“Un militar no tiene virtualmente que meterse sino en el ministerio de sus armas. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!” Simón Bolívar
En 37 de 54 años de
ejercicio profesional periodístico, tuvimos la gran oportunidad de conocer en
su esencia los cuatro componentes de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN):
Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional, a través de la columna “Toque de
Diana”, con la cual al mismo tiempo cultivamos la amistad de oficiales, sub-oficiales,
cadetes y soldados. La primigenia tarea obviamente, fue la de dar a conocer la
labor que cada una de ellas cumplía en función de su sagrada misión, amén de su
lucha encausada por el respeto, la libertad y demás derechos inherentes a su
condición humana y por los derechos del hombre, en el marco de una genuina
democracia representativa con sus respectivos valores éticos, que la hacen
deseable y la justifican como sistema político, ante alternativas opuestas como
el autoritarismo o el totalitarismo.
En la institución
castrense de aquel entonces observamos y
comprobamos valores como la libertad, igualdad, civilidad, justicia,
participación, pluralismo, tolerancia, legitimidad, respeto y solidaridad,
piedras angulares y fundamentales para el buen funcionamiento de nuestra
sociedad, valores que ahora en estos 17 largos años hemos visto desaparecer,
por la activa participación en la política de los hombres de uniforme, que han
desvirtuado la esencia y espíritu de sus postulados, hoy más que nunca ausentes
y de espaldas al principio de la soberanía del pueblo, con derecho a
autogobernarse.
Cuando vemos y
escuchamos al Ministro de la Defensa, Vladimir López Padrino, pronunciarse
sobre los recientes acontecimientos ocurridos en el país, y advertir sobre
presuntas amenazas que a su juicio “buscan pervertir y fracturar las
instituciones democráticas del país, para arremeter contra la paz de
Venezuela”, notamos la ausencia de la
disciplina, tolerancia, autocontrol, cooperación y solidaridad, para convivir con un sentimiento de
responsabilidad compartida y de respeto, que hagan viable la necesaria
colaboración para alcanzar objetivos comunes, y superar las diferencias o
contradicciones de forma pacífica y legal, y el logro de soluciones colectivas,
legítimas y aceptables.
Padrino López
sostiene que “se ha señalado sistemáticamente ataques contra nuestra
institución y hemos observado como actores de la vieja política degradan y
hacen señalamientos sobre lo que ellos llaman la cúpula militar que no la hay,
sino un alto mando militar en la calle haciendo lo que tiene que hacer, para
tener siempre patria”. Pero que patria podemos tener, si el estamento civil no
disfruta de los derechos que la Constitución Nacional le otorga, sin distinción
de sexo, edad, fe religiosa, ocupación o rango socioeconómico. El jurista
romano Domicio Ulpiano /10-228) define justicia como la “constante y perpetua
voluntad de dar a cada quien lo suyo”. En consecuencia, es una virtud
universal, la que le pertenece a cada individuo como la de disfrutar de la
igualdad y de la libertad, así como el hecho de que sea “constante y perpetua”,
lo cual posibilita la estabilidad del
sistema en términos de seguridad, compromiso y paz.
Manifiesta Padrino
López, que “Venezuela requiere de un liderazgo de mayor altura, que se proponga
resolver los problemas del país (….) y que la FAN está por encima de la
politiquería”. En primer lugar, pone en duda la actuación al frente de los
destinos del país de su Comandante en Jefe, Nicolás Maduro, y en segundo lugar,
no se encuentra al margen de la política una institución militar, cuyos
miembros manifiestan abiertamente su apoyo incondicional a un régimen
socialista, marxista, bolivariano y comunista, como lo invocan en sus arengas
nombrando a su Comandante Supremo con la consigna de Patria y Socialismo,
Venceremos….¡¡ Chávez vive, la patria sigue!! ¿Acaso esto no es esto
proselitismo político General Padrino López? Cómo pretende negar que las FF.AA
no mantienen una posición abiertamente política, si respalda a un gobierno
nacido de las entrañas del partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV),
identificándola en consecuencia con el programa socialista y revolucionario del
siglo XXI, cuyo mentor fue Heinz Dietrich, quien tras haber sido asesor del
difunto Chávez, renunció y se marchó defraudado por lo que calificó de fracaso,
la gestión de su pupilo Comandante.
