Cada año, incontables “tanques de pensamiento” se ocupan
en “difundir las ideas de la libertad” en casi cada país del mundo. La Atlas
Foundation, según sus Informes, ha ayudado a lanzar o a financiar unos 275 en
70 países." Y es sólo una, de las proveedoras de fondos, abundantes por
cierto.
Pero ¿y los resultados? “Las ideas de la libertad” no
avanzan, a ver por las políticas cada vez más socialistas, que se siguen
imponiendo en casi todo el mundo. ¿Por qué?
Una razón es por ej. que Atlas y otras similares se
jactan de proveer sus fondos “con condiciones”. ¿Pero cuáles “condiciones”. Una
de ellas es no hacer política: sólo “estudios”. Hacen exactamente lo contrario
a las ONGs de izquierdas, que pagan a sus activistas para hacer política.
Atlas se fundó en 1981 por Sir Antony Fisher, quien antes
ya había fundado o cofundado otros “tanques”, todos con la misma música: no
hacer política. En 1947 Friedrich Hayek desaconsejó la actividad política a Sir
Antony, y le recomendó apoyar sólo “estudios”, como si fuesen incompatibles.
Fue un error de Hayek, sin duda un genio, pero los genios también se equivocan.
Lo que hace 68 años fue un error, hoy día ya es un
disparate mayúsculo, muy cerca del delito. Porque los “tanques” recaudan fondos
de sus donantes para avanzar las “ideas de la libertad”. Entonces, sus jefes y
gerentes, que pagan a sus asociados en todos los países para “no hacer política”,
¿no deberían estar presos por estafa? (No lo están, ¡porque no hay justicia en
este mundo!)
Otra razón es que el discurso de “las ideas de la
libertad” de tal modo abstracto y apolítico, cae en el vacío. El mercadólogo
Milton Vela lo pone así: “Es como si alguien quiere venderte un remedio
infalible para prevenir las caries dentales de por vida, pero sin decir cuál es
la marca y cómo viene (grageas, crema, jarabe o inyectable), cómo se toma o se
aplica, cuántas veces al día por cuánto tiempo, dónde lo venden, si hay o no
contraindicaciones, ni cuánto cuesta.”
Y “libertad” es algo que la gente cree que ya existe,
incluso demasiada, mirando hacia hechos como el desbordamiento del hampa, la
permisividad sexual reinante en estos tiempos, y “los altos precios que ponen
los comerciantes”. Así piensa la gente.
En el Centro de Liberalismo Clásico pusimos fin a este
disparate, con las Cinco Reformas y “La Gran Devolución”. Nos inspiramos en la
historia de los liberales políticos como Bastiat en Francia, Cobden y Bright en
Inglaterra, en el siglo XIX; en las actuales reformas chinas; en las encuestas
cualitativas de opinión (para saber cómo piensa y actúa la gente); y en el
libro genial del mismo Hayek: “Camino a la Servidumbre” (1944).
Ese libro describe el camino por el cual los países
transitaron los países la fatídica ruta al socialismo: decretando por leyes las
10 políticas auspiciadas por Marx y Engels en su “Manifiesto Comunista” de
1848. Lo que Hayek no describe es el camino de retorno, en dirección hacia las
libertades suprimidas. ¿Cuál es? Pues nosotros lo descubrimos: es el mismo
camino, pero recorrido en sentido inverso.
El “camino de regreso” pasa por derogar las leyes malas.
Por eso la actividad política en cada país debe apuntar al Congreso nacional,
no a las Alcaldías, ni siquiera a los Gobiernos regionales. Y también a ocupar
posiciones en la prensa, gremios y colegios profesionales, educación, economía
informal etc., desde las que puede incidirse en el Congreso.
Las leyes malas, casi todas las especiales, lo son porque
atribuyen al Estado tres cosas que no son suyas, sino de la sociedad civil y la
iniciativa privada: (1) funciones, en todas las áreas de la economía y
finanzas, la educación, la atención médica, etc. Y para supuestamente cumplir
estas funciones, nos usurpan además (2) poderes, o sea, libertades suprimidas;
(3) recursos, o sea, dineros confiscados. Esa triple usurpación, es “La Gran
Usurpación”. Por eso impulsamos “La Gran Devolución”. Una Triple Devolución: de
funciones, poderes y recursos. A la gente.
Hay que derogar también las actuales constituciones,
rescatando así la vigencia de las antiguas constituciones liberales de nuestros
países, con las necesarias enmiendas, y las leyes buenas, que son las comunes,
estatuidas en los viejos Códigos ordinarios.
Se requiere ya no un “tanque de pensamiento” sino un
partido político; por eso la Reforma No. 1 (Política), propone devolver sus
funciones propias a los Gobiernos (nacional, regional y municipal); y devolver
los partidos políticos a la gente, pues hoy están secuestrados por la
burocracia de los entes y órganos electorales, muy excedidos en sus funciones,
como tantos otros brazos del Estado.
Este es un liberalismo “afirmativo”, con propuestas y
Plan político, y no sólo negativo, como el de los “tanques de pensamiento”, que
se limitan a criticar y condenar las medidas y políticas socialistas, pero sin
ofrecer alternativas concretas, viables, atractivas y creíbles, otra razón por
la que su prédica no llega sino a los ya convencidos. Si te gusta, puedes
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Alberto Mansueti
alberman02@hotmail.com
@alberman02
Bolivia
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