie se
resiste a tu aliento. Te creo amor como la llegada al final del camino. Te creo
amor porque solamente te creo amor. Te creo amor como a Dios que es Amor”.
¡Que viva el amor y
la amistad!
*Disconformidad: Se
tiene años hablando de “racionamiento” eléctrico, se pasan horas de discursos y
discusiones sobre el problema, y no se aplican correctivos, ni planes de
solución definitivos.
*Propuesta: Que se
avoquen a buscar y aplicar soluciones definitivas al problema eléctrico y se
ejecuten los proyectos que se han presentado. Que se estimule la voluntad para
solventar.
*Aspiración: Que busquemos
todas las oportunidades y todos los días, para mostrar y profesar, el amor y la
amistad en la que creemos. Contribuiremos así con una mejor sociedad.
Paz, Amor y Salud.
Bendiciones.
Pablo Herrera
pablo.herrera1@gmail.com
pablo.herrera1@hotmail.com
@pablo1herrera
Carabobo - Venezuela
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