Las Fuerzas Armadas
Nacionales que conocimos y vivimos en cuerpo y alma, durante esos largos años
de ejercicio ininterrumpido, hasta cuando arribaron al poder los autores del
fallido golpe del 4 de febrero de 1992, que una vez instalados en el mismo,
negaron el acceso de los periodistas a las fuentes castrenses: Comandancias de
las 4 fuerzas, Ministerio de la Defensa y organismos e instituciones
castrenses, obligó a la columna “Toque de Diana” a cerrar un precioso ciclo que
marcó una era en el periodismo castrense, según generosos testimonios de
hombres de uniforme, hoy en situación de honroso retiro. Fue una invalorable experiencia, que nos
permitió tener una clara visión de la otrora honorable institución, y dar a conocer la esencia y
verdadera dimensión de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Hoy a 17 años de la
ausencia de la columna que nació en el diario 2.001 y posteriormente publicada
en El Nacional, y El Nuevo País, han cambiado los escenarios, los medios, los
protagonistas, los fines, los resultados, pero se mantiene incólume el espíritu
de lucha de su autor, pues la historia de la humanidad es la lucha del hombre,
al que le importa la razón, la democracia, la libertad, la bandera o el motivo
generador de los cambios ocurridos durante este tiempo. La lucha es única,
constante, permanente, pues la hemos transformado en sinónimo de vida, para
hacer frente a los desmanes y desvaríos nada democráticos de quienes detentan
el poder, en su empeño por ideologizar a un pueblo que hoy más que nunca es
objeto de la más miserable ofensa, humillación y abuso, condicionándolo en gran
medida a sus propias necesidades con marcado acento comunista, cuyo pauta ajena
a la convivencia social, en la que todos somos libres e iguales ante la ley, la
dictan desde Cuba los hermanos Castro, pretendiendo privar sentimientos y
propósitos como el amor a nuestra familia y el destino de una patria, que nos
obliga a un necesario sacrificio en determinado momento.
Deseamos ver a unas
Fuerzas Armadas Nacionales definiendo y redefiniendo su misión frente a las
realidades cotidianas contempladas en el texto Constitucional, que por
imperativo de la misma tiene como ineludible deber, asegurar la defensa nacional,
la estabilidad de la instituciones democráticas y el respeto a la Carta Magna y
a las leyes, cuyo acatamiento está por encima de cualquier otra obligación. Su
Ley Orgánica es reiterativa del mandato constitucional, la que afirma que
“estarán al exclusivo servicio de la República para asegurar la defensa
nacional, a fin de garantizar su integridad, la estabilidad de las
instituciones democráticas y asegurar el cumplimiento de la Constitución y de
las leyes, como primera obligación”.
Hacen falta oficiales
de Estado Mayor, que por sus niveles de eficiencia y de capacidad ofrezcan
respuestas a los problemas que suelen subsistir, por cuanto pueden apreciar y valorar los cambios operados en el
mundo, predecibles apenas hace poco tiempo, ya que desde su perspectiva global
logran diferenciar un mundo bipolar de uno multipolar, e igualmente conocen de
la muerte del comunismo, así como la sustitución de tesis, instituciones y
símbolos, que por décadas gobernaron buena parte del universo. Además poseen
una sólida idea sobre las bases de un sistema de gobierno democrático, mejor
alternativa que una dictadura inaceptable, en la que se privilegia a sus más
allegados adeptos, a quienes poco o nada les importa una guerra civil, o una
degradación de la convivencia social, política, económica y militar.
“Y si el brazo
extranjero se atreve // a infamar de este suelo el honor // antes muerte mil
veces nos llegue // que rendirnos al torpe invasor, // pues de todas las
patrias que el cielo // diera al hombre en morada de amor, // es la nuestra el
más hondo desvelo en el sueño de un mundo mejor”. (Letra de uno de los párrafos
del Himno del Ejército /Forjador de Libertades)
Carlos
E. Aguilera A.
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
*Miembro
fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP.122)
Aragua
- Venezuela
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