En su infundada y
contradictoria decisión de la semana pasada, el Tribunal Supremo de Justicia
declaró inconstitucional la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea Nacional.
En su decisión, el TSJ se refiere de manera equivocada a los crímenes de lesa
humanidad, a las violaciones de derechos humanos y a los crímenes de guerra
para fundamentar la inconstitucionalidad de la Ley. Más grave aún, el Tribunal
Supremo o más bien los redactores externos de la decisión consideran, al
justificar políticamente su decisión, desvirtuando el sentido y el alcance de
su función judicial, que “las amnistías son manifestaciones de la justicia
transicional que se refieren a verdaderos momentos de ruptura y a la necesidad
de instaurar una comunidad política (…) lo que invalida (…) la ley bajo
examen.”
Paradójicamente y al mismo
tiempo, al negar el TSJ la posibilidad de un proceso de justicia transicional,
Maduro anuncia otro de sus mecanismos, a través de la creación de una Comisión
de amigos que lejos de buscar la verdad, no es más que otro brazo del régimen
para perseguir y amedrentar, en la que lamentable y penosamente participan
personalidades como el ex Primer Ministro español José Luis Rodriguez Zapatero,
una vez respetable dirigente social demócrata, defensor de la democracia y de
los derechos humanos.
Independientemente de
lo que podamos pensar de la decisión del
TSJ y de las aberraciones en la que incurre un régimen en etapa
terminal, todos somos conscientes de que estamos en momentos muy difíciles que
sólo con inteligencia y buena voluntad podríamos superar. No es fácil, por
supuesto, encontrar espacios comunes, en pocas palabras, un mínimo común
denominador, que permita un acercamiento básico en medio de una polarización de
la sociedad antes nunca vista, cuando tenemos a un régimen que irrespeta la
Constitución, desprecia las libertades y viola de manera sistemática y
generalizada los derechos humanos de los ciudadanos, no solo opositores,
perseguidos por su manera de pensar y por la osadía de protestar en contra de los
abusos, sino de todos los venezolanos a los que se les impide el ejercicio de
sus derechos igualmente fundamentales, el de alimentación y el de la salud por
delante.
Para muchos estamos
en una situación que supera la simple confrontación y que, lamentablemente,
parece conducirnos a la ingobernabilidad y peligrosamente hacia conflictos
mayores cuyas gravísimas consecuencias, las sociedades, esperanzadas en las
soluciones, no perciben en sus inicios.
De la manera más
irresponsable, las instituciones del régimen insisten en desconocer la realidad
y en despreciar los mecanismos pacíficos que pueden permitir la salida de la
crisis y el inicio del camino hacia la construcción de la Venezuela que todos,
sin distinción política ni de ninguna otra naturaleza, queremos.
Mientras haya presos
políticos y no se abran espacios de diálogo y de consenso no habrá el
reencuentro, menos aún la reconciliación y la paz que todos aspiramos . Y sin
ello, mucho menos habrá soluciones a la crisis integral que atraviesa el país.
Hablar de justicia transicional, en definitiva, favorece al país y no solamente
a un grupo de la sociedad. Habrá que recurrir a este mecanismo y en ese
contexto habrá de crearse una auténtica Comisión de la Verdad, independiente e imparcial,
integrada por gente seria y responsable que con autonomía pueda decirnos lo que
realmente ha pasado estos años y por qué ha pasado.
La sociedad
venezolana quiere que se determinen las responsabilidades de los autores y
responsables de las violaciones de los derechos humanos y por la realización de
una serie de delitos que afectan el funcionamiento del Estado, lo que lejos de
significar venganza, expresa justicia.
Las víctimas y sus familiares, la sociedad entera, exigen que se les reconozca
y que se les acuerde la reparación debida ante los daños causados.
Vendrán tiempos de
cambio y se reestablecerá el orden y las libertades. Negar la transición es
negar la crisis y las soluciones, es despreciar al pueblo, irrespetar a la
nación y destruir el Estado.
Victor Rodriguez
Cedeño
vitoco98@hotmail.com
@vitoco98
internacionalista
Caracas - Venezuela
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